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Laura Zornoza

Bruselas, 27 jun (EFE).- En vísperas de que España asuma la presidencia del Consejo de la Unión Europea y más de trece años después de la anterior ocasión en la que el país tuvo este papel, se amontonan las preguntas sobre cuál será su papel y las tareas de las que tendrá que responsabilizarse entre el 1 de julio y el 31 de diciembre.

.- ¿Qué significa presidir el Consejo de la UE? ¿El presidente del Gobierno presidirá la Unión Europea?

No. Ni la presidencia es un proyecto personalista ni el órgano a presidir es "la Unión Europea". Serán los ministros de cada ramo los que presidan las reuniones de nueve de las diez formaciones ministeriales del Consejo -todas menos Asuntos Exteriores y Defensa-; es decir, el ministro de Agricultura preparará las agendas y dirigirá las reuniones del Consejo de Agricultura, por ejemplo.

Lejos de los focos, el representante permanente (embajador) ante la Unión Europea y los consejeros y "eurofuncionarios" españoles presidirán también los grupos de trabajo y los comités de representantes permanentes (Coreper) en los que se avanza en la discusión más técnica de cada dossier, claves para allanar el terreno a los ministros en sus debates políticos.

.- Pero, ¿qué es el Consejo de la UE?

El Consejo de la UE representa a los Estados miembros y es uno de los dos órganos colegisladores de la UE: junto al Parlamento Europeo, negocia y da forma a las propuestas de nuevas directivas o reglamentos que presenta la Comisión Europea.

En los llamados "trílogos" se pone sobre la mesa la postura negociadora de la Eurocámara y la del Consejo para llegar a un consenso; será el papel de España ayudar a encontrar una posición común entre todos los Estados miembros y después, basándose en ella, negociar en nombre de todos sus socios europeos con los representantes del Parlamento.

Por el lado del Parlamento, frente a esto, España no tiene ningún rol legislativo específico: cada legislación tiene asignado un grupo de negociadores de distintos colores políticos y nacionalidades que se eligen individualmente.

.- ¿España presidirá entonces también las cumbres de líderes, formalmente bautizadas como Consejo Europeo?

No. Aunque los nombres similares den lugar a confusión, el Consejo Europeo es el formato en el que se reúnen los jefes de Estado y de Gobierno de la UE y tiene su propio presidente, que ahora es el belga Charles Michel. El papel de la presidencia rotatoria es limitado en estas reuniones, aunque cada país puede proponer celebrar cumbres informales en su territorio, como la que tendrá lugar en Granada en octubre.

La presidencia rotatoria tampoco tiene nada que ver con el Consejo de Europa, un organismo con sede en Francia y 46 países miembros que promueve los valores democráticos y los derechos humanos en el continente.

Sin embargo, sí hay otros espacios políticos europeos en el que un ministro o secretario de Estado español representará al Consejo: por ejemplo, los debates del Parlamento Europeo con esta institución y la Comisión Europea, en los que el representante de la presidencia tendrá que compartir la postura consensuada de los veintisiete socios.

.- ¿Podrá España influir en las posturas del Consejo en las negociaciones entre socios?

No, porque tendrá que ser "árbitro": el papel de una presidencia es buscar consensos, mediar para resolver diferencias y coordinar los trabajos siempre de forma imparcial, buscando construir puentes entre posiciones alejadas antes que sumarse a otras posturas.

El semestre de la presidencia no es el momento para que España defienda su posición nacional aunque toque debatir legislación que afectará al país muy de cerca, como la reforma del mercado eléctrico o las nuevas reglas fiscales; en su lugar, tendrá primero que ejercer de mediador para encontrar una postura única a Veintisiete y después defender esa postura en las negociaciones con el Parlamento.

Ante la ingente cantidad de trabajo que enfrentará la que es la última presidencia del Consejo completa antes de las elecciones europeas de 2024, España sí podrá seleccionar los 'dossieres' que tenga más interés en acelerar y concluir en función de las prioridades de su presidencia.

Los ejes de este semestre serán, para España, impulsar la reindustrialización de Europa, avanzar hacia la transición ecológica, consolidar el pilar social y reforzar la unidad europea.




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