El saldo total de 97.700 millones de 2015 se desglosa en casi 44.000 millones en valores y derechos (acciones), más de 20.200 millones en fondos, más de 18.300 millones en cuentas bancarias y de crédito, 11.600 millones en inmuebles y 3.600 millones en seguros. Entre 2012, primer año sobre el que era exigible la declaración del 720, y 2015, resulta especialmente notable el trasvase de importes declarados entre dos categorías de bienes y derechos: las cuentas y las acciones. Así, mientras el importe de las primeras aumenta en más de 3.300 millones de euros, el de los valores se reduce en más de 2.200 millones.
Esta evolución está fuertemente vinculada con la necesidad de transparentar titularidades que exigía la Declaración Tributaria Especial, de manera que el verdadero titular de los bienes y derechos presentase la DTE y que asumiera también la titularidad jurídica de los mismos. Como resultado de ello, en los modelos 720 los contribuyentes han ido reflejando la cancelación de participaciones en sociedades y estructuras interpuestas y la paralela incorporación de patrimonios en cuentas a su nombre.
Por otra parte, entre 2012 y 2015 el saldo de los fondos ha crecido en más de 3.000 millones, en 2.200 millones el importe declarado por inmuebles y en 380 millones el valor de los seguros y rentas vitalicias.
Distribución por países y bienes
Atendiendo al reparto por países, en 2015 más de un tercio del saldo global declarado se concentraba en Suiza (casi 20.200 millones) y Luxemburgo (cerca de 13.500 millones). Por tipos de bienes, en acciones y cuentas destaca también Suiza (7.400 y 5.900 millones, respectivamente), donde se percibe especialmente, en la comparación 2012-2015, el trasvase de importes declarados entre ambas categorías de bienes, con reducción en valores y aumento consiguiente en cuentas.
En cuanto al resto de categorías de bienes y derechos, en los fondos más del 70% del total se corresponde con Luxemburgo (más de 8.100 millones) y Suiza (6.300 millones). También es Luxemburgo el primer país en cuanto al saldo de seguros (1.300 millones), mientras que en inmuebles los mayores importes están en Francia y Reino Unido, con cerca de 2.000 millones en ambos casos.
A su vez, mientras la evolución de los saldos patrimoniales entre 2012 y 2015 viene marcada, en el caso de algunos países, por operaciones societarias concretas y dinámicas generales de inversión, caso del descenso de las acciones en Holanda y el aumento de los fondos en Luxemburgo, en otros supuestos se puede apreciar el paulatino proceso de afloramiento de bases imponibles como, por ejemplo, en el hecho de que Andorra, Panamá, Liechtenstein y Bahamas son cuatro de los cinco países con mayor descenso de los saldos globales, por un importe conjunto para los cuatro territorios de casi 2.300 millones de euros.
El control patrimonial a partir del 720
La nueva herramienta que permite disponer de los saldos netos de cada año declarados en el 720 ofrece a la Agencia Tributaria la posibilidad de establecer un hilo conductor entre las diferentes declaraciones del modelo que anualmente se presentan. Esto facilita tanto la determinación de variaciones patrimoniales y hechos imponibles a regularizar, como el análisis de una situación permanentemente actualizada de los bienes y derechos, a efectos de control recaudatorio.
La conjunción de este instrumento con estrategias y métodos de 'big data' permitirá un mayor aprovechamiento de la información disponible en la base de datos de la Agencia y un procesado masivo de la información, favoreciendo el establecimiento de nuevos criterios de búsqueda de patrones de riesgo fiscal y su extensión a estructuras societarias más complejas.
De esta forma, la Agencia Tributaria refuerza el control de patrimonios a partir del modelo 720 que viene manteniendo en los últimos años, y que ya ha generado, más allá de las propias regularizaciones que se efectúan, una sensible mejora en el cumplimiento voluntario de los declarantes del modelo.
Así, la base imponible declarada en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas de 2014 por los presentadores de 720 ya era un 9,4% superior a la del IRPF 2010, y su cuota íntegra había aumentado un 23,8%, frente a los descensos registrados en las bases y cuotas del conjunto de los declarantes de IRPF.
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