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  • El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) ha presentado este jueves, 16 de marzo, alegaciones al listado de los Proyectos de Interés Común europeos, solicitando que no se incluya el corredor de hidrógeno H2Med.
  • La producción actual de hidrógeno verde en España y la incertidumbre sobre la producción futura, así como la falta de información sobre la viabilidad técnica del H2Med, no justifican su construcción. 
  • La producción de hidrógeno verde demanda grandes cantidades de electricidad, que se generará a partir de renovables. Es necesario garantizar que esto no conlleve impactos adversos para el medioambiente y la biodiversidad. 

El proyecto H2Med se presenta a la convocatoria para Proyectos de Interés Común europeo (PCI) como el primer gran corredor de hidrógeno de la Unión Europea que permitirá sustituir a los combustibles fósiles en varios sectores económicos. Sin embargo, en las alegaciones presentadas al listado de los PCI, cuyo plazo de consulta pública culmina este jueves, día 16, el Instituto Internacional de Derecho y Medioambiente (IIDMA) asegura que el H2Med está lejos de ser un aliado en la lucha contra el cambio climático y que su construcción e inclusión dentro de la lista de los PCI no está justificada.

El H2Med incluye dos interconexiones transfronterizas que harían posible el transporte de hidrógeno desde la península ibérica hasta Francia. La primera conectaría vía tierra España y Portugal (proyecto H2Med-CelZa), mientras que la segunda sería una interconexión submarina entre España y Francia (proyecto H2Med-BarMar). 

Perspectivas "poco realistas"

En sus alegaciones, el IIDMA asegura que la producción actual de hidrógeno verde en España y la incertidumbre sobre la producción futura, no justifica la construcción del H2Med. Tal y como explica el abogado del IIDMA Quentin Aubineau, “en España se producen anualmente unas 500.000 toneladas de hidrógeno, de las cuales solo 50 son hidrógeno verde. Aun así, se está planteando el transporte de 2 millones de toneladas hacia Francia en 2030, un nivel de producción poco realista. Ante las previsiones actuales de producción y la falta de un estudio sobre las perspectivas de demanda de consumo de hidrógeno verde previo a la presentación del proyecto, la construcción del H2Med, así como la concesión del estatus de PCI, no encuentran fundamento lógico”. 

Asimismo, el IIDMA hace hincapié en que la viabilidad técnica del proyecto H2Med-BarMar no está demostrada, pues no existe a día de hoy una guía de recomendaciones técnicas para el diseño de hidroductos submarinos que garanticen la eficiencia y la seguridad de la infraestructura. 

Por otra parte, para la construcción del H2Med se considera la posibilidad de reutilizar gasoductos existentes. En este sentido, el IIDMA advierte que las tecnologías para adaptar los gasoductos al transporte de hidrógeno no están desarrolladas a gran escala, ni son tan fáciles de aplicar como la industria quiere hacer creer. “De hecho, el hidrógeno tiene características diferentes al gas fósil, que implica un mayor riesgo de fugas por pequeñas aperturas u orificios. Estas emisiones fugitivas de hidrógeno pueden producir indirectamente efectos de calentamiento 11 veces peores que los del CO2”, ha afirmado Carlota Ruiz- Bautista, abogada del IIDMA. 

Priorizar la producción y el consumo local

En cuanto a la producción del hidrógeno, el IIDMA subraya la importancia de que tenga lugar cerca de los sitios donde se consume, vistas las dificultades asociadas a su transporte a larga distancia desde una perspectiva económica, técnica y de eficiencia energética. “Las grandes infraestructuras de transporte como el H2Med corren el riesgo de no ser necesarias en el futuro, quedando sobredimensionadas y no respondiendo a las necesidades de la transición energética”, ha añadido el abogado del IIDMA Massimiliano Patierno. 

El IIDMA también destaca que el desarrollo e introducción del hidrógeno verde debería tener como objetivo desplazar el uso del hidrógeno de origen fósil actual, priorizando así la descarbonización de aquellos sectores que tradicionalmente consumen hidrógeno y que ya cuentan con infraestructuras adaptadas para su uso, como es el caso del sector de la refinería y la industria química. Eventuales nuevos usos para el hidrógeno deberían limitarse a los sectores de difícil electrificación, como el transporte pesado por carretera, el naval o el aéreo. 

En relación a la financiación pública, como la prevista para los proyectos declarados PCI, el IIDMA considera que debería utilizarse únicamente para apoyar proyectos de hidrógeno verde, excluyendo todos aquellos que favorezcan, de una manera u otra, la producción de hidrógeno no renovable. El H2Med hace referencia al hidrógeno "bajo en emisiones", que no es totalmente neutro en carbono. Es importante garantizar que, cuando se desarrollen infraestructuras de hidrógeno verde, se utilicen exclusivamente para este tipo de hidrógeno. 

Impactos en las poblaciones locales y los ecosistemas

La producción de hidrógeno verde demanda grandes cantidades de electricidad para su uso en los electrolizadores, la cual será generada principalmente mediante la implantación a gran escala de proyectos de energía renovable. El IIDMA sostiene que esta implantación no solo puede conllevar impactos adversos para el medioambiente y la biodiversidad, sino que podría enfrentarse a una escasa aceptación social en el medio rural, debido principalmente a la falta de diálogo previo con las comunidades afectadas. 

Además, si la producción de hidrógeno verde se realiza con fuentes naturales de agua dulce, podrían producirse problemas de escasez hídrica y sequía en los territorios, afectando así a la población local y destruyendo los ecosistemas. 




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