“Hay dos elementos claves para ser un buen orador: “el primero; la experiencia necesaria para saber debatir con soltura. El primer debate es más complicado pero a medida que vas practicando, mejoras. El otro punto clave es la actitud de cada uno ante el debate, de cara sobre todo a romper con el posible miedo que tengas”.
“Es una gran debatiente y su manejo de la oratoria es increíble. Su pasión por el Derecho y sus diferentes ramas está ahí. Le interesa todo”. Así define Manuel Ruiz de Lara, magistrado del Juzgado 10 de Mercantil de Barcelona y uno de los artífices de esta Liga de Debates Universitarios a Raquel Chasserot, joven estudiante de ADE y Derecho en la Universidad Autónoma de Barcelona y acaparadora en estos últimos meses de los principales premios. Mejor Jurista Supercopa Nacional de Debate Judicial Oviedo 2016 y al mismo tiempo Mejor Jurista Copa de Debate Judicial Cataluña 2016 entre otros galardones.
Esta futura jurista formará parte de los dieciséis finalistas que participarán los próximos 22 y 23 de abril en Madrid en el Torneo al que acuden las mejores universidades de España para elegir la selección nacional de debate que competirá en Europa, EEUU y Argentina en los próximos meses. Para este Torneo han confirmado como jurados su presencia los magistrados José Manuel Maza y José Luis Requero del Tribunal Supremo; el presidente de la Audiencia Nacional José Ramón Navarro Miranda, el magistrado de la Audiencia Nacional de la Sala Penal, Enrique López entre otros juristas invitados que ya confirmaron su presencia. “Todos deberíamos tener la oportunidad de hablar en público alguna vez para superar algunos de nuestros miedos”; comenta. Para esta futura jurista el marketing político ha empobrecido los debates donde faltan contenidos y sobran mentiras
Experiencia y actitud, dos elementos claves
Nuestra protagonista de esta historia lleva dos años sorprendiendo por su facilidad de oratoria en los diferentes certámenes que organiza el Consejo General del Debate Judicial, entidad creada al alimón entre jóvenes universitarios comprometidos con la sociedad y con inquietudes de regeneración democrática y diferentes jueces y magistrados. Ahora Raquel Chasserot, en su cuarto año de carrera de ese doble grado que estudia aún no tiene claro dónde se ve en el futuro dentro del mundo jurídico “Parece evidente que la parte legal es algo más creativa que la economía donde todo es más sistemático. Eso hace que todas las actividades extraacadémicas tengan que ver con el Derecho, como la simulación de juicios o la puesta en marcha de debates”, subraya. Reconoce que descubrió el mundo de los debates en una asignatura que tiene en su Universidad “desde el primer momento me apasionó el tema. Así pasé de la Liga Catalana a la primera Liga Jurídica Nacional que tuvo lugar el pasado año”. Sabemos que en esa Liga, a nivel individual quedó en tercera posición.
La puesta en marcha de ese Consejo General del Debate Judicial, apoyado por la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial, ejemplo claro de sociedad civil y otros simpatizantes ha sido clave en la estabilidad de esta Liga de Debates Nacionales: “Somos nueve universitarios, mas jueces y magistrados y algunos formadores los que gestionamos esta Liga de Debates que se organizan en diferentes lugares de España y en los que también participamos”. Aún recuerda nuestra interlocutora que el primer debate que realizaron fue sobre la independencia del Consejo General del Poder Judicial y la politización de la justicia. “Queremos que participen en estos debates cuanto más universitarios mejor, aunque no sean juristas. Hay que tener en cuenta que muchas de las cuestiones que debatimos, como el asunto de las cláusulas suelo son actuales y tienen un interés indudable para la sociedad”, subraya. En esta primera Liga nacional la final tuvo lugar en el ICAM donde resultó ganadora Ana María Fúnez estudiante de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, ahora presidenta de dicho Consejo General y Coordinadora Nacional Universitaria de la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial.
