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La responsabilidad civil por daños y perjuicios es un término que suena complicado, pero está más presente en situaciones de la vida cotidiana de lo que imaginas.

En pocas palabras, es una figura del derecho que permite a una persona pedir una compensación cuando ha sufrido un daño.

Ese daño puede ser a su propiedad, integridad física o moral, y es causado por la acción o negligencia de otro, así que, como te decimos, está a la orden del día, por el ámbito tan grande que abarca.

Vamos a hablar hoy más detenidamente de ello y de cómo te puede afectar.

¿Qué es la responsabilidad civil?

En términos sencillos, la responsabilidad civil implica que, si una persona causa un daño a otra (ya sea por acción directa o por negligencia), tiene la obligación legal de repararlo, normalmente con una compensación económica.

Es importante, en este punto, diferenciar entre responsabilidad civil y responsabilidad penal, ya que en esta última, el acusado tiene penas de cárcel, y económicas muy elevadas, y no se resuelve con una negociación y una sanción del juez, como lo hace la primera.

Responsabilidad civil

La obligación que tienes de reparar los daños y perjuicios que origines a otra persona o a su patrimonio, y la encuentras en el artículo 1089 del Código Civil.

Aquí, distinguimos dos tipos:

Responsabilidad civil contractual 

El daño surge del incumplimiento de un contrato, es decir, hay un documento legal que se infringe y tiene consecuencias que se deben acatar.

Ponemos un ejemplo: contratas a una empresa para reformar tu casa y, por negligencia, dañan una parte de la estructura.

Un caso claro en el que están obligados a compensarte por ello.

Responsabilidad civil extracontractual 

El daño no tiene su origen en un contrato, sino en un acto ilícito o negligenteno has firmado nada que te obligue a compensar por “eso” que has hecho, pero de cualquier manera, has perjudicado a alguien y debes repararlo.

Un ejemplo típico es un accidente de tráfico en el que causas daño a otro, ya sea a su persona o a su coche en este caso.

Con los conceptos básicos claros, veamos algunos de los casos de responsabilidad civil por daños y perjuicios.

7 casos de responsabilidad civil por daños

Hay diferentes, según el ámbito en el que se producen, y cada uno tendrá unas consecuencias particulares.

Accidentes de tráfico

Uno de los casos más habituales que nos encontramos.

Si provocas un accidente, ya sea por saltarse una señal de tráfico, conducir distraído o en estado de embriaguez, tienes la obligación de reparar los daños que causes, ya sea a otros vehículos como a cualquier persona involucrada.

Con esto hablamos de los costes de reparación de los vehículos, así como la compensación por lesiones físicas que puedan haber sufrido tanto pasajeros como peatones.

Accidentes laborales

En un accidente en el trabajo puedes reclamar una compensación si demuestras una falta de medidas de seguridad por parte del empleador, y eso es importante que lo tengas en cuenta: es indispensable demostrar que la empresa incumplió con sus obligaciones de prevención.

Responsabilidad médica

Otro ámbito en el que se aplica frecuentemente, aunque los médicos y hospitales hacen todo lo posible por sus pacientes, a veces, cometen errores que provocan daños o perjuicios.

Si, como paciente, sufres una complicación por una negligencia médica, tienes derecho a reclamar una compensación, en caso de un diagnóstico erróneo, un tratamiento inadecuado o, incluso, errores durante una cirugía.

Caídas en lugares públicos o privados

Imagina que resbalas y te lesionas en un supermercado, por ejemplo, o en la acera, según regresas a casa.

Si demuestras que fue por algo como un suelo mojado, sin señalizar, o en mal estado, puedes reclamar una compensación, porque es obligación del propietario (particular u organismo público) mantener sus instalaciones seguras para evitarlo.

Daños a la propiedad

Otro caso demasiado habitual, por ejemplo, esa reforma de tu vecino que ha provocado grietas en tu cocina, o por ese árbol de la finca colindante del que cae una rama, justo, sobre la barbacoa de tu jardín.

En ambos casos, puedes pedir una compensación por los daños sufridos.

