Carpeta de justicia

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Unas de las soluciones Legaltech que más han dado que hablar en los últimos años a nivel internacional es DoNotPay, una solución que se inicio en Londres para recurrir multas de aparcamiento basada en inteligencia artificial y que posteriormente se extendió a Nueva York, llegando a tener un éxito que supera los más de 160.000 recursos ganados.

Su fundador Joshua Browder, acaba de anunciar un paso más dentro de su visión de abaratar los costes legales en aquellos procedimientos donde la labor profesional no aporta un valor significativo y por el que fue reconocido en 2020 por la American Bar Association por su compromiso en la mejora del acceso a los recursos legales y el uso innovador de la tecnología.

La novedad que ha puesto sobre la mesa no es otra que sea una inteligencia artificial la que “defienda” a un cliente en un proceso judicial ante un juez de los Estados Unidos. Se trata de un procedimiento en el que el particular puede representarse a si mismo y que con un teléfono conectado a una solución de inteligencia artificial y unos auriculares, el particular pueda seguir las instrucciones que le indique la inteligencia artificial. Es un procedimiento por una multa de tráfico por exceso de velocidad en el que el ya denominado “robot abogado” ofrecerá al encausado las alegaciones pertinentes para responder durante el proceso.

El juez del asunto desconocerá que este asesoramiento se está produciendo. Browder ha localizado dos jurisdicciones donde su iniciativa se podría realizar, así una segunda parece que se realizará a través de zoom. En cualquier caso, DoNotPay asumirá cualquier responsabilidad incluidas las posibles sanciones a los encausados.

No me cabe la menos duda de que la DoNoPay ha realizado un gran número de simulaciones con el objetivo de asegurarse el éxito y que el hecho de dar paso a este tipo de comunicaciones no es otro que el de elevar la expectativa y realizar un marketing que avale las herramientas de inteligencia artificial que emplea (machine learning y chatGPT, entre otras) con las que ofrece a sus usuarios un amplio abanico de recursos legales mediante chatbots.

Una acción de marketing que le ha llevado a Joshua Browder a ofrecer en Twitter “un millón de dólares a cualquier abogado o persona con un caso próximo frente a la Corte Suprema de los Estados Unidos para usar AirPods y dejar que nuestro abogado robot argumente el caso repitiendo exactamente lo que dice”.

Parece ser que con el lanzamiento de ChatGPT el potencial de DoNoPay ha mejorado considerablemente para que su fundador haya dado estos pasos. Marketing o no, la realidad es que desde que lanzó en 2015 el bot de multas de tráfico, DoNoPay no ha parado de crecer y de tratar de “eliminar” o sustituir a la figura del abogado donde su asesoramiento es de “corta y pega”. Aunque la empresa de Browder asesora en un gran número de materias, en sus términos y condiciones indica expresamente que no es un despacho de abogados. “DoNotPay proporciona una plataforma de información legal y autoayuda” y “el contenido de nuestro sitio web relacionado con asuntos legales ("Información legal") se proporciona para su uso privado y no constituye asesoramiento legal”, se remarca en su condicionado. Y por si quedara alguna duda se indica claramente que “si necesita asesoramiento legal para un problema específico, debe consultar con un abogado con licencia”.

Con todas estas cautelas, los pasos que está dando Joshua Browder son las de abrir una importante brecha en aquellos procesos donde la intervención del abogado no aporta un valor en el procedimiento. Pero tal vez, tampoco aporte mucho la propia administración que tiene que resolver y, también, por qué no, el propio juez.

Nos da temor hablar de una Justicia robotizada en la que parece que sobran las personas, pero tal vez, lo que sobran sean los procedimientos repetitivos y objetivables. Así la acción de la Justicia podría focalizarse aquellos procesos donde la interpretación del derecho y el debate jurídico necesite de la creatividad humana y en el que pueda haber una inteligencia artificial que facilite herramientas a los diferentes profesionales.

No sé si hablar del “robot abogado” del que hablamos hoy con tanto temor tendría que ser una necesidad para que se automatizaran procesos que ahora quitan tiempo a la acción de la Justicia e impiden que ésta sea rápida y eficaz. Y esto no de ahora, sino que le pregunten a Séneca cuando dijo aquello de “Justicia tardía no es Justicia”.

PD. ​La amenaza de cárcel para su promotor impide que el "robot abogado" llegue a los juzgados

 




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