El Gobierno ha aprobado una serie de medidas para aligerar la carga hipotecaria de las familias. Las desgranamos a continuación.
El Gobierno ha aprobado una serie de medidas para aligerar la carga hipotecaria de las familias. ¿Qué ha desencadenado esta subida? ¿De qué ayudas se trata? Lo desgranamos a continuación.
¿Qué ha desencadenado la subida de las hipotecas?
La actual coyuntura económica, marcada en buena medida por las consecuencias económicas derivadas de la guerra en Ucrania, ha comportado estos últimos meses un incremento acelerado de las tasas de inflación en toda la Unión Europea.
La consecuencia directa de esta de esta subida de la inflación ha sido el endurecimiento de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo, que se ha visto obligado a iniciar un ciclo de subidas de tipos de interés, sin precedentes desde hace décadas.
Las entidades financieras, como no podía ser de otra manera, han trasladado inmediatamente a sus clientes estas subidas. Esto ha llevado al Euribor, que es el índice de referencia utilizado en la mayor parte de los préstamos hipotecarios a interés variable, a pasar en pocos meses de estar en terreno negativo a situarse cerca del 3%, con perspectivas de seguir subiendo, al menos a corto plazo.
Esta rápida subida del Euribor puede dejar en una situación complicada a muchas familias, que verán incrementada de manera muy significativa la cuota a pagar en su préstamo hipotecario en el momento en que se produzca la revisión de mismo.
9 medidas para ayudar a las familias con la hipoteca
En un intento de aliviar esta situación, el Gobierno aprobó el pasado 23 de noviembre, un Real Decreto-ley, que contiene una serie de medidas para aligerar la carga hipotecaria de las familias.
Por un lado, este Decreto modifica uno anterior (en vigor desde 2012), que establecía un Código de Buenas Prácticas para proteger a los deudores hipotecarios sin recursos: familias con rentas inferiores a los 25.200 euros, que hubieran visto incrementada la carga hipotecaria en más de un 50%, siempre y cuando el coste de la vivienda no superara los 300.000 euros.
1. Reducción del tipo de interés
En este caso, se flexibilizan las medidas previstas de reestructuración de la deuda hipotecaria, reduciendo el tipo de interés aplicable durante el período de carencia de 5 años en el pago del principal de la deuda, que pasa de Euribor más 0’25% a Euribor menos 0’10%.
2. Ampliación del plazo para la dación en pago
Se amplia también hasta los 24 meses el plazo para solicitar la dación en pago de la vivienda en aquello casos en los que no resulte viable la reestructuración de la deuda.
3. Más tiempo para solicitar alquiler social en proceso de desahucio
También aumenta el plazo para solicitar a la entidad financiera un alquiler social por un importe máximo del 3% de su valor cuando el deudor se encuentre inmerso ya en un procedimiento de desahucio de su vivienda habitual.
4. Posibilidad de segunda reestructuración de la deuda
Además, se contempla la posibilidad de solicitar una segunda restructuración de la deuda si al término de la primera se mantiene la situación de vulnerabilidad.
5. Acogida de nuevos deudores
Como novedad, se permite también acogerse a este Código de Buenas Prácticas a aquellos deudores en los que no se cumpla el requisito de que la carga hipotecaria se haya incrementado en más de un 50%. Estos deudores podrán optar a una carencia en el pago del principal durante un período de 2 años, con una reducción del tipo de interés aplicable durante ese período y la posibilidad de alargar el plazo de amortización del préstamo hasta en 7 años.
6. Protección a familias de clase media
Por otro lado, con esta norma se ha intentado también ampliar el ámbito de protección a las familias de clase media, que podrían llegar a encontrarse en una situación de mayor vulnerabilidad debido a los efectos de la subida del Euribor.
Con esta finalidad, se aprueba un nuevo Código de Buenas Prácticas, por lo tanto, de adhesión voluntaria por parte de las entidades financieras, al que podrán acogerse aquellos hogares con una renta inferior a 3’5 veces el IPREM, es decir, aproximadamente, unos 29.400 €, siempre que cumplan otros requisitos adicionales, como son, que la carga hipotecaria supere el 30% de la renta familiar y que además se haya visto incrementada al menos en un 20%.
7. Congelar la cuota
Si bien, tanto los requisitos como las medidas concretas a aplicar aún están pendientes de una mayor concreción, todo apunta a que, en estos casos, se podrá optar por congelar la cuota de la hipoteca durante un período de 12 meses, con una reducción del tipo de interés sobre el principal aplazado, y la posibilidad de alargar el plazo de amortización hasta en 7 años.
8. Reducción de gastos por pasar hipoteca variable a fija
9. Eliminación en 2023 de las comisiones por amortización anticipada del préstamo
En conclusión, podemos valorar estas medidas de forma positiva, ya que pueden servir para aligerar la carga hipotecaria de un mayor número de familias respecto de las que hasta ahora se podían beneficiar, si bien aún es pronto para saber que impacto real van a tener y cómo van a ser implementadas, especialmente teniendo en cuenta en buena parte se trata de medidas de adhesión voluntaria por parte de las entidades financieras al estar recogidas en un Código de Buenas Prácticas.