“Toblerone se ha marcado un Ferrovial. Así que Suiza le ha castigado prohibiéndole utilizar el Cervino en su logo”. Me encuentro con este titular en referencia al traslado de la producción de la conocida chocolatera a Eslovaquia. Parece que la operación puede obligar a la compañía a modificar su marca, incluyendo el icónico Matterhorn (que honestamente suena mucho mejor que “monte Cervino”).
Pero, ¿qué recoge exactamente la conocida como Swissness Act1 y cómo afecta a Toblerone? El artículo 47.1 de la norma define indicación de procedencia o denominación de origen como “cualquier referencia directa o indirecta a la procedencia geográfica de los productos o servicios, incluyendo la referencia a propiedades o calidad relacionadas con la procedencia”2. A su vez, el apartado tercero del citado precepto establece que “las indicaciones respecto a la investigación, diseño u otras actividades específicas asociadas con el producto sólo pueden utilizarse si dicha actividad se lleva a cabo íntegramente en la ubicación especificada”.
Las disposiciones anteriores sin duda comprometen a la productora de chocolate en forma de pirámide, fundada por Theodor Tobler en 1908. Pero la norma procede a incluir varias especificaciones como es de esperar, dada la precisión propia de semejante nación. Sin duda, la configuración legal resulta realmente sorprendente.
Así y en virtud del artículo 48.8 de la ley, “el lugar de origen o procesamiento para las indicaciones de origen suizas de productos naturales y alimentos es el territorio suizo y las áreas de la unión aduanera”. A ello se le suma que el criterio para determinar el origen de un alimento estribará en el lugar del cual proviene al menos el 80% de la materia prima que lo compone, porcentaje que asciende al 100% en el peso de la leche como materia prima (artículo 48.b.2). Al respecto, ha quedado confirmado que Toblerone no cumple con estos parámetros por un ingente número de fuentes.
En cuanto al régimen sancionador previsto para el uso incorrecto de las indicaciones de origen, el artículo 56 de la Swissness Act contempla penas privativas de libertad y multas dinerarias. Además, faculta al IPI (Instituto Federal de Propiedad Intelectual) para presentar las correspondientes denuncias ante la autoridad competente e incluso “ejercer los derechos de un demandante privado”. En este sentido, el precepto permite ejercer las acciones correspondientes ante potenciales infracciones al IPI, “en la medida en que se utilicen designaciones como «Suiza», «suizo » (…) que indiquen el territorio geográfico de la Confederación Suiza”.
Vemos cómo en materia de propiedad industrial, difícilmente puede una empresa librarse de semejante control. Más aún cuando tenemos en cuenta la supervisión de las cuestiones controvertidas por Oficina Federal de Aduanas y Protección Fronteriza (FOCBS). Dentro de las competencias de la Oficina en cuestión, la norma incluye.
también notificar a quien pueda estar interesado para iniciar el procedimiento del artículo 56. En otras palabras, la FOCBS podrá comunicar al IPI cualquier quebrantamiento de la Swissness Act (si es que el Instituto no ha advertido la infracción antes), quien ostentará la facultad de ejercer las acciones pertinentes.
En definitiva, nos encontramos con una norma de impecable redacción que se orienta a la protección de un bien de patrimonio nacional como es la denominación suiza. A mi juicio, es de poca categoría calificar la ley como un “castigo” por el traslado de una compañía (menos aún atribuyendo una relación espuria con el caso de Ferrovial). Como resultado; la protección de un intangible de gran valor del cual se lucran indebidamente multitud de empresas, y paralelamente el inicio de una época de cambios para la histórica chocolatera (en manos de Mondēlez por cierto).
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1 Loi fédérale su la protection des marques et des indications de provenance (Loi sur la protection des marques, LPM) du 28 août 1992 (Etat le 1 janvier 2022). https://www.fedlex.admin.ch/eli/cc/1993/274_274_274/fr
2 Traducción propia. Además, la traducción al inglés ofrecida por la Confederación Suiza especifica que al no ser lengua oficial, carece de fuerza legal.
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