Carpeta de justicia

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Llueve sobre mojado. Rubiales llegó a la Federación (RFEF) tras la inhabilitación de Villar por su gestión llena de irregularidades, y su primer paso fue la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí durante tres años (con comisiones millonarias por medio para Piqué). Un torneo oficial de España en un Estado donde la seña de identidad es la violación sistemática de los derechos humanos, en especial de las mujeres. La familia reinante blanquea su deleznable régimen a golpe de talonario. Pero Rubiales no estaba solo en este despropósito, y vino la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA 2022 en Qatar. La gestión en la RFEF de su presidente se inspira en la prepotencia y en el tono agresivo y faltón contra toda oposición (recordemos la marginación de las primeras jugadoras que denunciaron la situación), inspirado quizás en el sujeto de infausta memoria que presidió el Atlético de Madrid y el Ayuntamiento de Marbella. Pero la sensación de impunidad lleva en ocasiones a la temeridad, y eso ha pasado, empañando la alegría por la Copa Mundial Femenina 2023 y el triunfo de nuestras jugadoras. Los gestos groseros en el palco y el beso en la boca a Jennifer Hermoso, no consentido según afirma con contundencia la deportista, puede llevar al fin del reinado de Rubiales en el fútbol español. Las reacciones antes las primeras críticas, insultos (idiotas, tontos del culo…) y después unas disculpas que más bien parecían una reafirmación. Pero tantos malos modos, machismo y prepotencia han provocado una reacción generalizada de repulsa, multiplicada por el lamentable discurso del viernes, lo que hace necesaria una reacción, conforme a derecho, para instaurar la legalidad y la moral en la RFEF.   

 La vía penal tiene, como no puede ser de otra forma, sus límites y unas especiales garantías, pero no cabe descartarla. En sede teórica, sujetar a una persona de la cabeza (algo evidente, lo vimos todos), y darle un beso en la boca (incuestionable) y sin consentimiento (lo que se discutiría en un proceso), podría integrar un delito de agresión sexual, ya que no cabe confundir esto con el resto de besos y abrazos que vimos, claramente normalizados socialmente. En cualquier caso, habrá que tener en cuenta que el art.191 del Código Penal señala que para proceder por los delitos de agresiones sexuales será precisa denuncia de la persona agraviada o querella del Ministerio Fiscal, y aunque el supuesto delito se habría cometido en el extranjero, dada la nacionalidad del autor y víctima y el tipo de delito, la Audiencia Nacional sería la competente para enjuiciarlo.  La vía administrativa se abre con el traslado al Tribunal Administrativo del Deporte de las denuncias ya presentadas, y la suspensión por el CSD, motivada y de forma cautelar, de Rubiales en la presidencia de la RFEF, si se le abre expediente sancionador por presuntas infracciones calificadas como muy graves (art 62 de la Ley 39/2022, del Deporte).

 Pero los tiranos no son nada sin los mercenarios que los sostienen. La imagen de aplausos entusiastas al discurso de Rubiales, evidencian que el poder de repartir pienso engorda cuentas corrientes a costa de ratificar lo indecente con los aplausos de la vergüenza.




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