Sobre los debates en sí y el manejo de la oratoria, Raquel nos comenta que “cuando defiendes cualquiera de las dos posiciones del debate, lo tienes que preparar muy bien. En los debates jurídicos es fundamental contar con las fuentes primarias: jurisprudencia, leyes nacionales o internacionales. Tiene que entender muy bien de qué va el tema y cómo vas a defender tu posición. Cuando ya tienes toda la información buscada hay que canalizarla en tres grandes ideas. Tres ideas que transmitirás de forma clara al equipo contrario y al jurado. Al mismo tiempo es consciente que es un debate donde hay que convencer a la otra parte: ”Hay que combinar la esencia jurídica con algún elemento que sea ameno y que ayude a explicar lo que estás comentando”. Para esta futura jurista hay dos elementos claves para ser un buen orador: “el primero; la experiencia necesaria para saber debatir con soltura. El primer debate es más complicado pero a medida que vas practicando, mejoras. El otro punto clave es la actitud de cada uno ante el debate, de cara sobre todo a romper con el posible miedo que tengas a hablar en público. Al final la actitud es esa. Lo voy a hacer y lo hago y rompes con ello”, subraya.
Cualidades de un buen orador
Le pedimos a nuestra entrevistada que haga un análisis profesional de sus cualidades como oradora. No tarda mucho en darnos unas pistas sobre su perfil en medio de diferentes debates: ”Soy de carácter fuerte, lo reconozco y eso lo traslado en mi oratoria. Estoy muy segura de lo que digo porque realmente me gusta debatir con pasión”, señala. Quienes la han visto debatir lo corroboran esa capacidad que tiene de convencer al contrario “hagas lo que hagas debatiendo nunca debes perder la elegancia como señas de identidad”. En opinión de Raquel Chasserot es fundamental entender la cultura del debate “donde hay un ganador y un perdedor siempre, eso significa que debes saber cómo tratar a tu rival y conocer muy bien la mecánica de los torneos. Al final quieres ser tú, tener tu personalidad y forma de hacer las cosas por encima de cualquier modelo preestablecido”, advierte.
Sobre el momento actual político y los debates que presenciamos en el Parlamento, indica que “estamos en un momento de crisis, no sólo de oratoria, sino también de contenido y forma de lo que se quiere decir”, comenta. Desde su punto de vista “se dicen muchas mentiras y manipulaciones en debates políticos por desgracias. A nivel de oratoria es aún peor, creo que hay un defecto, sobre todo a nivel televisivo que no se interactúa con el público que es quien te está viendo. Al mismo tiempo es importante modular la voz y lanzar mensajes simples y con buen contenido”. En definitiva, hay un problema de formato “la gente no sabe transmitir y lo que se transmite no es válido porque puede ser una mentira o ser falso.” Desde su punto de vista un buen orador puede camuflar esos escasos argumentos que tenga “lo bueno de participar en estos debates es que puedes discernir este tipo de situaciones. Inconscientemente incluso en determinadas ocasiones creemos que algo es válido de lo que te están contando, cuando no lo es pero es que te lo están explicando muy bien:” advierte.
Hablar en público ese es el miedo de muchos profesionales que por la falta de práctica no han tenido la oportunidad de enfrentarse a un auditórium: ”Es fundamental tener la convicción que puedes superar esos miedos injustificados. Lo mejor es no pensarlo mucho y pedir la palabra y dirigirse al auditórium con tranquilidad y claridad. A veces si entra mucho en liza la razón no sabemos lo que puede pasar luego”; señala. Respecto a la claridad del lenguaje jurídico que se reclama desde diferentes estadios, de hecho hace poco la Comisión de Justicia del Congreso reclamó al Gobierno medidas para que las normas y proposiciones de ley sean más sencillas. “Es posible que haya que organizar mejor la estructura de muchas sentencias que se fallan, a nivel de redacción. Creo que la cantidad de folios no implica la calidad en dicha resolución, pero en mi opinión no cambiaría mucho el lenguaje jurídico, eso si hay que hablar en propiedad y utilizar los términos de manera correcta en cada situación”, aclara.
lloripolli el 14/04/2016, h.
Que bonito todo, pero, como crítica constructiva, deberías aprender a hablar a un ritmo normal, y dejar de sobreactuar. Desconfía de quien te regale el oido, abre tu mente a las críticas.