Decía el jurista, Rudolf von Jhering “La lucha por el derecho es la poesía del carácter”
El cambio global requiere de compromisos y de acciones comprometidas. El pasado 25 de septiembre, los países que forman parte de la ONU se comprometieron a adoptar un conjunto de objetivos globales (Los #17ODS) para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para tod@s como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible, la Agenda 2030 y un nuevo acuerdo mundial sobre el cambio climático.
Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años. Y para alcanzar estas metas, todo el mundo tiene que hacer su parte: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y las personas.
España es un país desarrollado jurídica y democráticamente como para asumir e implicarse en el desarrollo de la Agenda 2030 de la ONU y que consta de 17 objetivos. El Estado de Derecho y el Desarrollo Sostenible están interrelacionados de forma significativa y se refuerzan mutuamente. La historia nos ha aportado muchos ejemplos sobre cómo el desarrollo jurídico ha contribuido en la cohesión social y la sostenibilidad de los países más avanzados. La “Norma” suele ser…que allí dónde existe un sistema jurídico y democrático, aparece el progreso social.
Las redes que interactúan en los colegios profesionales son un pilar de la Justicia española, así como las asociaciones de jueces, magistradas, juristas y profesionales de la abogacía por áreas. También lo son las asociaciones especializadas en la perspectiva de género y aquellas que se dedican a impulsar la Igualdad en las estructuras de poder de la justicia.
Creo que la Abogacía española dispone de los recursos y del compromiso como para implicarse en esta tarea global que nos compete a todos, pero la Administración de la Justicia en su conjunto, ha de hacer sus deberes y demostrar con “hechos” su compromiso, pues son muchos los retos internos que todavía están pendientes de abordar.
El objetivo número 16 de la Agenda 2030 de la ONU se centra precisamente, en la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, la provisión de acceso a la justicia para tod@s y la construcción de instituciones responsables y eficaces a todos los niveles.
Este objetivo conecta con la línea de actuación que la Abogacía española está impulsando desde hace tiempo, en la defensa de los derechos humanos en general y en especial, para las personas refugiadas, como un nuevo fenómeno global, expulsadas de sus países de origen por conflictos armados y crisis de diversa índole. También con el impulso de campañas para mejorar el funcionamiento de la justicia (transparencia, despolitización de tribunales, defensa de la universalización de la justicia, digitalización e innovación, igualdad, más recursos…) y mejora de las condiciones del Turno de Oficio en España, entre otras.
La Metas que propone este objetivo número 16 son las siguientes:
-Reducir considerablemente todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad conexas en todo el mundo
-Poner fin al maltrato, la explotación, la trata, la tortura y todas las formas de violencia contra las niñas y niños.
-Promover el estado de derecho en los planos nacional e internacional y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para tod@s.
-Reducir de manera significativa las corrientes financieras y de armas ilícitas, fortalecer la recuperación y devolución de bienes robados y luchar contra todas las formas de delincuencia organizada.
-Reducir sustancialmente la corrupción y el soborno en todas sus formas, también dentro de los itinerarios de la justicia, que la hace más vulnerable para poder impulsar las demás metas con transparencia y diligencia
-Crear instituciones eficaces, responsables y transparentes a todos los niveles
-Garantizar la adopción de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades a todos los niveles
-Garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales
- Promover y aplicar leyes y políticas no discriminatorias en favor del desarrollo sostenible
Asimismo, es importante destacar que los gobiernos que forman parte de la ONU y sus respectivas sociedades, deben integrar en sus programas de desarrollo el concepto de Igualdad como valor y principio a la vez para alcanzar un verdadero cambio global.
Es conveniente recordar una de las frases más destacadas del anterior Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon “La Igualdad de las mujeres y las niñas constituye también un imperativo económico y social. Hasta que no se logre liberar a las mujeres y las niñas de la pobreza y la injusticia, todos los objetivos: la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible, correrán peligro”
Por tanto, la Igualdad es el eje central de los objetivos de la Agenda 2030. Me consta que la IV Cumbre de Mujeres Juristas de España organizada por el Colegio Oficial de la Abogacía de Madrid clausuró su edición con un gran propósito: "Que la Igualdad sea un principio rector en todo tipo de actividades y que el derecho se convierta en su herramienta más eficaz". Hay marcos normativos elaborados para que las mujeres tengan mayor acceso y participación en todo, pero la falta de inversión impide la implementación de acuerdo a la lógica jurídica de esas leyes.
“Mientras no frenemos la violencia contra las mujeres y niñas no se podrá alcanzar una igualdad real”
Si bien se han producido avances a nivel mundial con relación a la igualdad entre los géneros, a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, las mujeres y las niñas siguen sufriendo discriminación y violencia en todos los lugares del mundo. La violencia es un mal global, irrumpe directamente en la seguridad de las ciudades. Y mientras no frenemos la violencia contra las mujeres y niñas no se podrá alcanzar la igualdad real, pues es condición primordial la convivencia pacífica, la seguridad y el respeto y dignidad de todas las personas del planea, “todas”.
Los índices de violencia machista en España están aumentando, y hay estudios que aseguran un aumento de la violencia también entre adolescentes y jóvenes. Por tanto, no es un tema ajeno a nuestra realidad, todo lo contrario. La igualdad entre los géneros no es sólo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible.
También apunté en un artículo anterior, “La legislación, el poder de las mujeres” que España posee uno de los índices más altos en desigualdad entre hombres y mujeres pese a disponer de 13 leyes de igualdad impulsadas por los gobiernos autonómicos y la Ley Estatal de Igualdad efectiva entre hombres y mujeres 3/2007. Éstas, no han evitado el aumento de la brecha salarial, los techos de cristal, la brecha de género en las pensiones, o la brecha del tiempo con respecto a la corresponsabilidad de los usos sociales del tiempo.
Estoy convencida de que la Abogacía española pude jugar un rol estratégico en el desarrollo de la Igualdad, tal como se ha fijado la ONU en la Agenda 2030, no sólo en el ámbito profesional de la justicia, también como organización referente en la sociedad del Siglo XXI.
El cambio global depende de cada una de nosotras, las personas.
Y para concluir este artículo, una llamada a la humanidad en” La historia que tú estás formando”