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Desafortunadamente, los crímenes son algo que está a la orden del día en cualquier parte del mundo. Cualquier especialista en derecho, cualquier tribunal o cualquier persona que trabaje cerca de la ley sabe que son innumerables los casos que se registran a diario sobre delitos de cualquier tipo.

Algunos son más fáciles de entender y llevar, mientras que otros pueden presentar unas particularidades sorprendentemente complejas. Tal es el caso del Homicidio en grado de tentativa, un crimen en el que el objetivo es matar, aunque al final no logre llevarse a cabo. Aunque el criminal no lo haya conseguido, a ojos de la ley ha cometido un crimen y las sanciones pueden ser bastante importantes.

Qué debes saber sobre el homicidio en grado de tentativa

Lo primero y más importante, obviamente, es saber qué es este tipo de homicidio y en qué consiste. Se considera homicidio en grado de tentativa a todo aquel delito en el que el autor intenta matar a una persona, pero no lo consigue por causas ajenas a su voluntad. La mera intención manifiesta ya es punible y se considera como crimen, aunque no logre ejecutar dicha intención.

Cabe mencionar que solo se cumple en caso de que el autor tenga como objetivo la muerte de una persona. Por tanto, si su único objetivo es hacer daño o lesionar, no se considera homicidio en grado de tentativa. Por otra parte, también cabe aclarar que no es necesario lesionar a alguien para intentar cometer un homicidio, aunque lo habitual es que la víctima sufra algún tipo de lesión como consecuencia del ataque.

Hay una situación en particular que puede atenuar la pena en este tipo de homicidios. En caso de desestimiento, es decir, que el acusado haya interrumpido el acto de forma voluntaria, se puede llevar incluso a una exención de pena. No obstante, sí que se castigarán todos los actos relacionados que puedan constituir un delito, como puede ser la tenencia de arma sin licencia, el allanamiento o cualquier otra posibilidad.

En estos casos, siempre es fundamental probar la intención la intención del autor. Es muy importante demostrar en estos casos que el objetivo era el homicidio porque, de lo contrario, se podría acabar con una sentencia por lesión, como hemos mencionado antes, y las finalidades son muy distintas, como también las consecuencias para todas las partes implicadas.

Agravantes

Los agravantes que se pueden vincular a un homicidio en grado de tentativa son prácticamente idénticos a los de un homicidio consumado. La alevosía, el ensañamiento o incluso el precio recompensa se descartan, ya que harían que el homicidio se considerara asesinato, sin embargo, sí que se tienen en cuenta los siguientes factores:

  • Motivación racista o discriminatoria por religión, ideología, etnia, raza, orientación sexual, género, enfermedad o discapacidad.
  • Reincidencia.
  • Parentesco con la víctima.
  • Abuso de superioridad o de ventaja por las circunstancias.
  • Abuso de cargo público del culpable.
  • Abuso de confianza.

En estos casos, el homicidio en grado de tentativa pasa a ser sancionado con una pena mucho mayor. La estancia en prisión puede ser mucho mayor en función de los agravantes que se cumplan en el crimen.

Penas

Para poder entender bien cómo puede ser la pena por un homicidio en grado de tentativa, hay que empezar teniendo claro cuál puede ser la pena por un homicidio consumado. En estos casos, la pena suele ser de entre 10 y 15 años de prisión, aunque puede ir a más en caso de que la víctima sea una persona menor de 16 años o especialmente vulnerable. 

En esas circunstancias, como también si hubiera sido por pertenencia a un grupo criminal, la pena puede ascender a los 22 años y medio. En caso de considerarse homicidio en grado de tentativa, tal y como recoge el Código Penal, lo habitual es que el castigo final sea una rebaja de uno o dos grados respecto al homicidio consumado.

¿En qué se traduce esto? Teniendo en cuenta un homicidio normal, con pena de entre 10 y 15 años, si se rebaja un solo grado, la pena se reduce a entre 5 y 10 años de cárcel. Si se rebaja dos grados, pasa a ser de dos años y medio a cinco años.

La diferencia es considerable, y a eso hay que sumar también los agravantes antes citados. En caso de cumplir suficientes agravantes como para tratarse de la pena máxima, 22 años y medio, si se considera en grado de tentativa hablamos de una pena máxima de 15 años al bajar un grado o de 7 años y medio en caso de rebajar dos grados.

Esto es todo lo fundamental que se debe saber sobre el homicidio en grado de tentativa. Las penas son variables, pero sus bases y sus agravantes son bastante claros. A priori, puede ser un concepto difícil de entender y, sobre todo, de identificar en un tribunal, pero estas bases establecen las líneas claras para que no haya lugar a dudas.




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