En pleno proceso de negociación con los principales agentes sociales sobre la propuesta presentada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones el pasado 13 de enero para reformar el sistema actual de cotización de los trabajadores autónomos –lo que supondría un cambio estructural que abandonaría el sistema de bases de cotización de elección voluntaria por el autónomo y, en su lugar, se implementaría un marco de tramos vinculante en función de los ingresos reales declarados, cada uno de los cuales tendría asociado una cuota mensual de cotización.–, el Consejo General de Economistas de España (CGE) ha organizado un coloquio con objeto de analizar y valorar esta propuesta, calibrar en qué medida podría afectar a los profesionales que operan por cuenta propia, e intentarán alumbrar algunas ideas que puedan ser de utilidad a los poderes públicos para la toma de decisiones a este respecto.
La sesión ha sido inaugurada y moderada por Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España, y en ella han participado Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Roberto Pereira, presidente de Economistas Asesores Laborales (EAL-CGE) –órgano especializado en asesoramiento laboral del Consejo General de Economistas de España–, y Javier Santacruz, profesor de Economía y analista del Consejo General de Economistas
Tras unas breves intervenciones iniciales en las que Javier Santacruz ha explicado la realidad de los trabajadores por cuenta propia en España, y Lorenzo Amor y Roberto Pereira han expresado el punto de vista de autónomos y asesores laborales en relación a esta propuesta de reforma de cotización, ha tomado la palabra Valentín Pich, quien, a modo de resumen de estas exposiciones previas, ha destacado que el nuevo sistema de tramos podría suponer que autónomos con una facturación similar podrían pagar diferente cuota en función de que puedan o no deducirse ciertos gastos afectos a la actividad. A este respecto, el presidente del Consejo general de Economistas ha señalado que “la reforma de cotizaciones de los autónomos requeriría de un cálculo de los beneficios reales de la actividad único e igual para todos, por lo que sería necesario homogeneizar los cálculos de los ingresos netos”. Según Pich, “todos los intervinientes en este acto han insistido en un hecho irrefutable: que el colectivo de autónomos es muy diverso, pero que en todos ellos se produce una volatilidad de sus ingresos mensuales, lo que explica que casi el 65% de los autónomos cotice por la base mínima; y es precisamente esa volatilidad la que nos lleva a pensar que debería mantenerse la libertad de cotización para aquellos autónomos ya establecidos, lo que no obsta para que se implementen incentivos para que voluntariamente aumenten su cotización.
En este sentido, Valentín Pich ha insistido en la conveniencia de abordar, de forma paralela a la reforma del sistema de cotización, un cambio en la fiscalidad de los rendimientos de actividades económicas en el IRPF “para establecer unas reglas iguales para todos en cuanto a la deducibilidad de gastos”.
A continuación, se ha llevado a cabo un DEBATE que ha girado en torno a cinco cuestiones concretas:
- El nuevo sistema de tramos, basado en los “ingresos reales” y no en los “rendimientos netos”, podría suponer que autónomos con una facturación similar, pero cuyos gastos sean deducibles para unos y no para otros, se sitúen en distinto tramo, lo que provocaría que tendría que pagar mucha más cuota aquel que no puede deducir los gastos afectos a la actividad. Mismos beneficios, mismos gastos, diferencias a la hora de deducir. Ante tal escenario, ¿considera justa la propuesta? ¿cree puede llegar a ir en contra de lo dispuesto en el artículo 31 de la constitución española en relación con el principio de progresividad tributaria y de reparto equitativo?
Para Lorenzo Amor “la propuesta no es justa porque se basa en la capacidad de deducción que tiene el autónomo en cuanto a los gastos afectos a su actividad y no de los beneficios finales. Desde luego, la solidaridad a la hora de contribuir al sistema es básica en España y debe respetarse en todos los sentidos. La cotización debe ser equilibrada y coherente con los ingresos del pequeño empresario. Lo que no sea así ni sería justo ni cumpliría los conceptos básicos”. Según Roberto Pereira, “es un error basar el sistema en los ingresos reales, igual que para los pagos fraccionados del IRPF se utiliza el rendimiento neto, para los autónomos ha de seguirse el mismo criterio, que además es lo más coherente para igualar el procedimiento con la cotización de los trabajadores por cuenta ajena del régimen general, que cotizan en base a su masa salarial, la unidad equivalente al rendimiento neto de la actividad económica”. Con respecto a este primera pregunta, Javier Santacruz estima que “las posibles desigualdades de trato que se puedan producir por el lado fiscal obligan a que en paralelo a la reforma del sistema de cotización se haga la reforma de la fiscalidad de los rendimientos de actividades económicas en el IRPF para establecer las mismas reglas de deducibilidad de gastos y el mismo cálculo de rendimientos netos. El problema es que esto abriría un campo complejo ya que hasta ahora no se ha querido tocar aspectos como la estimación objetiva”
- Según las informaciones de distintos medios, la tarifa plana se mantendría pero limitada para personas con rendimientos inferiores al salario mínimo interprofesional. Siendo estas bonificaciones de gran ayuda para los autónomos que inicien una nueva actividad económica, ¿establecer tal limitación no podría tener un efecto disuasorio en los emprendedores, habida cuenta de que tendrán que asumir un mayor coste?
