Nuestro sector legal, caracterizado por una estructura hermética y un arcaísmo biológico, se ha mostrado a lo largo de los años ciertamente reticente a adaptarse al mundo postmodernista en el que vivimos hoy. ¿Y qué, si ésta profesión es más conservadora que otras muchas? La respuesta a esta pregunta es sencilla; si no nos acondicionamos a nuestro entorno, nos quedamos atrás, como espectadores de la última fila del teatro, contemplando cómo otros que sí han sabido hacerlo, dirigen la función. El mundo no se mueve solo, lo lidera la innovación, y más, si es un mundo globalizado como el nuestro.
Según la RAE definimos innovación como ‘’acción y efecto de innovar’’ o dicho de otra forma, el cambio o modificación de una cosa a través de la introducción de novedades. El sector legal español, órgano de carácter formal y tradicional, se ha resistido estancamente a evolucionar en este sentido. Esto no supondría un problema hoy, si la innovación y competitividad no se vieran reflejadas en todos los demás ámbitos, de la mano de nuevos avances científicos, medios tecnológicos, etc..., como consecuencias directas de la adaptación a la globalización.
Si este es el caso en el resto de campos, ¿por qué en España no ha ocurrido lo mismo con la labor del jurista?
En el Reino Unido a partir del año 2012 comenzó a expandirse el fenómeno del ‘’New Law’’ dentro de la actual ‘’ABS’’ (Alternative Business Structures), basado en la dirección segregada de las ramas financiera y legal de los despachos, lo que facilita la inversión de entrada a capital proveniente del exterior.
Para adentrarse en el mundo de la innovación es vital romper con los procedimientos rutinarios estrictamente conservadores que continúan representando muchos de los despachos de abogados de nuestro país, para lo cual es imprescindible adoptar un espíritu de valentía y determinación. Pues quien no arriesga, no tiene opción de innovar.
Partimos de una realidad, como lo es la de que nos encontramos ante un mercado cada vez más competitivo, donde el acceso a la información está al servicio del individuo. El cliente puede permitirse ser cada vez más exigente y selectivo a la hora de buscar un asesor jurídico que se adapte a sus necesidades concretas. El perfil de este potencial cliente está evolucionando al de un ‘’smart shopper’’ o comprador inteligente.
Es clave, por lo tanto, anticiparse a su búsqueda y ofrecerle atención individualizada, al igual que, asegurarse, de que nuestra marca personal llega a nuestro destinatario último; el cliente. Aquí es especialmente importante la estrategia de publicidad y marketing de la empresa. Es necesario identificar las necesidades específicas del mercado para ofrecer un servicio más flexible y valioso para el cliente del que ofrecen nuestros competidores.Es decir, si el consumidor demanda servicios de costes más ajustados, se ha de solventar la barrera económica buscando soluciones, como lo puede ser el cada vez más de moda ‘’outsourcing’’ o externalización de la tarea mediante la creación de otra firma o un acuerdo de provisión con terceros.
La tecnología juega un papel fundamental en este proceso, desde la informatización de la gestión, oficinas y plataformas virtuales, hasta la tecnología necesaria para ofrecer servicios profesionales mediante video-conferencias.Además de encontrar empresas que emprenden en innovación legal, se ha de abordar esta necesidad de actualización del mundo jurídico a través del marco de la docencia, para obtener nuevos perfiles profesionales a medida de la demanda real, que reclama el sector laboral jurídico.
No obstante, en España no hemos de perder la esperanza de poder ir desarrollando poco a poco las facultades que son necesarias para estar a la altura de la innovación que implora cada vez más el sector legal.
El periódico británico ‘’Financial Times’’ ha hecho público su sexto informe ‘’Innovative Lawyers’’ el cual analiza de cerca la innovación en el sector legal, realizando una clasificación de los cincuenta bufetes más innovadores a nivel mundial.En dicho ránking los españoles Garrigues, Cuatrecasas y Uría Menéndez ascienden respectivamente hasta los puestos 6º, 10º y 13º en esta edición del 2011, gracias a sus técnicas innovadoras empleadas en el asesoramiento jurídico ofrecido en los últimos años.
En definitiva, parece ser, que a pesar de todo, vamos por el buen camino.
Andrea Natalia Belón Torrero, cursa 1º en el grado de Derecho y Business Law en la Universidad Pontificia Comillas (ICADE) de Madrid.
Fuentes:
http://morethanlaw.es/el-newlaw-cuna-de-la-innovacion-en-el-sectorlegal/
http://gericoassociates.com/la-innovacion-en-el-sector-legal-ya-es-una-opcion/
https://dudaslegislativas.com/