El ayuntamiento de Ferrol procedió a la integración de 26 trabajadores del Instituto Municipal de Hacienda (Imfacofe) y de otros organismos autónomos del ayuntamiento.

Este proceso de integración, realizado tras la disolución de los entes autónomos, fue realizado sin que dicho personal hubiese superado ningún concurso ni oposición al efecto, perjudicando a trabajadores del ayuntamiento que sí accedieron a su puesto mediante oposición, los cuales se ven privados de acceder a dichos puestos.  Estos hechos son los que generaron el periplo judicial llevado a cabo por la Asociación Profesional de Personal del Ayuntamiento de Ferrol y otros funcionarios que representados por el abogado don Ulises Bértolo se opusieron a esta integración.

A pesar de existir varias sentencias que declaran la nulidad de dicha integración, el Concello de Ferrol no adoptó ninguna medida tendente a su cumplimiento ni revocó la integración. Su inactividad generó que se celebrasen diversos juicios en el ámbito de lo social que reconocieron a este personal como indefinido no fijo. El ayuntamiento continuó con su inactividad, tanto es así, que ni siquiera recurrieron estas sentencias en el ámbito de lo social permitiendo que la condición de personal indefinido no fijo adquiriese firmeza, tratando de evitar de esta forma las sentencias que declararon la nulidad de dicha integración.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia, el 18 de julio de 2017, ordenaba la ejecución forzosa de la sentencia 398/2016 y requería al Concello de Ferrol para que en el improrrogable plazo de 30 días aprobase una nueva Relación de Puestos de Trabajo municipal para cubrir los puestos de dicho personal que se consideren imprescindibles en condiciones de igualdad, mérito y capacidad, puesto que este personal no había superado ningún concurso ni oposición al efecto.

Nuestra compañera Cristina Gil, de Milbrait, entrevista al abogado y escritor Ulises Bértolo, Director de Ber&Mor y Socio Director de las Áreas Penal, Administrativa, Urbanística y Medioambiental; quien representa a la Asociación Profesional de Personal del Ayuntamiento de Ferrol y otros funcionarios.

Como especialista en Derecho Administrativo, hablamos con él para arrojar un poco de luz al caso, ¿cómo puede producirse este tipo de disfuncionalidad administrativa?

En este caso partimos de un supuesto singular como es que las funciones de recaudación del Ayuntamiento de Ferrol las realizaba inicialmente una empresa privada y cuando el Ayuntamiento quiso recuperar esta función, lejos de convocar los procesos selectivos que correspondiesen, decidieron subrogar al personal de la empresa privada como personal del organismo autónomo del Imfacofe. Y posteriormente decidieron integrar a este personal, junto con el del resto de los organismos autónomos, como personal propio del Ayuntamiento.

A su vez, llama la atención que, pese a que el Ayuntamiento había regulado un proceso de integración del personal de los organismos autónomos como propio, en el cual se preveían diversas comisiones, etc, no se llevó a cabo dicho proceso, sino que finalmente se procedió a una integración directa.

De esta forma, y en este caso en concreto, se han dado una serie de circunstancias poco comunes que dieron lugar diversos procedimientos judiciales a lo largo de los años.

¿Cómo podría solventarse la controversia de forma eficiente y cumpliendo con los principios que rigen el acceso a la función pública?

En primer lugar, tienen que valorar qué puestos son necesarios y cuales son prescindibles, manteniendo los necesarios y amortizando el resto, lo que podría llevar a que tuviesen que abonar diversas indemnizaciones.

Respecto a los puestos que se mantengan, deben crear y valorarlos mediante la aprobación o la modificación de la actual Relación de Puestos de Trabajo y posteriormente una de las opciones que podría tener el Ayuntamiento sería el realizar un proceso de consolidación de empleo o sino proceder a convocar estas plazas mediante oposición.

Pero si el personal integrado no supera la oposición o, en su caso, el proceso de consolidación, se produciría la extinción de su relación laboral con el Ayuntamiento, al pasar a ocupar su puesto por quien superase el correspondiente proceso, lo que, a su vez, podría dar lugar a tener que abonar diversas indemnizaciones.

¿Es habitual encontrarse con este tipo de casos en los que por inactividad de la administración se den sentencias que declaran lo contrario?

Lo cierto es que, afortunadamente, no es frecuente que se produzcan este tipo de situaciones, sin perjuicio de que puedan existan sentencias contradictorias dictadas por distintos juzgados aun tratándose del mismo supuesto de hecho.

¿Cuáles podrían ser las consecuencias si el ayuntamiento de Ferrol persiste en su actitud?

La propia resolución del Tribunal Superior de Justicia ya advierte de la posibilidad de remitir el asunto al Ministerio Fiscal para exigir la responsabilidad penal que pudiera existir y ello sin perjuicio de que se puedan imponer las multas coercitivas de hasta 1.500 euros a las autoridades, funcionarios o agentes responsables, pudiendo imponerse diversas multas coercitivas, así como adoptar otras medidas que se consideren oportunas.

Usted es conocido por su trayectoria y su solvencia en casos de gran repercusión mediática, cómo consigue generar y mantener la confianza en clientes cuando el periplo judicial se alarga como es el caso del ayuntamiento de Ferrol.

Cada caso es distinto y para cada uno de ellos se adopta una solución personal y adaptada a cada una de las situaciones a fin de que tengan una atención personalizada.

Además, es importante tener un trato continuo con los clientes y mantenerles informados de lo que ocurre para que sepan cuál es el estado de su procedimiento, pues algunos se dilatan mucho en el tiempo y puede dar la impresión de que están paralizados o que no se han realizado actuaciones cuando no es así.

Y por supuesto, una de las claves para generar confianza en los clientes es ser realista con las posibilidades de obtener una sentencia favorable o de poder materializarla, evitando con ello generar unas expectativas que difícilmente se puedan conseguir.