“A los jueces nos duele escuchar que la justicia no es independiente, que está politizada”, dice Carlos Lesmes en el acto de apertura del Año Judicial. El presidente del Poder Judicial advierte de que, contra la corrupción, “la acción de la justicia no basta” y pide estrategias de prevención y de regeneración de la gestión pública
El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, ha reivindicado hoy la “rabiosa independencia” de los jueces y magistrados españoles y, frente a quienes afirman que la justicia está politizada, ha asegurado que los miembros de la Carrera Judicial actúan “sin aceptar injerencia alguna”, singularmente en materia de lucha contra la corrupción.
“Los jueces asumimos con entusiasmo cada día la responsabilidad de procurar una justicia imparcial, eficiente y de calidad. Por ello, a los jueces nos duele escuchar que esa justicia en la que creemos y por la que trabajamos no es independiente, que está politizada, que son los partidos políticos los que dirigen la acción de los jueces”, ha dicho Lesmes en el acto de apertura del Año Judicial, que ha sido presidido por el rey.
Durante el discurso pronunciado en el Salón de Plenos del Tribunal Supremo, el presidente del Poder Judicial ha añadido que las afirmaciones sobre la politización de la justicia, “reiteradas durante años por opinadores de todo tipo y que se vinculan al modelo de gobierno judicial, no se ajustan a la verdad y se desmienten una y otra vez por cada uno de esos jueces y juezas que cada día se esfuerzan en sacar adelante procesos de toda clase tramitados en sus Juzgados y Tribunales, con los medios de los que disponen y siempre con respeto a las garantías del proceso y los derechos de los justiciables”.
Lesmes se ha referido expresamente a las muchas causas de corrupción que se están instruyendo o enjuiciando en la actualidad, que “afectan a muy diversos responsables públicos e instituciones, y en todas ellas los hechos se manifiestan con terquedad en una misma dirección: los jueces están actuando con total y absoluta independencia, sin aceptar injerencia alguna”.
La corrupción –ha señalado- “ha encontrado en la justicia española la más eficaz y contundente respuesta, desde la rabiosa independencia de nuestros jueces, desde el nuevo juez de instrucción a los que sirven en este Tribunal Supremo, jueces que no admiten injerencias ni presiones de ningún tipo y que no tienen más señor que la propia ley, expresión de la voluntad de la mayoría”.
El presidente del TS y del CGPJ ha advertido, no obstante, de que para hacer frente a este fenómeno no basta la acción de la justicia. Ésta tiene que ir acompañada de “la definición de unas estrategias de buen gobierno, de prevención y, sobre todo, de regeneración de la gestión pública”.
Espíritu de servicio
Además de su independencia, Carlos Lesmes ha destacado el espíritu de servicio de los jueces y juezas españoles y ha recordado que el promedio de sentencias dictadas por cada uno de ellos en 2015 alcanzó casi las 300, más que días laborables en el año, lo que se tradujo en “un millón y medio de sentencias que han significado mayor seguridad jurídica, respeto a los derechos frente al abuso y menor conflictividad social”.
El presidente del Poder Judicial ha dicho que “en nuestro sistema judicial no hay héroes ni seres excepcionales, ni está dotado de recursos extraordinarios. Su grandeza se construye sobre la actividad cotidiana de una suma de hombres y mujeres prudentes, honestos y capaces que se afanan cada día en proporcionar una respuesta, una solución a los conflictos que de manera constante surgen en una sociedad dinámica y compleja como la nuestra”.
“Es precisamente esa labor, ese buen hacer, lo que genera y lo que debe seguir generando la confianza a nivel social, institucional y económico. Por ello, nuestra sociedad debe saber que cuenta con sus 5.500 jueces, con su espíritu de servicio”, ha añadido.
La imagen de la justicia
En su discurso, Carlos Lesmes ha recordado que las encuestas y los estudios de opinión revelan que el sistema judicial suscita respeto y confianza, pero también recelo y desafección, situación que ha atribuido en buena parte a “la ausencia de consensos para abordar, desde la responsabilidad institucional, las medidas que demanda nuestra sociedad en materia de Justicia”, pero también al hecho de que el juez “no siempre ha sabido transmitir a la ciudadanía la esencia de su función”.
El presidente del TS y del CGPJ ha destacado, no obstante, que en los barómetros de confianza institucional los jueces obtienen una evaluación positiva, y ello pese a la “difícilmente digerible” carga de trabajo que pesa sobre algunos jueces y la “exigua media” de doce jueces por cada 100.000 habitantes, inferior a la de los países de nuestro entorno.
El esfuerzo judicial también queda acreditado por el hecho de que las jurisdicciones civil y social alcanzaran durante 2015 las máximas cotas de resolución de los últimos diez años, lo que no ha servido para conseguir disminuir la pendencia en los tribunales civiles.
Ante esta situación, Lesmes ha considerado que es el momento de ensayar nuevas metodologías de gestión –como la mediación intrajudicial o la denominada justicia restaurativa-, de reflexionar sobre si las leyes procesales vigentes están concebidas para aplicarse en entornos absolutamente digitalizados y de alentar un giro estratégico a nivel legislativo sobre la forma de concebir la estructura del proceso judicial en el que la tecnología no se limite a facilitar las tareas procesales, sino que las vertebre en su integridad.
Presencia de la sociedad civil
El acto de apertura del Año Judicial celebrado hoy en el Tribunal Supremo ha contado por primera vez con la presencia de representantes del mundo universitario, científico y cultural y miembros de organizaciones no gubernamentales.
Del ámbito judicial, además del vicepresidente y los magistrados del Tribunal Supremo y de los presidentes de la Audiencia Nacional y de los Tribunales Superiores de Justicia, también han asistido representantes de todas las asociaciones judiciales –Asociación Profesional de la Magistratura, Asociación Judicial Francisco de Vitoria, Jueces para la Democracia y Foro Judicial Independiente-, así como el presidente de la Corte de Casación francesa y el fiscal general ante ese tribunal y el presidente de la Corte de Casación marroquí y el fiscal general del rey de Marruecos.
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