El presidente de Auren, Mario Alonso, será uno de los conferenciantes del XIII Congreso de la Abogacía Española que intervendrá en el itinerario de Buenas Prácticas. Abogado y economista, ha sido director en el Curso de Gestión de Despachos que organiza el Consejo de la Abogacía. Su conferencia abordará “La dimensión como elemento estratégico de los despachos”, por lo que le hemos preguntado sobre cuestiones básicas sobre el futuro de cómo evolucionará la prestación de servicios jurídicos en los próximos años.

– ¿Son los despachos individuales un freno a la competitividad en el sector jurídico?

Como en todos los sectores, en el jurídico se vienen produciendo procesos de concentración. Los pequeños despachos individuales tienen mayores dificultades para competir, tanto por las demandas de un mercado cada vez más exigente, como por los obstáculos para captar y retener talento, así como para lograr la rentabilidad que lo haga sostenible.

– ¿En qué medida está ganando la especialización a la hora de facilitar el crecimiento de un despacho?

La especialización, tanto sectorial como de ámbito jurídico, es una demanda creciente del mercado. Los despachos necesitan crecer, tanto orgánica como inorgánicamente, para posicionarse como especialistas.

-¿Cree que el futuro de la abogacía pasa por la agrupación de profesionales en despachos medianos? ¿de cuántos letrados hablamos cuando nos referimos a un despacho mediano?

Sin duda. Ante un mundo global es necesaria una adecuada cobertura geográfica y ante la creciente complejidad de los negocios y las normas que los regulan, una especialización, que no es posible con estructuras muy pequeñas. Un despacho mediano, en el contexto del mercado español de servicios jurídicos, se situaría en un entorno de 25/50 abogados.

– ¿En qué medida cree que los abogados españoles están capacitados para llevar a cabo la gestión económica de sus despachos?

Un despacho es una empresa, y como tal debe gestionar sus clientes, los recursos humanos, sus procesos internos y externos, y desde luego, sus finanzas. En general, los abogados suelen carecer de formación económica, por ello es deseable que cuenten con asesoramiento externo.