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Jesús Centeno

Pekín, 13 abr (EFE).- Hace este sábado un año desde que el abogado chino Yu Wensheng y su esposa, Xu Yan, fueran detenidos cuando se dirigían a la Embajada de la Unión Europea (UE) en Pekín para reunirse con representantes del bloque comunitario.

Su objetivo: relatar a funcionarios de alto nivel cómo las autoridades chinas los habían estado acosando por defender a activistas y pedir reformas, lo que les valió un arresto por "buscar pelea y provocar altercados", cargo habitualmente utilizado en China contra defensores de derechos humanos y disidentes.

A su detención siguió una reclusión de casi un año en la capital china hasta que, en enero de este año, fueron trasladados a un centro penitenciario en Suzhou, en la provincia de Jiangsu (este).

"Yu defendió como abogado a activistas de derechos humanos pero también escribió cartas pidiendo reformas constitucionales y sufragio universal, motivo por el cual el Gobierno le considera como un elemento subversivo", indican a EFE fuentes diplomáticas.

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La fuente destaca que, antes de esta última detención -ya pasó dos años en prisión ente 2020 y 2022 por los mismos motivos- Yu había recibido varias misivas en las que se le advirtió de que estaba "pisando arenas movedizas" y que "debía parar" su actividad.

La fallida visita a la Embajada comunitaria no fue "el motivo fundamental" por la que fueron arrestados, según la fuente, sino "la gota que colmó el vaso" tras un tiempo en el punto de mira.

El juicio, aún sin fecha conocida

Tras la primera detención de Yu en 2020, su esposa luchó para que fuera liberado e hizo numerosos intentos de visitarlo en prisión: "Esta es la primera vez que ella, normalmente en un segundo plano, pisa prisión", resalta la fuente.

La pareja -separada, él en un centro de hombres y ella en uno de mujeres- afrontaría cargos adicionales de "incitar a la subversión del poder estatal", y aún no se ha fijado fecha para su juicio.

"Esperamos que sean justos. Con estas detenciones, Pekín busca que los críticos no acudan a las embajadas para explicar en primera persona cómo es la situación de los derechos humanos", agrega.

Entretanto, las onegés del ramo han expresado su preocupación por la condición física de Xu o por presuntas amenazas hacia su hijo, quien cumplió apenas 18 años antes de la detención.

Durante su carrera como letrado, Yu participó en la defensa de miembros del grupo religioso Falun Gong (prohibido en China desde 1999) o de compañeros de profesión, entre los que figuran varios detenidos en 2015 en la conocida como "redada 709", una de las mayores olas represivas contra abogados de derechos humanos, cuando cientos de letrados fueron interrogados o detenidos.

Varios de ellos denunciaron haber sufrido torturas.

Los derechos humanos, escollo entre Bruselas y Pekín

Ante el primer aniversario de la detención, China Human Rights Defenders y otra veintena de organizaciones han pedido la "liberación inmediata" de la pareja.

Petición a la que también se sumó la UE en repetidas ocasiones y por lo que llegó a presentar una queja ante la Cancillería china.

Para Bruselas, este caso es "emblemático", subraya la fuente.

Destaca que, tras la detención, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, exhortara durante una visita a Pekín que la actitud china en materia de derechos humanos es uno de los principales problemas que separa al país de la UE y lo que la convierte en un rival sistémico para el bloque.

"China no entiende por qué lo consideramos un rival sistémico. La mayoría de las veces es un socio pero también competimos. Una rivalidad pacífica no es hostil, simplemente se trata de reconocer las diferencias en nuestros respectivos sistemas políticos y económicos. Pero eso no nos impide colaborar", señaló entonces el diplomático.

Palabras que, según algunos expertos, levantaron resquemor en Pekín, que en diciembre de 2023 presentó una queja formal ante la UE después de que los Veintisiete emitieran un comunicado en el que reiteraron sus "preocupaciones" por los derechos humanos.

Según la UE, "los defensores de los derechos humanos, los abogados, los periodistas, los reporteros independientes, otros trabajadores de los medios de comunicación e intelectuales siguen estando expuestos a acoso, intimidación y vigilancia, arresto domiciliario, tortura y malos tratos, detenciones ilegales, sentencias y desapariciones forzadas".

La portavoz de Exteriores Mao Ning respondió que la UE "difunde una gran cantidad de información falsa", con "acusaciones infundadas", "difamando sin sentido la imagen de China e interfiriendo gravemente en sus asuntos internos".

Según Pekín, China se adhiere a un enfoque "centrado en las personas", alcanzando "logros históricos en la causa de los derechos humanos". 




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