Innovación en el sector legal, por Laura Ojanguren Mira

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La innovación permite al despacho lograr una ventaja competitiva. Respecto a la internacionalización, es necesaria la adaptación del negocio a los cambios globales a través de un servicio uniforme que permita mantener la relación con clientes a nivel global. A su vez, se debe buscar la máxima eficiencia de todas las personas a través de una organización flexible y en base a una formación jurídica multidisciplinaria y se debe fomentar la fidelización de los clientes haciendo que los intereses de éstos sean compartidos por los despachos. Respecto a la tecnología, la inversión es fundamental para favorecer la coordinación, comunicación instantánea y acceso rápido a la información.

Algunas ideas innovadoras concretas son la implantación de medidas que favorezcan horarios flexibles, siendo uno de los objetivos retener el talento y conseguir mayor presencia femenina en los altos cargos; y plataformas de cooperación entre despachos para determinados proyectos basándose en la especialización y disponibilidad.

En España, los recursos aplicados en actividades de I+D siguen reduciéndose cada año, y particularmente respecto la abogacía, sector con fama de mostrarse en cierto modo “reacio” a la innovación. Sin embargo, la innovación en el sector legal es crucial para que el despacho consiga lograr una ventaja competitiva y se da principalmente en cuatro áreas: internacionalización, estructura interna, relación con los clientes y tecnología.

Respecto a la internacionalización, es necesaria la adaptación del negocio a los cambios globales a través de un servicio uniforme que permita mantener una relación con los clientes a nivel global.

En la estructura interna, la innovación está ligada a la organización y la formación jurídica. Respecto a la organización, se debe buscar la máxima eficiencia de los trabajadores, proporcionándoles los recursos, el apoyo y la formación necesaria para su desarrollo. Para ello, la organización debe ser flexible y los abogados deben ser capaces de trabajar en distintas áreas conforme a la demanda y los cambios en el entorno. Esta capacidad tiene como fundamento su formación, que ya no puede ser meramente jurídica sino multidisciplinaria.

En la relación con los clientes, se debe fomentar la fidelización y captación de los clientes haciendo que los intereses de éstos sean compartidos por los propios despachos. Por ello, la anticipación y orientación al cliente deben ser máximas teniendo así una crucial importancia el desarrollo con éxito de una relación cercana entre el cliente y el abogado.

En el último ámbito, la tecnología, la inversión es fundamental para favorecer la coordinación, comunicación instantánea y acceso rápido a la información tanto interna como con clientes. Por lo tanto, los despachos han de invertir en herramientas tecnológicas que garanticen la confidencialidad, permitan la transparencia del trabajo y recursos que se dedican a los asuntos y sean fácilmente utilizables por los clientes.

Por último, algunas ideas innovadoras concretas que podrían desarrollarse en el sector legal para favorecer la innovación son la implantación de medidas que favorezcan horarios flexibles, siendo uno de los objetivos retener el talento y conseguir mayor presencia femenina en los altos cargos. También se pueden llevar a cabo acuerdos de colaboración determinados proyectos entre los despachos de menor tamaño o menos recursos. Esto consistiría en crear una plataforma para que puedan colaborar de manera eficiente distintos equipos de trabajo de diferentes despachos para un mismo cliente basándose en la especialización y disponibilidad.