Responsabilidad civil de productos defectuosos

Las empresas tienen la obligación de ofrecer productos seguros, y si no lo hacen, deben compensar a los consumidores afectados.

Un ejemplo, compras una lavadora que resulta tener un fallo, al segundo día empieza a salir agua y termina con humedades en el suelo de tu cocina, puedes reclamar al fabricante o al vendedor por todo lo que te ha causado.

Indemnización por daño moral

Aunque hablaremos en un punto más adelante de este tema, te adelantamos un poco este tipo de responsabilidad civil porque es un caso relevante y bastante habitual: el daño moral y cómo repararlo

Hablamos del perjuicio que afecta directamente los sentimientos, la dignidad, el honor, o la vida emocional de una persona.

Aquí, es complicado de cuantificar porque se basa en un sufrimiento que alguien experimenta por una negligencia y cada uno tiene una forma de poner precio a algo así.

Esto no es como esa reparación que necesita tu coche después de un golpe, y que el taller te cobra una cantidad determinada, o ese arreglo de humedades de la cocina provocadas por la lavadora, aquí no es sencillo valorar el sufrimiento de una persona a raíz de algo que ha hecho otra.

Son ejemplos los casos de difamación o calumnia, donde se daña tu reputación, en ellos puedes solicitar una indemnización por el sufrimiento y la humillación causados. 

También el acoso laboral o mobbing, donde hablamos de maltrato psicológico en el entorno de trabajo.

Aunque complicado, los jueces lo valoran y consideran el impacto en la vida del afectado, para determinar una compensación económica justa por ese daño sufrido.

Responsabilidad civil por daño emocional

Con la explosión del uso de internet y las redes sociales, los casos de daños a la reputación por difamación han adquirido una dimensión que desconocíamos hasta ahora.

Una declaración, un comentario malintencionado, o la difusión de información delicada sin permiso, se propaga en cuestión de minutos, y causa un daño irreparable a la reputación de una persona o empresa. 

La facilidad para publicar contenido online ha generado un aumento en los casos de difamación digital, un tipo de daño moral que está contemplado dentro de la responsabilidad civil.

Consecuencias legales de la difamación digital

En España, la difamación es un acto ilícito que da lugar a demandas civiles y, en algunos casos, incluso a procedimientos penales si el daño es grave.

Cualquier víctima puede interponer una demanda por daños y perjuicios, exigiendo una compensación económica por el daño moral sufrido, además de exigir, aunque sea muy complicado de hacer, que el contenido difamatorio sea retirado de la red

¿Qué consigue una demanda por difamación?

Si no lo consigue, por lo menos, intenta reparar el daño emocional y el sufrimiento causado, por lo que el juez estudia cada caso de manera independiente para valorar el impacto en la vida de la víctima, así como la gravedad de las acusaciones.

¿Cómo actuar ante una difamación digital?

Lo primero, ante cualquier solicitud de responsabilidad civil, es imprescindible aportar pruebas.

Si no tienes pruebas físicas que te avalen, muestra capturas de pantalla, emails, wasap, y cualquier evidencia del contenido difamatorio, porque aunque sea retirado, te sirven de prueba para demostrar el caso ante el juez.

Busca asesoramiento legal, es necesario que acudas a un abogado especializado en derecho digital o responsabilidad civil que evalúe tu situación y te indique los pasos a seguir. 

A menudo, se alcanza un acuerdo amistoso sin necesidad de llegar a los tribunales y es con un abogado a tu lado con quien lo puedes conseguir.

No olvidemos que los casos que se resuelven tras un acuerdo entre las partes evitan la pérdida de mucho tiempo y dinero.

Como decimos, aunque seguro que quieres eliminar ese contenido es realmente difícil, pero no dejes de intentarlo.

Contacta con la plataforma o el responsable del contenido y solicita que sea retirado, en el caso de las redes sociales y plataformas de vídeo tienen mecanismos para denunciar contenido difamatorio o que infrinja las normas, y pueden ayudarte a conseguirlo.

Si el daño que has sufrido es importante, seguramente que ese contenido se elimine no es suficiente, sino que quieres una compensación económica, y es aquí cuando un abogado te ayuda, sin duda, a conseguirla.




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