Lleva 12 años en el turno de oficio del Colegio de Abogados de Granada, donde también preside la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita. Califica su trabajo en el Turno como muy duro pero, al mismo tiempo, muy enriquecedor.
¿Por qué decidió adscribirse al Turno de Oficio?
El Turno de Oficio y sobre todo las guardias de asistencia al detenido te hacen estar en contacto con el mundo jurídico “en vivo”; conoces el funcionamiento de los centros de detención, de los juzgados de guardia y aplicas estrategias procesales con agilidad, de forma muy diferente a como se hace desde el despacho, en donde todo es un poco más pausado. En una guardia debes tomar decisiones rápidas para establecer la mejor defensa de tu cliente. Y además conoces asuntos que quizás de otra forma no llegarían al despacho. Es una experiencia muy dura, pero muy enriquecedora.
¿Cómo cree que los ciudadanos en general perciben su trabajo? ¿Y los clientes de la Justicia Gratuita?
Los clientes, en cierto modo, sienten que están en nuestras manos. Depositan toda su confianza en nosotros y los clientes del turno, más aún si cabe, sobre todo en las detenciones, porque eres su llave al exterior. Nos ponemos en contacto con sus familias, les ofrecemos información de la que en la mayoría de los casos carecen. Y hay que señalar que sigue habiendo mucho desconocimiento sobre el derecho a tener asistencia jurídica gratuita, mucha gente no lo sabe.
¿Ha cambiado la tipología de casos que atienden los abogados de oficio?
A grandes rasgos, no, pero es cierto que hay una gran novedad a la que se están acogiendo muchos de los beneficiarios de Justicia Gratuita que es la interposición de concursos de persona física y demás supuestos de la Ley de segunda oportunidad.
¿Qué caso de oficio le viene a la mente cuando repasa su trayectoria?
Tuve que acudir a la Guardia Civil de un pueblo de Granada y me acompañaba un compañero en prácticas. El cliente, un señor de unos 70 años, le hablaba continuamente al compañero en prácticas (que era la primera vez que acudía a una guardia), le preguntaba a él, en lugar de a mí, y lo hacía por ser él un hombre y yo una mujer, evidentemente.
¿Piensa que los casos en los que interviene un abogado de oficio reciben la misma atención por parte de los juzgados que el resto de casos?
Aunque no es muy habitual, a veces sí hay diferencia de trato, sobre todo en señalamientos o declaraciones, en que se intenta sustituir al letrado del Turno por cualquier otro. En la jurisdicción de menores es habitual que pretendan que cualquier letrado asista al menor si el suyo no ha podido comparecer por algún motivo justificado (que en la mayoría de los casos suele ser la falta de notificación por parte del propio juzgado), lo que deja a los justiciables indefensos, ya que no puede tener cualquiera el conocimiento del caso como el letrado que se lo ha preparado y lleva conociéndolo bastante tiempo.
Además de una remuneración más acorde al trabajo realizado, ¿qué echa de menos en su tarea como abogada de oficio?
Un mayor respeto por parte de juzgados y centros de detención por nuestro trabajo. Los letrados y letradas no somos sustituibles entre nosotros; debe hacerse cargo del asunto la persona que ha tenido conocimiento de él. También se ha puesto de manifiesto esa falta de respeto en la pandemia, en la que no nos dejaban acceder y se nos trataba como si no fuésemos también operadores jurídicos necesarios en la ecuación que supone cualquier procedimiento judicial. Igualmente, con las huelgas de los Letrados de la Administración de Justicia y ahora con la de funcionarios, estamos siendo el último eslabón de la cadena. Creo que nos merecemos mayor respeto.
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