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Madrid, 27 nov (EFE).- El subinspector de Policía acusado de allanamiento de morada por la "patada en la puerta" de la calle Lagasca de Madrid ha criticado que la acusación particular "confunda la inviolabilidad domiciliaria con la impunidad domiciliaria" y ha dicho que si le consideran culpable de allanamiento de morada no quiere ser policía.

La Audiencia de Madrid ha finalizado este lunes la sesiones del juicio con jurado por la patada en la puerta más famosa de la pandemia, ocurrida el 21 de marzo de 2021 y cuyas imágenes se hicieron virales al grabar los inquilinos cómo los agentes abrieron la puerta con un ariete. El martes se entregará el objeto del veredicto al jurado para que comience a deliberar.

El juicio comenzó con seis agentes en el banquillo por posible allanamiento de morada, pero el pasado jueves la Fiscalía retiró la acusación para todos y la acusación particular para cuatro de ellos, de modo que éstos quedaron exonerados.

En la sesión de este lunes el subinspector al mando y el otro agente contra los que sigue el proceso han hecho uso de la última palabra después de que la letrada del segundo haya expuesto su informe final defendiendo su inocencia.

"Si me creen culpable, si no voy a poder usar las herramientas legales que hay por miedo... para eso no quiero ser policía, porque soy policía para defender a los ciudadanos", ha dicho el subinspector al mando de aquella intervención, que ha asegurado que la acusación que ejerce el inquilino del piso "confunde la inviolabilidad del domicilio con la impunidad domiciliaria".

Ha expresado su "indignación" porque al inquilino y a los jóvenes que asistían a la fiesta este proceso "les ha salido gratis", porque ni pagaron multa, pero él lleva dos años sufriendo acusaciones que creen que transmiten a otros agentes el mensaje de que no intervengan en situaciones así.

Ha relatado que aquel día recibieron "llamadas de personas desesperadas" por el ruido de una fiesta, que se había repetido más veces, y él no es "el tipo de policía que se va a dar la vuelta y va a mirar para otro lado, nunca".

Sobre la grabación de la intervención, ha dicho que lo hace desde hace años para presentar las imágenes ante el juzgado si es necesario, en aras a la transparencia y porque no tiene "nada que ocultar", y su intención es siempre "hacer cumplir la ley con las herramientas legales que tenga".

Ha hecho hincapié en que el letrado de la acusación particular, que dijo que en este juicio se defendía la democracia, "pidió 12.000 euros para archivar lo de la calle Velázquez", en referencia a una patada en la puerta que tuvo lugar un día después y por la que fueron investigados varios agentes -entre ellos él- pero que quedó archivada después de que el inquilino denunciante, que tiene el mismo letrado, se retirase del caso.

Por su parte el otro agente juzgado también ha expresado su indignación ya que nunca se había sentado en el banquillo y solo hizo su trabajo, actuando en cumplimiento de la ley, de la misma forma que lo hizo "antes, durante y después de la pandemia".

"Las leyes son iguales para todos", ha sostenido tras preguntarse si la desobediencia reiterada a la autoridad es diferente en los barrios de Salamanca y Carabanchel.

La letrada de este agente, Virginia Suárez, ha defendido que los agentes actuaron conforme a la legalidad y así lo demuestran la imágenes que grabaron los policías frente a los que pretenden "matar la verdad".

"Esos señores no querían abrir para no pagar la multa, iban a estar ahí toda la noche... ¿vamos a tener a la Policía ahí toda la noche?" se ha preguntado la letrada, que ha sostenido que los jóvenes han incurrido en "mala fe, temeridad y mentiras" y los policías han sido sometidos a "escarnio público". 




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