La inteligencia artificial (IA) está transformando la mayoría de los sectores en el ámbito empresarial, entre los que se encuentra el jurídico. Sin embargo, la IA no debe verse como un reemplazo total, la supervisión humana sigue siendo esencial para asegurar que el análisis y las decisiones mantengan la calidad y ética que caracterizan a la práctica jurídica.
"En este sentido, en lugar de temer que la IA reemplace a los abogados, hay que tener en cuenta los aspectos clave para que esta tecnología pueda ser una herramienta que mejore la eficiencia y la eficacia de los profesionales del Derecho", indica Marta Plaza, socia de GTA Villamagna Abogados, y los resume en los siguientes:
Automatización de tareas
Los abogados invierten gran cantidad de horas en tareas administrativas que no requieren un alto nivel de análisis jurídico, como es la revisión de documentos, búsqueda de jurisprudencia y redacción de contratos estándar. Por ello, gracias a algoritmos avanzados de procesamiento del lenguaje, las herramientas de IA pueden revisar grandes cantidades de datos en poco tiempo, identificando patrones y errores. Esto no solo ahorra tiempo, sino que también minimiza el riesgo de errores humanos, en algunos casos.
Mayor precisión y velocidad
Una de las grandes ventajas que ofrece la IA es su capacidad de buscar y analizar información jurídica de manera más rápida y eficiente. Plataformas legales impulsadas por IA son capaces de analizar casos, identificar tendencias e incluso predecir posibles resultados. Esto puede ayudar a los abogados a preparar mejores estrategias legales, respaldados por bases de datos con grandes masas de información.
Mejora de la accesibilidad a servicios legales
En muchos países, el acceso a la justicia es un problema. La IA puede jugar un papel crucial en hacer los servicios legales más accesibles, proporcionando herramientas para la autogestión de casos menores o consultas básicas a personas que no pueden permitirse un abogado. "Chatbots y asistentes legales virtuales pueden ofrecer respuestas inmediatas a preguntas jurídicas comunes o guiar a los usuarios a través de procesos legales simples, como la presentación de una demanda menor o la creación de documentos legales básicos", matiza Marta Plaza.
Ética y responsabilidad
Es fundamental que los abogados se involucren activamente en la regulación y supervisión del uso de la IA en el ámbito legal. Esta tecnología presenta desafíos éticos significativos, como la posible invasión de la privacidad. Los abogados deben asegurarse de que el uso de la IA respete los derechos fundamentales de las personas y que los sistemas utilizados sean transparentes y justos.
Además, los abogados están llamados a ser pioneros en la creación de un marco normativo adecuado para regular el uso de la IA, no solo en el ámbito legal, sino en todas las áreas de la sociedad. El impacto de esta tecnología requiere un equilibrio entre la innovación y la protección de datos.
Desarrollo de nuevas habilidades
La irrupción de la IA en el mundo legal requiere que los abogados adquieran nuevas habilidades. Ya no es suficiente con tener conocimientos jurídicos sólidos, los abogados del futuro deben estar familiarizados con las tecnologías emergentes y entender cómo interactúan con su práctica. Invertir en formación continua y en el desarrollo de competencias tecnológicas será crucial para que sigan siendo competitivos en un mercado cada vez más digital.
"La clave está en adaptarse, formarse y, sobre todo, recordar que, aunque la tecnología pueda manejar datos, la interpretación, la creatividad y el juicio moral seguirán siendo competencias humanas imprescindibles. Los abogados tienen la oportunidad de ser los líderes en este cambio, garantizando que la IA se utilice como una herramienta para mejorar, no reemplazar el ejercicio del Derecho", concluye la socia de GTA Villamagna