lawandtrends canal de whatsapp

LawAndTrends



Aunque, tradicionalmente, la abogacía siempre se ha considerado una profesión aislada de las dinámicas y ritmos del mundo empresarial, realmente no es ajena a este ecosistema en absoluto. En el trabajo diario, los profesionales del derecho enfrentan retos que trascienden el asesoramiento jurídico, especialmente aquellos que dirigen su propio despacho.

 

La transformación digital y la demanda de servicios legales cada vez más especializados y la competitividad entre despachos exigen a los abogados capacidades y conocimientos que van mucho más allá de la formación en materia legal.

Para dirigir un despacho de abogados con éxito y mantener una óptima rentabilidad del negocio, los abogados necesitan tener habilidades de gestión empresarial. Por esta razón, es cada vez más común encontrar abogados en las aulas de los programas de Máster en Dirección de Empresas, más conocidos por las siglas MBA (Master in Business Administration). Combinar la formación empresarial de un MBA con una licenciatura en Derecho ofrece grandes ventajas, como el desarrollo de habilidades de planificación estratégica, gestión operativa y liderazgo de equipos aplicables a contextos empresariales diversos.

Los conocimientos en gestión empresarial y las habilidades adquiridas al estudiar un MBA potencian tanto la eficiencia en la administración de los despachos de abogados como su posicionamiento estratégico en el mercado. A continuación, se analiza por qué un abogado necesita estudiar  un MBA para adquirir competencias que faciliten la transformación en la gestión empresarial de los despachos y los conviertan en profesionales mucho más competitivos.

¿Por qué un abogado necesita un MBA?

Los másters MBA ofrecen a los profesionales del derecho una formación en gestión empresarial con la que pueden adquirir habilidades de liderazgo, planificación y formulación estratégica y optimización de procesos. Estos aspectos son esenciales para la administración de cualquier negocio, incluidos los despachos legales. Además, un abogado que complementa la formación en derecho con estudios de administración y dirección de empresas puede crecer profesionalmente tanto de forma interna como externa.

Desarrollar habilidades de liderazgo es una de las razones por las que un abogado necesita estudiar un MBA. Un máster MBA proporciona una visión integral de las distintas áreas que componen una empresa. Durante el programa, los estudiantes adquieren conocimientos en áreas clave como finanzas, marketing, ventas, operaciones y gestión del talento humano. Este tipo de formación es indispensable para adquirir responsabilidades gerenciales que exigen la coordinación de equipos y tareas multifuncionales. 

Para quienes aspiran a fundar un bufete o desean optimizar la dirección y administración de uno ya establecido, las competencias desarrolladas en una Escuela de Negocios a través de un MBA marcan la diferencia. Estas competencias son necesarias para organizar la gestión de su gabinete, optimizar procesos, gestionar la cartera de clientes, aumentar la eficiencia y garantizar la rentabilidad del negocio.

Por otro lado, un MBA capacita a los abogados para ofrecer un servicio más completo y efectivo a los clientes, tanto actuales como potenciales. Por ejemplo, un abogado que asesore en una operación de fusiones y adquisiciones podrá aplicar los conocimientos adquiridos en el MBA al interactuar con profesionales financieros, como banqueros de inversión, durante los diferentes procesos de negociación. El temario de un MBA contiene materias que permite comprender mejor las expectativas del cliente, así como los conceptos clave y el lenguaje técnico del sector, como el valor de una empresa, modelos de flujo de caja descontado o análisis de precios de mercado, lo que refuerza la capacidad de un profesional del derecho para ofrecer un asesoramiento estratégico y relevante.

Los abogados representan solo un 3 % de los estudiantes de un MBA, lo que refleja la diversidad de perfiles que participan en estos programas. La diversidad laboral y académica de las aulas de los MBA ofrece a los abogados la posibilidad de interactuar con profesionales de otros sectores, estableciendo conexiones valiosas que pueden impactar significativamente en su desarrollo profesional. Los contactos y los vínculos que se crean enriquecen la experiencia de aprendizaje del MBA, y también pueden abrir puertas en el ámbito legal y empresarial, creando oportunidades para colaboraciones futuras y generación de clientes.

Por tanto, el networking  en un MBA permite a los abogados construir una red estratégica con líderes de distintas industrias, facilitando asociaciones con otros despachos, acceso a recursos financieros para proyectos legales y oportunidades para ofrecer servicios corporativos. La combinación de habilidades jurídicas y empresariales posiciona a los despachos de abogados liderados por graduados MBA como referentes en innovación y adaptabilidad dentro del sector legal.

Competencias aplicables al derecho: desde marketing hasta diversificación

En el saturado y competitivo mercado legal actual, los abogados que aspiran a ocupar puestos directivos o tienen la intención de emprender y crear su propia firma de servicios legales necesitan un conjunto de habilidades que complementen la formación en Derecho tradicional y tener una visión más holística desde el ámbito del derecho empresarial y la gestión estratégica.

El análisis financiero, el marketing, la gestión de cambios organizacionales o el liderazgo de equipos multidisciplinares son competencias que pueden marcar la diferencia en la dirección y administración de un despacho de abogados, especialmente en aquellos que se encuentran en fase de crecimiento o transformación.

Además, en los MBA, los abogados también adquieren la capacidad de anticiparse a los cambios que se produzcan en el mercado, liderar procesos de transformación digital y mantenerse competitivos frente a otros despachos de asesoramiento legal

La formación en un Master in Business Administration expone a los estudiantes a disciplinas que no se enseñan en la facultad de derecho, como habilidades cuantitativas y el uso de tecnologías avanzadas de gestión de empresas. Esto incluye la creciente relevancia de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático en la práctica legal y empresarial, herramientas clave para optimizar procesos y diversificar servicios jurídicos. De esta manera, los abogados formados con un MBA entienden mejor lo que buscan los clientes, y también pueden abordar los problemas desde una perspectiva integral, alineada con las demandas del entorno empresarial actual.

En definitiva, es más que evidente que un abogado necesita ampliar su formación con un MBA para transformar la visión hacia su profesión, ampliar horizontes y posicionarse como un profesional con un perfil singular, preparado para liderar equipos y competir ofreciendo servicios legales innovadores basados en la calidad y de manera transversal a los diferentes segmentos de clientes.




No hay comentarios.


Hacer un comentario

He leido y acepto los términos legales y la política de privacidad