La innovación ha adquirido un nuevo matiz en estos últimos años gracias a la aparición de las nuevas tecnologías (páginas webs, blogs, redes sociales, …), y el sector legal no se ha quedado atrás en esta cuestión, a pesar de lo que muchos puedan pensar. Gracias a los avances tecnológicos, no son pocos los progresos que se están logrando para agilizar y mejorar procesos jurídicos y cuestiones judiciales. En el siguiente artículo se hablará sobre estos temas en cuestión.
La innovación es un concepto que siempre ha estado presente en la mente de los más sagaces y que nos hace pensar en cómo podemos mejorar, empujándonos a explotar nuestras capacidades al máximo para avanzar. Estamos en el siglo XXI, en plena era de las tecnologías y, ¿qué mejor manera que hacer uso de ellas para renovar un sector tan importante como lo es el legal?
Aun así, innovar es algo cada vez más complejo, porque no sólo competimos contra nuestros vecinos (la innovación es, al fin y al cabo, una competición: lo que tu innoves ya no podrá hacerlo la otra persona, y viceversa; la agilidad mental es imprescindible), sino contra todas las personas que tengan acceso a los medios que la globalización ha puesto a nuestro servicio.
La globalización, por otro lado, también se traduce como la entrada a una realidad completamente nueva, en la que no sólo se compite, sino que también se colabora. Tenemos acceso a sistemas y a personas provenientes de todo el mundo y debemos de aprender a aprovecharlos para expandir nuestros horizontes de cara a esta innovación.
En este contexto, cabe destacar que el sector legal se suele percibir como muy tradicional y aferrado a sus costumbres de pluma, papel y expresiones en latín, en el que la novedad o el cambio pueden parecer complicados y lejanos. Sin embargo, no tenemos más que buscar en la página web del Ministerio de Justicia para comprobar que se están tomando iniciativas para digitalizar procesos judiciales y se está invirtiendo dinero para poder seguir enriqueciendo estas nuevas posibilidades (2015). Esto supondría una agilización del sistema judicial, en torno al cual hay tantas quejas en lo referente a la cantidad de tiempo que conlleva cerrar un proceso legal.
También cabe destacar que cada vez hay más despachos de abogados que hacen uso de las redes sociales (aunque algunos deberían de tomar algunas clases sobre cómo utilizarlas de manera profesional) y también se ha propuesto en la última Cumbre Judicial Iberoamericana, celebrada este mes de abril en Paraguay, que las expresiones en latín deberían de desaparecer de las sentencias, en aras de hacerlas más entendibles para los ciudadanos de a pie, que son, al fin y al cabo, los que las tienen que cumplir en su mayoría (Chaves, 2016). Esta iniciativa no trata, ni mucho menos, de que se pierda profesionalidad o rectitud, sino de acercar esta realidad jurídica a las personas.
Uno de los principales problemas del sector jurídico es lo lejano que puede parecer a aquellos que no tienen relación con él. Es técnico y complejo, requiriendo muchos conocimientos que no están al alcance de todos. No se pretende insinuar que esto sea malo, ni mucho menos. El uso de un vocabulario específico en relación con cualquier materia no hace más que demostrar el dominio que se tiene de la misma y, en la mayoría de los casos, es un signo de que se sabe de qué se está hablando. Sin embargo, y teniendo en cuenta que abogados, jueces, notarios y demás profesionales suelen trabajar para el sector público, nos encontramos con el problema del entendimiento.
En base a lo dicho, y para concluir, sería conveniente tener esto en cuenta ahora más que nunca, cuando estas nuevas tecnologías están permitiendo acercar cada vez más el sector legal al resto de los ciudadanos. Gracias a ellas, los juristas tienen las puertas abiertas a todo un nuevo mundo de posibilidades innovadoras, que lo que pretenden conseguir es, a fin de cuentas, traer justicia de la manera más honesta y precisa posible.
Dolores Varo, estudiante de primer año del doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales por la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) en Madrid.
Bibliografía
Chaves, J. (18 de abril de 2016). El latín expulsado del templo judicial. Obtenido de delajusticia.com: https://delajusticia.com/2016/04/18/el-latin-expulsado-del-templo-judicial/
El Ministro de Justicia apuesta por una Justicia abierta a la innovación tecnológica. (8 de octubre de 2015). Obtenido de Ministerio de Justicia de España: http://www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/Portal/1292427623323?blobheader=application%2Fpdf&blobheadername1=Content-Disposition&blobheadername2=Medios&blobheadervalue1=attachment%3B+filename%3D151008_Foro_Hacia_una_Justicia_del_siglo_XXI-.pdf&blobheaderval