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Hoy vamos a conversar sobre las normales relaciones sentimentales en el ámbito laboral, esas que todos conocemos y que no tienen ningún componente perverso.

Las clásicas relaciones chico conoce chica; chico conoce chico; chica conoce chica, salen juntos y se forma una pareja.

Porque una relación sentimental, duradera o no, es más probable que se dé en el trabajo que en cualquier otro entorno.

Y mi experiencia es que estas situaciones no se viven de manera normal en el ámbito laboral ¿Cuál es la tuya? Si es como la mía, te invito a que sigas leyendo.

Una relación sentimental, con mayor carga emocional y mayor intimidad entre dos miembros de la organización, supone un cambio en la dinámica del sistema y eso, casi siempre, conlleva alguna tensión y fricción hasta que vuelve a establecerse la nueva normalidad.

Pero a la hora de documentarme, quería aportar algo más que mi propia experiencia, me costó encontrar estudios que midan el impacto que estas relaciones tienen en el sistema organizacional

Al buscar bibliografía apenas encontré unos pocos artículos referenciados a encuestas cuyos links iban a paginas de inicio de distintos portales de empleo, además de contar con datos tan dispares que no me resultaban de demasiado confiables.

Mis primeros pensamientos fueron:

  • Hasta que punto mi experiencia era significativa para escribir un articulo si no existía nada sobre el impacto real de las relaciones sentimentales en el trabajo. Myriam, habla de otra cosa.
  • Puede que, como mi experiencia constataba, sea una cuestión delicada y no se habla abiertamente de ella. Este artículo me va a llevar más trabajo de lo que pensaba.

Una cosa tenía muy clara, alrededor de 1.800 horas al año compartiendo objetivos, retos, dificultades, éxitos, valores y sentido, es un espacio más que propicio para que se establezcan vínculos poderosos de compañerismo, amistad y sentimentales.

Si esto lo adornamos con que en el trabajo mostramos nuestra mejor cara y nuestro mejor aspecto, tenemos un coctel perfecto para el romanticismo.

Seguí buscando y, por fin, encontré una encuesta inglesa que me daba datos para ir dejando fuera la especulación. En ella se muestra el trabajo como el principal lugar para las relaciones sentimentales, por delante de los grupos de amigos, citas online, salidas nocturnas, eventos sociales, estudios, familia, hobbies compartidos o vacaciones (relación ordenada en función de los datos de la encuesta).

Luego encontré otra que hablaba de nosotros, la encuesta realizada en España entre mil personas de entre 20 y 45 años, muestra que 3 de cada 10 manifestaban tener o haber tenido una relación en el trabajo.

De ellos sólo el 5% cambió de trabajo por causa de esta relación (unas 15 personas de 1000) y un tercio decidía mantener oculta su relación (unas 90)

No son datos para pensar que sea una situación especialmente conflictiva.

Pero los que se quedan en sus puestos de trabajo y no se van por causa de su relación, viven alguna de estas situaciones documentadas en la encuesta realizada en el Reino Unido:

  • La necesidad de mostrarse más profesional. Para dejar claro que la relación no va a influir negativamente en el trabajo.
  • Ser víctima de los chismes y estos afectar a la relación.
  • Sentirse juzgado por los colegas
  • Situaciones de celotipia
  • Burlas sobre la relación o sobre las personas
  • Discriminación

Seas protagonista o espectador de estas acciones lo que parece claro es que el ambiente laboral es algo turbulento.

Pero ¿cómo se actúa cuando se inicia una relación sentimental en el trabajo?

La respuesta normal y absolutamente mayoritaria es dejar pasar, dejar hacer y respetar la intimidad de la pareja. Lógicamente.

Pero hemos apuntado que algunas de estas relaciones generan distorsión en el sistema y su dinámica, que hay chismes, juicios, celos, burlas y ya sólo una de estas cuestiones es el germen para generar una escalada del conflicto, cuanto más dos o tres de ellas en combinación.

Por eso lo más eficiente es trabajar con el respeto a la intimidad a la vez que se mantiene una mirada atenta ante los primeros indicios de distorsión en las relaciones.

Porque el respeto a la intimidad no tiene porque estar reñido con una atención vigilante a las posibles disfunciones que se puedan desplegar en el sistema y la intervención temprana ante ellas.

Una detección temprana de los desajustes permitirá la solución, sobre todo si se compromete a sus protagonistas en la solución. De esa manera se termina de manera inicial y radical con una posible escalada del conflicto.

Porque la experiencia me dice que respetar la intimidad y dejar que estas situaciones encajen por sí solas puede llevar a que el clima laboral se deteriore efectivamente.

Cuando la escalada ha comenzado, la empresa actúa tarde y mal, el conflicto ha contaminado las relaciones y las buenas soluciones son difíciles de implementar.

Más aún, porque en nuestras empresas no existe personal formado en gestión de conflictos y no se trabaja en intervenciones con los protagonistas, para que sean ellos y su entorno cercano los que aporten las soluciones al mismo.

¿No te llama la atención que no se reconozca que las relaciones amorosas generan distorsiones en la organización? Esta es una realidad en cualquier ámbito, ocurre hasta en los grupos de amigos, cuando hay una nueva pareja en el grupo pasa un tiempo hasta que se acepta con normalidad o no, todos tenemos amigos que al emparejarse dejaron el grupo o el grupo, de alguna manera, les expulsó.

