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  • La Audiencia de Castellón le impone también el pago de una indemnización de 70.900 euros por los daños que sufrió la víctima. La sentencia declara probado que el agresor golpeaba a su compañera con un cinturón, le tiraba agua fría y le daba patadas. Llegó a meterle en la boca el cañón de un revólver para hacerle la ‘ruleta rusa’ porque creía que ella le era infiel
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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a 31 años y nueve meses de prisión a un hombre al que considera culpable de dos delitos de agresión sexual, uno de ellos continuado, dos delitos de maltrato y otros dos de amenazas, además de los delitos de coacciones, lesiones, tenencia de armas prohibidas y trato degradante. El condenado deberá indemnizar a la víctima con 70.000 euros por los daños morales que sufrió y con 900 euros por las lesiones físicas que le provocó. 

Los hechos comenzaron en septiembre de 2019 cuando el condenado y la víctima, que se conocieron tras coincidir en el trabajo, iniciaron una relación sentimental de convivencia en una casa en una vivienda abandonada de Castellón. 

Según el relato de hechos probados que hace la sentencia, el hombre generó un clima de humillación, sometimiento y terror respecto de su pareja debido a su actitud celosa y posesiva. 

De este modo, casi desde el inicio de la relación, la obligaba a desnudarse para comprobar si había mantenido relaciones sexuales con otros hombres. En varias ocasiones le ató también las muñecas y los tobillos con cinta americana, para interrogarla sobre supuestas infidelidades, mientras le golpeaba con un cinturón, le tiraba un cubo de agua fría o le daba patadas. 

La resolución mantiene que, durante los meses que duró la relación, cuando ambos no coincidían en turno en el trabajo, el hombre la obligaba a quedarse en el coche, que aparcaba en el centro laboral, de donde no la dejaba salir y a donde acudía de forma periódica para controlarla. 

En el mes de noviembre, el condenado acusó a la víctima de haber mantenido relaciones sexuales con un perro, la inmovilizó y la violó en la vivienda que compartían. 

Poco después, en enero de 2020, tras expresar sus sospechas sobre una infidelidad, la obligó a desnudarse y le metió en la boca un arma tipo revólver y accionó el gatillo, sin que la pistola llegara a disparar. El mismo día, le quemó la mano, le acercó la cabeza al fuego de la cocina y le provocó así quemaduras en parte del pelo.

El 13 de enero de ese mismo año, ambos circulaban en coche por las inmediaciones de la Ciudad de la Justicia de Castellón cuando el hombre amenazó de muerte con un machete a la mujer, que conducía el vehículo, redujo la velocidad, se arrojó a la calle en marcha y pidió ayuda. La víctima fue auxiliada por los miembros de la Guardia Civil del Palacio de Justicia, que detuvieron al agresor.

La sentencia, que cuenta con el voto particular de uno de los magistrados de la Sala, no es firme y se puede recurrir ante la Sala de lo Civil y Penal de Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.




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