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Jose F. Sánchez

Madrid, 13 ago (EFE).- Cinco crímenes, entre ellos el de la comerciante de la plaza de Tirso de Molina, múltiples sucesos de violencia machista, como el de la mujer a la que su pareja intentó matar con un taladro en el distrito de Villaverde, y reyertas entre bandas han escrito la crónica de un nuevo verano negro en la Comunidad de Madrid.

Además de la violencia de género, las reyertas entre clanes familiares o los habituales apuñalamientos han continuado siendo algunas de las principales amenazas para la seguridad de la región, pese a que los sucesos se reducen considerablemente, especialmente en la capital, durante los meses más calurosos del año.

No obstante, el suceso más sonado de lo que va de verano fue el crimen de Concha, la dueña de la tienda de uniformes Vistebien, ubicada en la céntrica y problemática plaza de Tirso de Molina.

Fue asesinada a manos de Jesús, el presunto autor material, y Estrella, dos delincuentes habituales de la capital que habían planeado un atraco menor para hacerse con la recaudación del establecimiento, pero que acabó con el mortal apuñalamiento de la comerciante.

La repercusión del suceso, que reavivó el debate sobre los problemas de seguridad en la zona, pudo acelerar el minucioso trabajo de la Policía Nacional, que 24 horas después de los hechos logró la detención, a unos pocos cientos de metros del escenario del crimen, de los dos presuntos homicidas.

El asesinato de Tirso de Molina ocurrió el pasado 3 de julio, un día teñido de negro por otras dos muertes violentas, la de una mujer rumana sin hogar a la que atrapó un incendio provocado bajo el puente de la calle Pedro Bosch, y la de una trabajadora de la hostelería asesinada presuntamente a manos de un joven que le practicó la técnica del "mataleón" después de una discusión en la vivienda de la víctima.

APUÑALADA TRAS UN JUICIO POR MALOS TRATOS

La violencia machista, como en otros puntos del territorio español, ha dejado a varias mujeres heridas de diversa consideración tras ser agredidas por sus parejas o exparejas.

La última fue una mujer de 34 años que el pasado miércoles fue apuñalada por su ex, quien también hirió en el brazo a un joven que la defendió en plena calle, en el distrito de San Blas-Canillejas.

El presunto agresor atacó con un cuchillo a la víctima justo después de salir indemne de un juicio rápido por malos tratos que tuvo su origen en otra agresión a la mujer el día anterior.

También salvó la vida, el pasado 10 de julio en el distrito de Villaverde, una mujer de 33 años a la que intentó matar su pareja al tratar de incrustarle en la cabeza la broca de un taladro, un suceso en el que intervino un guardia civil en prácticas fuera de servicio.

Unos pocos días antes, el 6 de julio, un varón apuñaló gravemente a su pareja en el interior de una vivienda del distrito de Usera y después la arrastró hasta la calle, donde los vecinos pudieron retener al autor de los hechos hasta que llegó la policía.

REYERTAS Y TIROTEOS

El último suceso que acaparó la atención en la ciudad ocurrió en la mañana del pasado martes. Se trató de una reyerta a botellazos y navajazos en la glorieta de Marqués de Vadillo, donde la Policía Nacional arrestó a 13 personas tras un enfrentamiento cuyo origen fue una discusión "de celos" en una discoteca cercana.

En otra riña, en este caso entre dos clanes familiares enfrentados, murió tiroteado un hombre de 38 años la madrugada del pasado 17 de julio.

La víctima pertenecía a un clan del barrio de Orcasitas, que acudió al feudo de la familia contraria, en Pan Bendito, por rifirrafes previos entre componentes de ambos bandos.

Afortunadamente el desenlace no fue mortal, aunque estuvo a punto de serlo, en el tiroteo registrado el pasado 11 de julio en una casa okupa en Ciempozuelos, donde un exmiembro de la banda juvenil Dominican Don't Play (DDP) disparó a otro antiguo integrante de la banda, apodado Leyenda, por desavenencias que investiga la Guardia Civil.

El sello de las bandas también quedó estampado el pasado 3 de agosto en la plaza de Legazpi, donde cuatro presuntos pandilleros, dos de ellos menores, apuñalaron a un joven de 23 años.




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