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La reforma del Código Penal que introdujo la responsabilidad penal de las personas jurídicas obliga al empresario a ser diligente en el ejercicio de sus funciones acerca de las medidas de prevención que debe implementar en el seno de su empresa respecto a la posible comisión de delitos que puedan cometer sus trabajadores. En este sentido, el empresario debe establecer todas la estrategias necesarias para disuadir o desmotivar al infractor potencial, interviniendo y modificando elementos del escenario criminal y poniendo obstáculos al posible delincuente, incrementándole así el coste de la comisión del delito. Pero ¿cómo enfrentarse a esta tarea?

Teniendo en cuenta que muchos de los delitos de empresa primeramente se cometen en su más inmediato y cercano ámbito de actuación y que la mayoría se producen por la ausencia de controles internos en la empresa, desde Kernel Legal creemos necesario tratar este tema con aras de ayudar al empresario a implementar estrategias muy sencillas y a la vez muy eficaces que le permitan minorizar los riesgos penales en su empresa.

La importancia de la integración social del trabajador

Desde el punto de vista criminógeno, la ausencia de la integración social del trabajador respecto de la empresa, la carencia de motivaciones y la ausencia de una cultura ética en la empresa son las causas más comunes que pueden comportar que los trabajadores inicien comportamientos delictivos.

Es por ello que una de las estrategias más efectivas de prevención de delitos que debe tener en cuenta un empresario es crear en el seno de su organización una identidad corporativa fuerte, ya que la ausencia de vínculos de integración del trabajador respecto a la empresa es una de las causas que provocan comportamientos irregulares en algunos de los trabajadores.

Implementar un sistema disciplinario

Otra prevención eficaz, que opera cuando falla la primera, es establecer un sistema disciplinario que permita detectar y sancionar los incidentes, irregularidades y delitos. Esta vía se convierte también en un elemento disuasorio, al conocer el trabajador las implicaciones de la posible comisión de un delito en el ámbito de la empresa.

De este modo, implementar un sistema disciplinario produce efectos intimidatorios a todos los trabajadores y garantiza un gran nivel de eficacia preventiva. El sistema, en todo caso, debe ser muy concreto estableciéndose un listado de infracciones y sanciones y un protocolo de actuación que estipule las medidas que se adoptaran como respuesta reactiva.

También es importante que el empresario sea diligente en el conocimiento previo de sus trabajadores para poder evitar aquellos riesgos objetivamente previsibles que puedan derivar de las circunstancias personales en relación al puesto de trabajo que ocupará en la empresa. Es decir, se debe realizar un examen previo de los trabajadores (antecedentes, predisposiciones, perfil psicológico, etc.) como medida preventiva.

Y, por último, se deben implementar controles internos, precauciones rutinarias y dispositivos de vigilancia para provocar escenarios resistentes al delito, complicar la oportunidad del trabajador de cometer ilícitos y provocar en el trabajador un mayor esfuerzo para la comisión de un delito, haciéndole menos confortable su ejecución.

 




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