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Rebeca Palacios

Logroño, 26 mar (EFE).- Apenas tres metros de distancia separan a los padres de Álex, el niño de 9 años asfixiado y agredido sexualmente en Lardero (La Rioja) en octubre de 2021, de su presunto asesino, Francisco Javier Almeida, un criminal reincidente, cuya impasibilidad choca cada sesión del juicio con la entereza de la familia del pequeño.

La Audiencia Provincial de Logroño ha acogido, durante esta semana, las cinco primeras sesiones del juicio con tribunal popular contra Almeida, acusado de los delitos de asesinato y agresión sexual de Álex, por los que el fiscal, la acusación particular, por sus padres, y la popular, por la asociación Clara Campoamor, piden las penas de prisión permanente revisable y 15 años de cárcel.

La madre del pequeño solo ha faltado a una sesión y parte de otra, mientras que su padre llegó a comparecer en una jornada, en la que transmitió el desgarrador testimonio de que, desde la muerte de Álex, todos se encuentran "muertos en vida", una circunstancia que han confirmado los psicólogos que han declarado como peritos.

A la dureza de perder un hijo tan pequeño en tremendas circunstancias se suma la repercusión mediática que ha tenido el juicio, con 85 periodistas acreditados de 40 medios de comunicación -23 de ellos de ámbito nacional-, que supone la mayor cobertura desplegada desde el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja.

La presencia del jurado en la sala obliga a las partes a profundizar en detalles técnicos de la autopsia o mostrar fotografías del cadáver, lo que aumenta, si es que acaso es posible, el dolor de la familia y la indignación por unos hechos que "podrían haberse evitado", según el tío abuelo del niño, Gonzalo Martín, ya que Almeida estaba en libertad condicional desde abril de 2020.

"ÁLEX NO ESTARÁ SOLO"

Martín ejerce de portavoz de la familia desde que, tres días después del crimen, se convocó una gran concentración de condena en el parque Entre Ríos de Lardero, donde Álex jugaba disfrazado por la fiesta de Halloween cuando, según los testigos, Almeida se lo llevó "agarrado del pecho" a su casa, ubicada a unos 100 metros.

El tío abuelo de Álex, quien no ha faltado a ninguna sesión y no lo hará hasta que acabe el juicio, previsiblemente este martes, 27 de marzo, necesitaba "ver la cara" a Almeida, pero aparta la vista de la pantalla o cierra los ojos cuando las imágenes del niño reflejan la brutalidad con la que fue asesinado.

"Ahí voy a estar, lo voy a pasar mal, sí, ya estoy mal, pero ahí voy a estar", ha comentado durante estos días a los periodistas, porque, "esté donde esté Álex, no le voy a dejar solo. No le he dejado desde el minuto cero y voy a estar hasta el final".

La familia mantiene la "lucha" para que se haga justicia por este crimen y desea que el asesinato de Álex sea el último que se produzca por parte de un delincuente reincidente que esté en libertad condicional, como ha ocurrido en este caso, ha señalado Martín.

DELINCUENTE REINCIDENTE

Almeida, quien cumplirá 56 años en abril, ha pasado media vida en la cárcel. En 1993 fue condenado a 7 años de prisión por una agresión sexual a una niña. En 1998 asesinó a una agente inmobiliaria a quien antes había agredido sexualmente, por lo que fue juzgado también con un tribunal popular y recibió una pena de 30 años de cárcel.

En abril de 2020 salió de la cárcel en libertad condicional y se instaló en Lardero, un municipio del área metropolitana de Logroño, en un piso de alquiler situado a escasos metros de un colegio y un parque infantil.

Semanas antes del crimen de Álex, según se ha relatado en el juicio, se dedicó a seguir por el barrio a las niñas, observaba a los pequeños desde su ventana o sentado en un banco del parque e, incluso, invitó a alguna menor a subir a su casa para limpiar la jaula de sus pájaros.

La madre de una de estas niñas quiso poner una denuncia, pero la Policía Local de Lardero lo descartó porque "no había pasado nada, ni tenía contra quién".

En enero pasado, en una carambola jurídica, la aplicación de la ley del solo sí es sí permitió la rebaja de 10 a 8 años de la condena por la agresión sexual cometida en 1998, pero nada cambió en su situación procesal porque se encontraba en prisión provisional desde el 31 de octubre de 2021, primero en la cárcel de Logroño y, desde el 4 de noviembre de ese año, en la de Segovia.

"EL MAL EXISTE"

Hasta el momento, ningún psiquiatra ha podido acreditar en el juicio que Almeida padezca alguna patología mental. Según aseguró el fiscal en su informe preliminar, "la maldad existe en el mundo: Almeida no está enfermo, hace lo que quiere, puede evitarlo y no lo evita".

La abogada de la acusación particular y popular, Alicia Redondo, alertó a los miembros del jurado que pasarían por días "duros y muy desagradables", tras los que no les quedaría "ninguna duda" de que Almeida es el autor de esta muerte "sanguinaria".

El letrado del turno de oficio que le defiende y para el que pide la absolución recordó al jurado que, como ellos, participa en el procedimiento "por obra del azar, sin intereses espúreos, económicos o profesionales", y, hasta el momento, justifica los actos del acusado en una embriaguez que ni testigos ni peritos forenses han confirmado.




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