Carpeta de justicia

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Jorge Morell nos cuenta cómo el Blog Términos y Condiciones se ha transformado en un laboratorio jurídico, a partir del cual, nos va a ofrecer la posibilidad de monitorizar todos los cambios en los Terminos y Condiciones de los servicos exitentes en el mercado. 

Muy recientemente, y desde nuestro Laboratorio Jurídico, hemos lanzado nuestro primer proyecto, el nuevo "Boletín de Términos y Condiciones".

Creado junto a Alberto de Rodrigo, consiste en una herramienta para monitorizar, vigilar y controlar cuándo y cómo los términos y condiciones de un servicio cambian. Además, indica, entre otras cosas, la importancia del cambio y si ha sido o no notificado al usuario. 

Con motivo del lanzamiento me hicieron una pregunta que me gustó: si nadie lee los términos y condiciones, ¿por qué monitorizar sus cambios? Lo lógico es que tampoco interesen.

Me pareció una reflexión muy razonable que merecía una respuesta con cierto detalle.

Desde hace más de 10 años con el famoso "Why Can't Be Bothered to Read Privacy Policies: Models of Privacy Economics as a Lemons Market", de Tony Vila, Rachel Greenstadt y David Molnar, los 3 grandes motivos por los que la gente no lee los términos y condiciones están relativamente claros:

1.- El usuario no tiene capacidad de decisión sobre ellos, ya que es todo o nada. Por tanto, los acepta o no (normalmente más lo primero), pero les presta casi nula atención ya que no puede hacer otra cosa que asumirlos. De ahí que se detectara que más del 50% les dedica como mucho 8 segundos antes de clicar en Aceptar.

2.- Su contenido es complejo y su extensión masiva, lo que aumenta el desinterés.

3.- Su nivel de transparencia es muy relativo, tanto por el contenido (que sean fáciles de entender), como por la regularidad con la que cambian. Es decir, cambian habitualmente, no siempre se avisa del cambio y cuando se hace no se suele indicar qué cambia en concreto.

Los dos primeros problemas son difíciles de solucionar, aunque ni mucho menos imposibles, a mí parecer. Pero el tercero, sobretodo en cuanto a los cambios, es relativamente sencillo resolverlo hoy en día. ¿Cómo? Recurriendo a la tecnología.

Mis casi 2 años de experiencia compartiendo los cambios que detectaba día a día en la anterior versión del Boletín de Términos y Condiciones, me demostraron que había interés, y mucho, en saber sobre la información de ese tipo. Ahora bien, ¿interesa a todo el mundo? Por supuesto que no. De hecho, es muy probable que la grandísima mayoría de usuarios sigan sin estar preocupados sobre esos cambios. Sin embargo, un grupo más que respetable de gente sí quiere saber sobre ello, ya sea desde el punto de vista de un consumidor o como profesional.

La cuestión es que no debe olvidarse que los términos y condiciones en la actualidad gobiernan multitud de servicios que se han hecho imprescindibles para el día a día, y mediante esos textos pueden afectar, y afectan, la esfera personal y profesional de cientos de millones de usuarios, particulares, empresas o incluso instituciones públicas.

Por lo tanto, un sistema masivo que monitorice cuándo y cómo cambian los términos y condiciones los diferentes servicios, puede posibilitar:

  • Mayor transparencia sobre qué cambia en realidad, al margen de la mayor o menor voluntad del servicio en ser transparente. Y lo hace tanto para usuarios como profesionales que emplean esos servicios.
  • Condicionar el comportamiento de los servicios, ya que ahora sus movimientos son observados. De modo que quizá deban ponerse algo más las pilas en ese ámbito.
  • Indicar a ese gran volumen de usuarios que no prestan atención ni a los términos ni a sus cambios, que no todo está perdido. Sí, siguen siendo largos, complejos y no únicamente se pueden aceptar. Sin embargo, podemos hacerlos más transparentes. Quizá eso convenza a unos pocos, aunque sean muy pocos, que hay margen de mejora. En cualquier caso, todo cambio comienza pequeño.

Por lo tanto, ¿para qué sirve monitorizar los términos y condiciones y sus cambios? Pongamos para acabar algunos ejemplos:

  • Para hacer que los servicios reaccionen cuando se señala como no adecuado, o como mínimo llamativo, un cambio:

Here's how the DNA analysis service '23andMe' changed their Terms of Use two days ago. https://t.co/l7vHyVswc1 pic.twitter.com/81OgvJ6t3d

— Mikko Hypponen (@mikko) octubre 24, 2015

 

Folks, @23andMe is changing their Terms of Service after todays discussion. https://t.co/nbFZ3mOjwU

— Mikko Hypponen (@mikko) octubre 24, 2015

Y nosotros no hemos hecho más que comenzar. :-)




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