Hoy [29 agosto], sobre las 13:30 horas, me han notificado que el juicio que tenía lunes a las 9:25 horas (y que por cierto, prometía lo suyo), se ha suspendido. Ya me había puesto el expediente en la mochila para trabajar en el asunto este finde, lo que significa que éste va a ser el primero entre muchos findes que voy a poder disfrutar íntegro, sin tener que pagar el peaje del “juicio del lunes”, ese peaje que te obliga a trabajar si ó si en domingo…

Y así, a lo tonto, termino la temporada, porque ya no tengo más juicios hasta septiembre, salvo que a algún Juzgado se le ocurra señalar una de estas cosas raras con las que de tarde en tarde nos sorprenden en pleno agosto, ese mes que nos guste o no, sigue siendo hábil para bastantes más cosas de las que nos imaginamos.

Y he dicho lo de terminar temporada, porque así funcionamos: Por temporadas: Una que va de septiembre a mediados de diciembre. Otra que va de mediados de enero hasta unos días antes de Semana Santa, y otra que se inicia después de estos días hasta prácticamente finales de julio. Y eso no lo dice la Ley. Lo dicen las costumbres ancestrales y no escritas de la jurisdicción social y lo dicen al margen de la Ley. Que nadie se llame a engaño: Diga lo que diga la ley, se señalan los juicios solo cuando es temporada y pobre del que se le ocurra señalarlos de otro modo, sea o no legal. Cuando a algún Juzgado (generalmente servido por novatos) se le ocurre transgredir estas sagradas normas, es vilipendiando y quasi insultado públicamente por todos los operadores del ramo. Sin excepción. Sólo algunos lo hacen con la boca pequeña, aunque por dentro están profiriendo insultos aún más potentes que los demás. Y aquí recuerdo cuando bajo determinadas circunstancias, las leyes promovieron celebrar juicios por las tardes y en agosto. Se hicieron algunos, si… pero los justos para hacer creer a quien fuese que les hacíamos algo de caso, nada más. Luego volvimos a lo de siempre… y creo que volveremos una y otra vez. Diga lo que diga la Ley. Porque los operadores del ramo (todos), no podemos permitirnos ciertos lujos. Necesitamos las tardes y los findes para preparar los juicios del día o de la semana siguiente. Y solo nos queda agosto para hacer unas mínimas vacaciones, y ojo que con el ordenador a cuestas y siempre pendientes de si ocurre algo (que acaba ocurriendo más de lo que muchos se imaginan)…Los espacios entre temporada quedan para reorganizarnos, reconstruir agendas, preparar y ordenar papeleo y ese largo etcétera del que somos conocedores todos los que nos dedicamos a esto.

Así que feliz fin de temporada a todo el mundo… y a por la próxima sin demasiados sobresaltos de entretiempo.