El proceso de la Ley de la Segunda Oportunidad es cada vez más utilizado en España, pero aún se mantiene lejos de los números de otros países de la Unión Europea donde se ha convertido en un recurso de gran utilización.
Desde Abogados para tus Deudas hacemos un análisis de cómo la Ley de la Segunda Oportunidad está ganando peso a nivel nacional, a pesar de las grandes distancias que nos separan de otros países europeos.
¿Cómo es la Ley de la Segunda Oportunidad?
Antes de nada, debemos entender la Ley de la Segunda Oportunidad. Esta se trata de un mecanismo orientado a todo tipo de deudor que se encuentra en tal situación de insolvencia que no puede continuar abonando las cuotas de sus deudas con una frecuencia normal. Esta ley aparece recogida en el BOE y regulada a través de la Ley 25/2015 de la Ley Concursal.
Hipotecas, microcréditos, préstamos personales, tarjetas… En ocasiones se pueden llegar a acumular grandes cantidades de deuda que, ante imprevistos económicos como la pérdida de un puesto de trabajo o un negocio fallido que no da los resultados esperados, pueden dejar nuestra economía pendiente de un hilo.
Pero ¿cómo funciona esta Ley?
El proceso de la Ley de la Segunda Oportunidad se divide mayormente en dos fases principales. La primera de ellas, el acuerdo extrajudicial de pagos, pasa por buscar un acuerdo entre deudor y acreedores. Este acuerdo recoge una serie de quitas y esperas que reducen las cuotas a cifras realistas y en consonancia con los ingresos del deudor. El resultado de este primer paso, si se alcanza un acuerdo entre ambas partes, es que el deudor consigue reducir las deudas hasta un 60%.
Si no se alcanza tal acuerdo, el deudor puede solicitar pasar a la siguiente etapa del proceso con la que se perdonan las deudas por orden judicial, conocida popularmente como el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI). Pero para llegar a este punto, antes debe haber liquidado sus bienes a favor de los acreedores, y haber demostrado actuar con buena fe antes y durante el procedimiento. En este sentido, el deudor no puede haber vendido ningún bien a lo largo del procedimiento, ni tampoco haber contraído más deudas, entre otros requisitos.
Antecedentes de una ley necesaria
La crisis financiera de 2008 provocó serios estragos en la sociedad y la economía de todo el mundo. Uno de los países peor parados fueron España, donde el paro no dejó de crecer hasta bien entrada la década de 2010, pero no fue el único.
Por ello, la Unión Europea requirió a los países miembros de la creación de un sistema de ayuda para entidades sobreendeudadas. Este promovía que el deudor debía llegar a una exoneración de todas las deudas que no puede seguir pagando tras la liquidar todos sus bienes. Y así era hasta entonces, el deudor que tras liquidar su patrimonio seguía debiendo dinero, tenía la obligación de seguir pagándola hasta satisfacerla.
Pero lejos de lo que pueda parecer, este mecanismo ya se contemplaba en otros países desde hace mucho tiempo. Solo a modo de ejemplo, el equivalente a este sistema ya existe en Estados Unidos desde 1898. Lo mismo sucede con el caso de Gran Bretaña, en el que existe un símil desde principios del siglo XVIII.
El impacto de esta ley en España
En España, la Ley de la Segunda Oportunidad apareció por primera vez en 2015 y apuntaba a una auténtica revolución en el panorama de la deuda. El principal reclamo de esta Ley era la capacidad de poder eliminar grandes cantidades de deuda. Deudas que hasta entonces el deudor debía seguir pagando íntegramente de por vida. Sin embargo, el éxito inicial de esta ley no fue el esperado en su momento, ya que su introducción fue muy tímida a causa del gran desconocimiento y la desinformación que existe sobre esta materia.
A pesar de esto, la tendencia estos últimos años ha sido realmente positiva, contabilizándose un total de 6.236 casos en 2019, con un crecimiento del 55% de concursos iniciados por particulares en relación al año anterior. Por lo que respecta a autónomos y empresas, prácticamente se duplicaron la cantidad de casos. Se calcula que 2.135 de estos casos fueron iniciados por particulares, siendo Cataluña la comunidad más procesos activados con un 42,29% y seguida por la Comunitat Valenciana y la Comunidad de Madrid.
El procedimiento en Europa mucho más extendido
En cuanto a nivel europeo si comparamos los 6.236 casos de España con el resto de Europa vemos que aún queda mucho por recorrer. Por ejemplo, en Inglaterra, solo en 2017, se acogieron al Insolvency Act (el equivalente a la LSO), más de 230.000 personas. En Francia, esta ley recogida en el Code de la consommation, dio respuesta a más de 160.000 de particulares y empresas que solicitaron la condonación de sus deudas.
Estas cifras no hacen más que confirmar que, aunque existe cada vez más conocimiento acerca de este proceso de exoneración de deudas, España todavía se encuentra muy por detrás de sus países vecinos.
El futuro de la Ley de la Segunda Oportunidad
Aunque los efectos derivados del Covid-19 no han hecho más que empezar a notarse, se espera que la crisis económica derivada de la pandemia produzca un notable crecimiento de solicitudes de la Ley de la Segunda Oportunidad. Las consecuencias económicas y sociales que dejará el Coronavirus plantean un nuevo escenario para una ley que ofrece garantías reales en la exoneración de deudas.
Por ello es vital visibilizarla como una alternativa real para todas aquellas personas, autónomos y empresas sobreendeudados que se encuentren en una grave situación de insolvencia derivada de proyectos fallidos o de la pérdida de un puesto de trabajo. Desde el bufete de Abogados para tus Deudas hemos observado esta tendencia creciente en los últimos años y estamos seguros de que con la situación actual los casos no dejaran de incrementarse hasta que genere la confianza suficiente y se consolide como un sistema reconocido de exoneración de deudas.