Esta misma tarde me ha llamado un compañero para sugerirme que explique lo que le acaba de suceder en un determinado Juzgado de lo Social de Barcelona y como viene a cuento de lo que quería contar. Pues, lo contaré… pero luego. Antes explico lo mío, por aquello de poner al burro por delante.

La cosa va de digitalización de la justicia. Y extraigo de la página web del Consejo General de la Abogacía (16/03/2022) que en referencia a unas jornadas sobre “Robotización e inteligencia artificial aplicadas a la justicia”, organizadas por el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, se decía textualmente: “…la ministra de Justicia, Pilar Llop, destacó que el Ministerio está realizando una apuesta clara por la transformación digital, “dedicando 400 millones de euros”. Este presupuesto, procedente de los fondos europeos, se está dedicando a avanzar en proyectos como la inmediación digital y servicios como Cl@ve Justicia y el Escritorio Virtual de Interacción Digital (EVID)…… Asimismo, destacó la importancia de la futura Ley de eficiencia digital, que “ofrecerá el marco de seguridad jurídica necesario para la transformación digital”. Según esto, estamos avanzando en inmediación digital, pero modestamente me pregunto: ¿Cómo, cuándo y donde?, porque sin ir más lejos, voy el otro día al Juzgado de lo Social XX para que me dejen ver unos Autos para impugnar un recurso de suplicación y se hacen los remolones diciéndome que no hacía falta que fuese, que podía consultar el expediente digital. Y yo le digo a la amable funcionaria: ¿No me diga que está digitalizada la prueba documental?... y la persona en cuestión me dice que evidentemente no, que digitalizar esto es mucho trabajo y que ni se les ha ocurrido… Y entonces yo le digo que justamente a eso vengo, a ver qué documento es el que está en folio XXX del ramo de prueba de la actora y que eso es lo que imperiosamente necesito saber para poder impugnar el recurso. Un tanto contrariada, al final accede a dejarme ver los Autos aunque todo hay que decirlo: en una mesita para mi solo donde pude verlos con toda comodidad y por supuesto, hacer lo de siempre: tomar notas con mis dígitos índice y pulgar. Nada de fotos de los documentos con el móvil, por supuesto.

Ayer mismo, sin ir más lejos intenté entrar en el expediente digital de un asunto cuyo juicio debía celebrarse esta mañana. Ni tan siquiera conseguí acceder. Ni por NIG, ni por el número de Autos, ni por nada. El expediente digital, debe estar en la nube, pero del séptimo cielo, porque del nuestro, no.

Y voy a lo de mi compañero que también es épico. El pobre está fastidiado. Le acaban de operar de la rodilla y tiene dificultades para desplazarse, así que manda a su mujer con una autorización a recoger unos Autos para poder formalizar un recurso de suplicación. Y a la pobre señora le dicen que no. Y transcribo literalmente el texto de la comparecencia que después de mucho insistir, han conseguido que les hagan: “… No siendo posible hacer entrega de los mismos (en referencia a los Autos) a Dª….., al no ostentar la representación del actor, ni disponer de autorización del actor para ello… En este acto se indica a la compareciente que el letrado D…., puede acceder al expediente digital para su consulta…”. ES – PEC -TA- CU – LAR.. Primero, recordarle al Letrado/a de la Administración de Justicia que se ha negado a entregar los Autos que de conformidad al art. 195.1 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social la entrega de los Autos debe hacerse al letrado, nunca a la parte, por lo que es evidente que debió entregarlo a la persona autorizada por el letrado, dado que la autorización de la parte, no sirve de nada en este caso. Y segundo, preguntarle a tan simpático personaje lo mismo que pregunté yo días antes en otro Juzgado: ¿Está digitalizada la prueba documental?... Porque me juego lo que queráis a que no y si es que no, el expediente digital , como vamos viendo, no sirve para nada. Así que uno sigue preguntándose en qué se gastan los dineros que dice la Ministra , porque el día a día nos de muestra que de inmediación digital nada y lo que es más triste: De consciencia de lo que significa la digitalización, ninguna.

Nota a pie de página. Ya que veo que algún colega me pide que publique su caso, abro una sección a estas modestas crónicas y rela tos en la que tendrán cabida batallitas que puedan facilitarme otros colegas y compañeros. Esto sí publicarlas o no , asumiendo también que me reservo el derecho a respetar la versión de lo que me cuenten, sin poner ni quitar nada de mi parte.