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  • La economía europea se adentra en su quinto año de recuperación, una recuperación que al fin está llegando a todos los Estados miembros de la UE. Se espera que esta tendencia continúe a un ritmo predominantemente constante en este año y en el próximo.

En las previsiones de primavera que publica hoy, la Comisión Europea pronostica un crecimiento del PIB en la zona del euro del 1,7 % en 2017 y del 1,8 % en 2018 (frente al 1,6 % y el 1,7 % de las previsiones de invierno). Se estima que el crecimiento del PIB en el conjunto de la UE se mantendrá estable en torno al 1,9 % en ambos años (frente al 1,8 % que las previsiones de invierno arrojaban para ambos años).

Valdis Dombrovskis, vicepresidente responsable del Euro y el Diálogo Social, así como de la Estabilidad Financiera, los Servicios Financieros y la Unión de Mercados de Capitales, ha indicado: «Las previsiones económicas de hoy ponen de manifiesto que el crecimiento en la UE está cobrando fuerza y el desempleo sigue disminuyendo. Sin embargo, el panorama varía significativamente de un Estado miembro a otro; las economías que han llevado a cabo reformas estructurales más ambiciosas han obtenido mejores resultados. Para restablecer el equilibrio, es preciso que ejecutemos en toda Europa reformas decisivas que vayan desde la liberalización de nuestros mercados de bienes y servicios hasta la modernización del mercado de trabajo y los sistemas de protección social. En una época de cambios tecnológicos y demográficos, nuestras economías también se ven obligadas a evolucionar para poder ofrecer más oportunidades y un mejor nivel de vida a la población».

Por su parte, Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, ha afirmado: «Europa se adentra en su quinto año consecutivo de crecimiento, gracias al impulso de las políticas monetarias acomodaticias, la confianza de las empresas y los consumidores y la mejora del comercio mundial. Asimismo, es una muy buena señal que comience a remitir la gran incertidumbre que ha marcado los últimos doce meses. No obstante, la recuperación del empleo y la inversión en la zona del euro sigue siendo asimétrica. Por ello, hacer frente a las causas de esta divergencia representa el principal reto que debemos abordar en los próximos meses y años».

Aumento del crecimiento mundial

La economía mundial cobró impulso a finales del año pasado y principios del presente, gracias a que muchas economías avanzadas y emergentes repuntaron de manera simultánea. Se espera que el crecimiento mundial (excluida la UE) aumente hasta el 3,7 % este año y el 3,9 % en 2018, habiendo sido del 3,2 % en 2016 (esto es, se mantienen las previsiones de invierno), ya que la economía china sigue demostrando una gran resiliencia a corto plazo y la recuperación de los precios de los productos básicos impulsa a otras economías emergentes. La perspectiva de crecimiento de la economía estadounidense no varía sustancialmente con respecto a las previsiones de invierno. En general, se estima que la contribución de las exportaciones netas al crecimiento del PIB de la zona del euro en 2017 y 2018 será neutra.

Aumento temporal de la inflación global

La inflación ha aumentado considerablemente en los últimos meses debido principalmente a los incrementos del precio del petróleo. Sin embargo, la inflación subyacente, de la que se excluye los precios volátiles de los alimentos no elaborados y de la energía, se ha mantenido relativamente estable y muy por debajo de su media a largo plazo. Se prevé que la inflación en la zona del euro aumente del 0,2 % en 2016 al 1,6 % en 2017, para luego bajar al 1,3 % en 2018 a medida que se atenúen los efectos de la subida de los precios del petróleo.

El consumo privado desciende a resultas de la inflación y la inversión se mantiene en niveles estables

El consumo privado, el principal motor del crecimiento en los últimos años, alcanzó en 2016 un ritmo de aumento que no se veía desde hacía 10 años, si bien se moderará en el presente año puesto que la inflación socavará en cierta medida los aumentos en el poder adquisitivo de los hogares. Cabe esperar que el consumo privado repunte ligeramente para el próximo año al ser el pronóstico de atenuación de la inflación. En lo que respecta a la inversión, se estima que crecerá de forma bastante regular, aun cuando sigue viéndose obstaculizada por las modestas perspectivas de crecimiento y la necesidad de continuar el proceso de desapalancamiento en algunos sectores. Existe una serie de factores que coadyuvarán a un repunte paulatino, tales como el aumento de los índices de utilización de las capacidades, de la rentabilidad empresarial y de las condiciones de financiación atractivas (incluidas las del Plan de Inversiones para Europa).

Sigue disminuyendo la tasa de desempleo

Si bien aún es elevado en muchos países, el desempleo sigue su tendencia a la baja. En la zona del euro, se prevé que disminuya al 9,4 % en 2017 y al 8,9 % en 2018, alcanzando su nivel más bajo desde comienzos de 2009. Ello se debe al aumento de la demanda nacional, las reformas estructurales y otras políticas públicas de determinados países que fomentan una sólida creación de empleo. La tendencia de la UE en su conjunto será similar en principio; se calcula que el desempleo bajará al 8,0 % en 2017 y al 7,7 % en 2018, alcanzando su nivel más bajo desde finales de 2008.

Mejora de las finanzas públicas

Se espera se produzca una aminoración en 2017 y 2018 tanto del coeficiente déficit/PIB de las Administraciones públicas como del coeficiente deuda bruta/PIB, a nivel de la zona del euro y de la UE en su conjunto. La reducción del pago de intereses y la moderación salarial del sector público deberían propiciar la tendencia a la baja de los déficits, aunque a un ritmo menor que en los últimos años. En la zona del euro, se estima que el coeficiente déficit/PIB de las Administraciones públicas bajará del 1,5 % del PIB en 2016 al 1,4 % en 2017 y al 1,3 % en 2018, mientras que en el conjunto de la UE se espera que este coeficiente baje del 1,7 % en 2016 al 1,6 % en 2017 y al 1,5 % en 2018. En cuanto al coeficiente deuda/PIB de la zona del euro, se prevé que bajará del 91,3 % en 2016 al 90,3 % en 2017 y al 89 % en 2018, mientras que en el conjunto de la UE se espera que este coeficiente baje del 85,1 % en 2016 al 84,8 % en 2017 y al 83,6 % en 2018.

Se estabilizan levemente los riesgos con respecto a las previsiones, si bien siguen a la baja

La incertidumbre en torno a las perspectivas económicas sigue siendo acentuada. En general, los riesgos están ahora más equilibrados que en invierno, pero se siguen inclinando a la baja. Los riesgos exteriores se vinculan, por ejemplo, a la evolución de la política económica y comercial de los Estados Unidos y a tensiones geopolíticas de mayor calado. El ajuste económico de China, la salud del sector bancario europeo y las inminentes negociaciones con el Reino Unido para su salida de la UE también se consideran riesgos potenciales de sobreestimación de las previsiones.

Contexto

Estas previsiones se basan en una serie de hipótesis técnicas sobre los tipos de cambio, los tipos de interés y los precios de los productos básicos hasta la fecha límite de 25 de abril de 2017. Las hipótesis sobre los tipos de interés y los precios de los productos básicos reflejan las expectativas de los mercados, basadas en los mercados de derivados en el momento de efectuar las previsiones. Por lo que respecta a los demás datos considerados, incluidas las hipótesis sobre políticas públicas, estas previsiones tienen en cuenta la información obtenida hasta el 25 de abril de 2017 inclusive. Las proyecciones no contemplan cambios en las políticas salvo que estas se anuncien de forma creíble y se especifiquen con debido detalle.




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