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En las tareas del abogado surgen con frecuencia, determinadas actividades que, por su complejidad, requieren de un mayor esfuerzo y dedicación.  Me refiero por ejemplo, a una demanda compleja, un recurso de casación o apelación complicado, o la  creación de un despacho virtual entre varios compañeros.

Normalmente, las tareas sujetas a plazo,  los abogados solemos ejecutarlas de golpe, siempre los últimos días, concentrando durante este tiempo, todo nuestra esfuerzo y dedicación a esta única tarea, por lo que se deja de atender todo lo demás, provocando el colapso de la agenda y un estrés considerable.

Para evitar esta situación, voy a comentarte la técnica del troceado o desmenuce que consiste, básicamente, en descomponer las tareas complejas en sus diversas partes, programando después su ejecución a lo largo del plazo concedido para ejecutarlo y realizarlo poco a poco, compaginando la ejecución de cada parte, con las demás actividades diarias.

Ventajas:

1. Evitas los tapones y el colapso de agenda que suelen ocurrir, cuando pasas una semana con una sola tarea.

2. El hecho pensar  primero las partes de lo que vas a ejecutar, supone una labor de análisis que te genera una visión del conjunto, esencial para su posterior ejecución. Analizas serenamente todo el proceso, desgranando las partes del conjunto y  logrando así una mayor eficacia en la ejecución.

Cuando descompones una tarea, comprendes mucho mejor la finalidad de cada parte, su importancia o intrascendencia. Enfrías el proceso de tu subjetividad profesional y das al resultado el impacto de la excelencia.

3. En tercer lugar, la perspectiva que alcanzas con esta técnica, te permite priorizar y delegar las partes del trabajo, dando al conjunto una mayor serenidad y eficacia.

4. Evitas la pereza o procrastinación inconsciente: procrastinar (del latín procrastirnare) es posponer, retrasar indefinidamente la ejecución de una tarea o actividad.

Cuando te enfrentas a una tarea que tu cerebro juzga descomunal o compleja, nunca hay tiempo para empezarla. Cada vez que te lo propongas, tu subconsciente te sugerirá mil excusas diferentes para que, eso que requiere todo tu esfuerzo y concentración, no lo hagas. Sin embargo, ejecutar una pequeña parte de ese “todo” (releerte la demanda por ejemplo), como primera parte del proceso, es algo sencillo y concreto que te resulta más fácil para empezar.

Por último, con este método generas ilusión en momentos de bajón, al ver que es posible lo que ates te parecía inalcanzable.

Los pasos:

1º Enumera.

Descomponer las diferentes tareas que debes realizar es un proceso de análisis. Primero escribe en un papel todo lo que se te ocurre respecto a la ejecución de la tarea y, cuando digo todo, me refiero a eso: A TODO.

Luego vendrá el analizar cada parte en su importancia y urgencia, incluso suprimirla por su inutilidad, pero para ello, debes enumerarla primero.

Para que me entiendas cuando me refiero a TODO, te propongo como ejemplo las diferentes tareas que sueles hacer cuando te planteas recurrir una sentencia perdida.

  • Leer el fallo de la sentencia, y ponerte de mal humor.
  • Mandar la sentencia al cliente, quedar con él.
  • Valorar los costes del recurso.
  • Leer demanda y contestación de la demanda. (querella y escritos de acusación y defensa)
  • Repasar las pruebas practicadas, visionar grabaciones de los juicios.
  • Leer de nuevo la sentencia. Y detectar los posibles motivos para recurrirla.
  • Pedir aclaración de sentencia
  • Buscar jurisprudencia de cuestiones procesales y del fondo del asunto.
  • Planificar los motivos del recurso.
  • Comentar ideas con otro compañero.
  • Redactar el recurso.
  • Repasar la redacción.
  • Presentar el recurso

Todas estas tareas y alguna más que podría añadirse, son las que debes enumerarte para seguir adelante.

2º Prioriza 

Cuando tienes la lista delante y sabes que tareas son más importantes, cuales te son más fácil y atractivas de ejecutar que las demás, puedes decidir y programar mejor su ejecución. Enumera  cada parte por  el orden que vas a acometer la ejecución,

1.- Leer el fallo de la sentencia y ponerte de mal humor.

3.- Mandar la sentencia al cliente, quedar con él.

2.- Valorar los costes del recurso.

4.- Leer demanda y contestación de la demanda. (querella y escritos de acusación y defensa)

7.-Repasar las pruebas practicadas, visionar grabaciones de los juicios.

5.- Leer de nuevo la sentencia. Y detectar los posibles motivos para recurrirla.

6.- Pedir aclaración de sentencia

8.- Buscar jurisprudencia de cuestiones procesales y del fondo del asunto.

9.- Planificar los motivos del recurso.

10.- Comentar ideas con otro compañero.

11.- Redactar el recurso.

12.- Repasar la redacción.

13.- Presentar el recurso

3º Planifica su ejecución.

Es el momento de distribuir en la agenda la ejecución de cada parte del proyecto para acometerla cada día. Busca los días y horas en tu agenda que mejor te acomode para cumplir con cada tarea y CÚMPLELO.

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4º Delega y adjudica cada tarea. 

Si estas solo, puedes entrar en los grupos de Fb, Twitter, linkedin y  preguntar si alguien puede aportarte sentencias de casos similares, ideas o sugerencias: COMPARTIR es una de las grandezas de esta era de la comunicación. Seguro que en poco tiempo obtienes muchísimas sugerencias que te empujarán en la ilusión de tu proyecto. Cuando troceas primero, controlas mucho mejor su ejecución. Te sientes dueño de cada momento, el enfoque del conjunto crece en el trabajo, generando mayor concentración y eficacia, en lugar de trabajar con el estrés y la presión del último día.

5º Analiza, compara, diseña:

PENSAR PARA ESCRIBIR, en lugar de escribir para pensar, (que es lo que hacemos la mayor parte de los abogados del mundo). La perspectiva que obtienes al ver las partes del conjunto, te permite planificar mejor las ideas y como estructurarlas. Después, cuando das forma con palabras a lo que primero surgió de las ideas, el texto goza del privilegio de la distancia. Surge así la elocuencia,  la perspectiva que dará al  conjunto, el valor de la eficacia.

Consejo: Seguimiento y control de ejecución: En los proyectos de larga duración, cuando delegas partes importantes del conjunto, es necesario planificar el seguimiento. Programa reuniones periódicas  del equipo para analizar el conjunto de la ejecución, parar para ver donde estás, donde querías llegar y corregir, en su caso, el rumbo del proyecto. Esta tarea es imprescindible si quieres tener éxito.

Por cierto, el éxito, igual que el fracaso, son percepciones sociales del proceder humano. No te dejes engañar. Lo mejor de tu trabajo lo tienes en tu satisfacción personal de cada día. Si mantienes viva la ilusión por  cada  instante, tu trabajo se convertirá en una fuente inagotable de satisfacción personal.

 

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