Fráncfort (Alemania), 29 jun (EFECOM).- Las empresas de la zona del euro han aumentado sus precios por encima de lo que han subido sus costes y así trasladan este incremento a los consumidores para defender sus márgenes de beneficio y contribuyen al fuerte incremento de la inflación.
En un artículo del boletín económico del Banco Central Europeo (BCE), la economista Elke Hahn dice que las empresas "no han amortiguado los incrementos de los costes, de hecho sus aumentos de los precios han superado los aumentos vistos en los costes, contribuyendo de este modo al repunte de la inflación".
Las expectativas de fuertes encarecimientos de los insumos pueden haber motivado a las empresas a aumentar sus precios más para suavizar el efecto de los cambios en los precios con el tiempo.
El aumento de los costes de los insumos, incluida la energía importada y otros bienes intermedios, no ha sido amortiguado por los beneficios y no ha tenido un impacto negativo en los beneficios por unidad, según los economistas del BCE en otro artículo del boletín.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo esta semana en el Foro de Sintra que es necesario "que las empresas absorban los crecientes costes laborales a través de sus márgenes".
"Si la política monetaria es suficientemente restrictiva, la economía puede lograr una desinflación general, al tiempo que los salarios reales recuperan parte del terreno perdido", según Lagarde.
"Pero esto depende de que nuestra política frene la demanda durante algún tiempo, de modo que las empresas no puedan seguir mostrando el comportamiento de precios que hemos observado recientemente", apostilló.
Si las empresas tratan de defender sus márgenes de beneficio, la inflación no bajará al objetivo del 2 % del BCE.
Si las empresas recuperaran el 25 % de la pérdida de margen que apuntan las proyecciones del BCE, en 2025, la inflación se situaría claramente por encima de la prevista en el escenario de referencia, casi en el 3 %.
Desde principios de 2022 el nivel de precios ha subido un 11 % y se han traducido en transferencias de más de 200.000 millones de euros al resto del mundo debido al deterioro de la relación real de intercambio.
Lagarde dijo que las empresas trasladaron los incrementos de sus costes a los consumidores para defender sus márgenes de beneficios y "que la intensidad de esta reacción fue inusual".
"Anteriormente, las empresas habían tendido a absorber el aumento de los costes a través de sus márgenes, ya que un crecimiento más lento hacía que los consumidores estuviesen menos dispuestos a tolerar subidas de precios", según la presidenta del BCE.
Sin embargo, las condiciones especiales vividas el año pasado alteraron completamente esta tendencia.
La magnitud del crecimiento de los costes de los insumos hacía difícil para los consumidores determinar si las subidas de precios se debían a costes más elevados o a mayores beneficios, lo que contribuyó a una transmisión más rápida y más intensa.
Los consumidores aceptaron pagar esos precios porque se liberó la demanda contenida en la pandemia tras la reapertura de los sectores económicos, por el exceso de ahorro, las políticas expansivas y por las restricciones de oferta causadas por los cuellos de botella.
Por ello, la contribución de los márgenes unitarios a la inflación interna fue de en torno a dos tercios en 2022, mientras que en los veinte años precedentes su contribución media fue de aproximadamente un tercio.
Sin embargo, Lagarde observó que esta primera fase está empezando a terminarse gracias en gran medida al descenso de los precios de la energía.
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) dijo recientemente en su informe económico anual que cierta subida de los salarios no impediría que la inflación vuelva al objetivo, pero solo si las empresas aceptan una reducción de sus beneficios.
Para que la inflación vuelva al objetivo del 2 %, los beneficios deben bajar de media un 2,5 % anual en 2023-2024, según el BPI.
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