Es importante tener presente que no es un chisme, es una situación que tiene más o menos trascendencia en la organización según la madurez y cohesión del equipo. Y el responsable debe tenerlo en cuenta para prevenir cualquier crisis.

Posibles disfunciones:

  • Se reajustan los vínculos. El enamoramiento crea un vínculo de mayor intimidad, se sale de la norma y eso influye en el resto del sistema
    • Mayor tiempo juntos en detrimento de otros compañeros con los que colaboraban, incluso salían compartiendo ocio
    • Se está pendiente del otro más que de las propias tareas o compañeros
    • Colaboran en el éxito y cumplimiento de los objetivos del otro, sean o no del mismo departamento
    • Petición de vacaciones y días libres compartidos con el posible perjuicio de trabajadores con igual derecho
  • Subjetiva u objetivamente, los compañeros perciben que esta dinámica de trabajo ha cambiado y puede llevar a malestar que comienza con comentarios, que pueden alcanzar la queja.
    • Tanto la queja como el cuchicheo son sistémicos, no se quedan en una o dos personas, se extienden como mancha de aceite.
  • También subjetiva y objetivamente se pueden percibir conflictos de intereses, pensemos que no están en el mismo departamento o que la relación es con un proveedor o con un cliente.
  • Las manifestaciones de afecto pueden incomodar a compañeros, aunque ya hemos visto que la tendencia de la mayoría es a mostrarse mucho más profesionales que antes, evitando este tipo de muestras en publico.
  • Relaciones con alto contenido emocional.
    • No estamos acostumbrados a tratar las emociones, menos aún en el ámbito laboral o profesional
    • No solo los responsables se sienten incomodos, algunos compañeros también lo estarán
  • Se anticipa la ruptura y todos los problemas derivados de ella. Esto genera gran preocupación, inquietud llevando a tomar medidas que no normalizan ni acogen la situación. Y como profecía autocumplida todo lo que no se deseaba, ocurre.
  • Se llevan al trabajo aspectos que tradicionalmente quedaban en el ámbito privado
    • Posibles desencuentros, discusiones, peleas
    • Se comparten aspectos domésticos en espacios profesionales
  • Se haya hecho publica o no la relación, se nota. Se comienza la especulación y el cuchicheo, todo el mundo tiene una opinión y pasa a ser tema favorito. Para que no pase de ser una novedad amable en la empresa, es importante la acogida y la normalización.

Apartar la mirada de la realidad no va a impedir que estas disfunciones se manifiesten. Lo podrán hacer de manera oculta y retorcida o como un gran estallido cuando ya no pueda ocultarse por más tiempo.

Ventajas de atender a estas situaciones cuando comienzan

La gestión temprana del conflicto es esencial para su éxito, entrenar la sensibilidad para la detección de sus primeros síntomas es importante antes de que la escalada del conflicto haya convocado a mayor numero de protagonistas y haya subido la emocionalidad.

Aún si no estás entrenado en herramientas de gestión de conflicto, a partir de ahora ya sabes que las relaciones sentimentales en el trabajo pueden ser fuente de desajustes y es inteligente estar atento para identificar los primeros indicios de una posible escalada de la crisis.

En otros paisas, como EEUU, algunas empresas publicas y privadas, prohíben a sus trabajadores mantener relaciones sentimentales. Y esto es así, porque las relaciones sentimentales son fuente y causa de conflictos en la empresa.

En España no están prohibidas las relaciones sentimentales en el trabajo, no he encontrado ningún código de conducta que expresamente las prohíba, lo que sí se regulan son los conflictos de intereses. Pero que no se regule expresamente no significa que no se pueda trabajar con ello cuando hay indicios de problemas, como con cualquier otra situación de dificultad que pueda surgir en el ámbito organizacional.

¿Cómo gestionar el amor si eres responsable de la organización?

  1. No luches con la realidad. Acepta que es algo que ocurrirá tarde o temprano y ello supondrá un cambio en la dinámica del sistema.
  2. Facilita que se haga público y se normalice cuanto antes. Evita especulaciones, habladurías y quejas.
  3. No son chismes. Son relaciones que influyen directamente en la dinámica del sistema.
  4. Quizá no sea necesario que intervengas, quizá sólo tu mirada atenta y tranquila puede evitar que se den situaciones problemáticas.
  5. Si es necesario, ten una conversación. Da espacio para que las personas inoculadas por el virus amoroso puedan compartir sus miedos. Esto te dará mucha información sobre la relación, las expectativas de cada uno y si puedes favorecer de alguna manera que esta realidad se acomode de manera suave y poco traumática al sistema.
  6. Externalizar la gestión sii no se ha producido un ajuste adecuado, ha escalado el conflicto o tú o el responsable no os sentís cómodos abordando este tema. Lo más eficiente es crear un entorno seguro y confidencial con profesionales de la gestión de las emociones y del conflicto, que a la vez respeten y cuiden los valores corporativos. El coaching ejecutivo y profesional es el proceso perfecto para ello.

Sé realista, el amor está en el aire y puede ser un virus que cause enfermedad, la prevención es siempre el mejor remedio.

 

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