Según Lorenzo Amor, “la limitación de ingresos al SMI añade trabas al inicio de la actividad. La propia Confederación de Jóvenes Empresarios ha pedido que la tarifa plana no se modifique para no añadir cargas a los que empiezan”. A este respecto, Roberto Pereira considera que “en otras épocas con mayores cifras de emprendedores, no existía tarifa plana y creo por lo tanto que para los que de verdad tienen un proyecto que quieren poner en marcha, esto no es un obstáculo. Puede ser un incentivo posiblemente para los que tengan alguna duda, de ahí que las cifras de consolidación de proyectos hayan ido a menos en los últimos años”. Para Javier Santacruz, “existe un problema de incentivos en el sistema de tarifa plana, ya que en este momento facilita la entrada en la actividad de personas que posteriormente no son capaces de crecer y consolidarse en el tiempo. En el último año, la tasa de supervivencia de autónomos en el primer año ha descendido desde el 92% hasta el 86% según el INE”.
- Estamos hablando de que un sistema como el previsto, donde la fijación de la cuota se basaría exclusivamente en la facturación. Según algunos autores podría implicar un incremento de la economía sumergida. ¿qué opina usted al respecto?
Lorenzo Amor ha insistido en que “el tema de que si no es un sistema justo y en las mismas actividades unos autónomos pueden deducirse gastos afectos a su actividad y otros no, especialmente aquellos que no llegan a una facturación mínima no entrarán en el sistema y se creará el efecto contrario al perseguido. La economía sumergida es posiblemente, junto a la morosidad, la peor lacra que sufren los autónomos”. A Roberto Pereira no le parece que esta medida pueda tener algún efecto positivo en la lucha contra el fraude y la economía sumergida, pero sí considera necesario “que se pueda permitir en cualquier caso que el autónomo pueda en un momento determinado optar por una base de cotización mayor a la que resulte por aplicación de sus cifras de negocio”. Para Javier Santacruz, “es difícil que esto suceda ya que los ingresos profesionales están bastante controlados por la administración tributaria. No hay más incentivo al fraude fiscal que el que ya pueda existir con el cambio del sistema de cotización, siendo especialmente difícil a partir de niveles de facturación elevados”.
- Si bien la cotización en base a los ingresos ha sido una de las recomendaciones incluidas en el pacto de Toledo, lo cierto es que esta propuesta se aleja del sistema existente en algunos países europeos, como el caso de Holanda o Alemania. Siendo loable la intención de que “el que más gane sea el que más pague”, quizás pudiera parecer más aconsejable establecer un sistema mixto: un sistema donde coexista la base mínima como la actual, pero en el que haya una cierta discriminación para aquellos contribuyentes con rendimientos netos “elevados”. En su opinión, ¿este sería un sistema adecuado o considera que existe otro sistema viable alternativo?
Para Lorenzo Amor, “desde ATA siempre hemos defendido y defenderemos un sistema justo que baje la cotización a los que menos ingresan. Por eso por ejemplo ha funcionado tan bien la tarifa plana. Pero no se puede olvidar que el autónomo hace frente a todo respondiendo con su patrimonio, que reinvierte los beneficios en el negocio, que amplía contratos, que mejora las instalaciones… por eso defendemos la libertad de elección de base de cotización para aquellos autónomos ya establecidos. Nunca saben cuándo van a cobrar sus facturas, deben guardar para imprevistos, y necesitan liquidez. Ahora mismo hay muchas fórmulas que se pueden aplicar para que voluntariamente los autónomos coticen más, como por ejemplo destopar la base de cotización para los mayores de 47 años”. Por su parte, Roberto Pereira cree que “asimilar el sistema de cotización de autónomos al de trabajadores por cuenta ajena en el régimen general es interesante y ventajoso, y que elimina agravios comparativos entre ambos colectivos. Ya que permitiría que largas carreras de cotización de autónomos no tuvieran un resultado tan penoso como está ocurriendo en la actualidad, en donde estamos viendo que muchos autónomos con más de 40 años de cotización terminan percibiendo una pensión de jubilación inferior a la que perciben la mayoría de sus trabajadores, incluso con menos años de cotización”. Para Javier Santacruz, “una de las esencias del funcionamiento del sistema de autónomos es la libertad de cotización, introduciendo incentivos para que los autónomos confíen en el sistema público de reparto y, al mismo tiempo, para que tengan planificación financiera personal con ahorro privado. El principal componente que explica que la gran masa de autónomos cotice por la base mínima es la insuficiencia e inestabilidad de facturación. Sólo en los casos de rentas más altas sí puede haber un cierto “arbitraje” o incluso “free riding”, de manera que se incrementa el ahorro privado mientras que se escoge la cotización más rentable por euro invertido del sistema”.
- Por último, debemos tener en cuenta que, según datos de la agencia tributaria, al menos existen 400.000 contribuyentes que tributan por el sistema de estimación objetiva, lo que, posiblemente, redundaría en una complicación añadida a la hora de determinar su tramo correspondiente de cotización. En este sentido nos gustaría saber su opinión al respecto.
Según Lorenzo Amor, “la propuesta está muy verde. Hay muchos aspectos de los que aun no tenemos todos los detalles claros. No conocemos cómo se va a considerar sus beneficios, ni los de los autónomos colaboradores, por ejemplo. Por eso es importante jornadas como esta, para que podamos explicar que la propuesta no está aprobada, que debe darse un giro de 180 grados en muchos aspectos para que podamos darle el visto bueno”. Roberto Pereira considera que “es clave la reforma paralela de la tributación por IRPF, incluso en un horizonte de medio plazo de unificación de los sistemas de estimación en rendimientos profesionales”.
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