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A Marta García y a César, que no quiere dar su nombre completo, les costó menos esfuerzo encontrar prácticas en su etapa de estudiantes de Derecho que una pasantía ya como graduados en 2020. Sus casos no son excepcionales, es el día a día de cientos de estudiantes de Derecho y recién graduados que tienen muy difícil introducirse en un mercado laboral golpeado por la pandemia. Los despachos de abogados han reducido sus plazas para becarios y pasantes y esto dificulta, aún más, encontrar una primera oportunidad.

Cada año miles de jóvenes aprueban el examen de acceso a la abogacía. Solo en el Colegio de Abogados de Madrid en 2020 hubo 1646 nuevas incorporaciones, de las cuales un 90% eran recién licenciados. Y entre enero y mayo de 2021 son ya 763 los nuevos incorporados.

Alberto Cabello, presidente de la Abogacía Joven de Madrid (AJA), denuncia las dificultades de los recién graduados, a los que con frecuencia se les ofrecen pasantías en condiciones precarias: se les hace un contrato de prácticas con periodos de prueba, salarios muy bajos y encima tienen que darse de alta como autónomos y pagar las cuotas colegiales. Cabello califica la situación como dramática: “Las condiciones no son dignas, tienen remuneraciones por debajo de los mínimos salariales, muchas horas de trabajo y dedicación que no son compensadas y tienen problemas de conciliación”. Y esto, para los pocos afortunados que logran conseguir un puesto.

César, de 23 años, tuvo suerte y consiguió un puesto de pasante:  “Tuve que llevar la gestión de un pleito familiar y el abogado que contraté se interesó por mi perfil y me dio la oportunidad de formar parte de su equipo”  Sigue trabajando en su equipo a día de hoy, con unas buenas condiciones laborales, flexibilidad en los horarios para ser capaz de compaginarlo con su vida personal y una tutela que le enseña el oficio de la abogacía.

Marta García, de 23 años, no tuvo tanta suerte: “Me costó muchísimo. Casi no había ofertas, hablaba con mis compañeros de clase y estábamos todos igual. Echaba mi currículum en todos lados y nadie me llamaba, ya pensaba que no iba a poder realizarlas”. Al final, tras meses buscando, tuvo suerte y un amigo de la familia dejó que realizara una pasantía en su despacho, con unas condiciones laborales dignas y un horario decente. “Sé que he sido muy afortunada, la mayoría de mis amigos siguen buscando”.

Precisamente ahora desde AJA están elaborando el Estatuto del becario, en el que se recogen las condiciones mínimas de los contratos de las prácticas extracurriculares y las pasantías: una cantidad  de trabajo asequible, adecuada a las horas de contratación, una mínima remuneración por parte de los contratantes y la obligación del salario mínimo interprofesional para los pasantes de 1ª generación, es decir, los recién graduados en el máster de abogacía. El estatuto se prevé que salga en junio, logrando así regular, de una vez por todas, esta situación con la que se encuentran los graduados en Derecho.

Por otro lado, hay grandes despachos de abogados, como Deloitte Legal, que cuentan con programas de captación de talento. Cristina Prados, directora de Talento de Deloitte Legal considera que “el talento joven es cantera. Queremos una carrera a largo plazo con cultura de firma”. Ella misma consiguió su plaza en el despacho con ese programa. Prados es consciente de que la oferta se ha limitado – no así en su firma – “El año pasado nos llegaron 4.500 CV para 60 plazas y este años nos han llegado 9.500 candidatos”.

César lo tiene claro: “Todos tenemos una concepción bastante idílica de la salida al mundo laboral donde pensamos que una vez terminados nuestros estudios vamos a encontrar un trabajo enseguida. Nunca será fácil, todos los días hay que trabajar por mejorar se empiece desde donde se empiece, porque con esfuerzo todo llega incluso ese trabajo que siempre uno ha querido”.




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