Ante una crisis de fake news, la estrategia de comunicación y la legal deben ir siempre de la mano. Esa ha sido una de las conclusiones del evento Cómo gestionar una crisis de ‘fake news’ en la empresa - Estrategia legal y de comunicación, organizado por Garrigues y Estudio de Comunicación.
Fernando Vives, presidente ejecutivo de Garrigues, ha abierto el acto señalando que “el riesgo no está solo en las fake news, sino en cómo atacarlas”, y ha subrayado la necesidad de que sean analizadas también “desde el campo del derecho, en cuanto a la preservación de la libertad de expresión y de la libertad de empresa”.
Por su parte, Benito Berceruelo, consejero delegado de Estudio de Comunicación, ha remarcado que “los periodistas y los comunicadores siempre han hablado de los dos lados de la trinchera y ahora, con las fake news, ambos están del mismo lado”.
Durante la jornada, Carolina Pina, socia responsable de Media & Telecom de Garrigues, ha presentado el Protocolo ante una crisis de fake news, elaborado por el despacho, una hoja de ruta para que las empresas sepan cómo actuar desde el momento en que salta la crisis tanto desde el punto de vista legal como del de la comunicación. En su intervención ha asegurado que “hay un nexo importante entre desinformación y cómo esto afecta a la cuenta de resultados o al valor de las acciones de una compañía”. Y ha concluido señalando que “luchar contra las fake news, aunque resulte arduo, no solo favorece al afectado, sino a toda la sociedad”.
Según ha explicado, en el terreno legal, son diversas las líneas de actuación que se pueden abrir: desde solicitar a las redes sociales la retirada de un contenido a través de los llamados procedimientos de Notice and Take Down (NTDs), si la noticia es manifiestamente ilícita, hasta acciones civiles o penales. Concretamente, en el terreno penal se puede actuar ante posibles delitos de injurias y calumnias o de descubrimiento y revelación de secretos. Por la vía civil, la vulneración del derecho al honor, el ejercicio del derecho de rectificación o la Ley de Competencia Desleal son algunas de las posibilidades. La normativa de protección de datos también puede llegar a ser una opción. Ahora bien, como advierte Pina, no siempre es necesario tomar acciones legales cuando se produce un fenómeno de este tipo: deberá analizarse con la máxima cautela su impacto mediático y actuar en función de las circunstancias concretas.
Desde el punto de vista de la comunicación, en el documento se definen desde los diferentes niveles de gravedad de una crisis de desinformación y los pasos a dar, a las acciones de comunicación a adoptar en función de la intensidad de la crisis, así como los materiales que se deben elaborar.
Los ponentes aportaron su experiencia en esta área. Alberto Mariñas, socio y responsable del Área Digital de Estudio de Comunicación, ha señalado que “lo importante de una crisis de fake news es que nos pille monitorizando”. Ha explicado que se trata de “mentiras de diseño, hechas con elementos emocionales para conectar mejor con el público”. Además, “son olímpicas: cada vez más fuertes, se oyen más alto y llegan más lejos”.
Ana Palencia, directora de Comunicación de Unilever, ha apuntado que “la labor con stakeholders es clave: la confianza que hayamos generado previamente ayudará a que, en un momento de crisis, seamos mejor tratados”.
Para Gabriel Martínez, subdirector general y director de Comunicación de Banco Sabadell, nos hallamos en un momento en el que “el periodismo ha perdido el monopolio de la información, si bien al mundo offline todavía se le presume mayor veracidad, incluso teniendo menor difusión”. Por todo ello, “los periodistas siguen siendo la prueba del algodón de la democracia”.
Mónica Piñuela, directora de Comunicación de Pfizer, ha explicado que su empresa forma parte de un sector muy regulado, lo que implica obligaciones adicionales: “Si se produce una noticia falsa sobre un medicamento, lo tenemos que tener monitorizado e incluso podemos estar obligados a reportar el caso al Ministerio de Sanidad”. A lo que ha añadido que desde su empresa intentan ser “todo lo proactivos posible, en defensa de la salud y de los pacientes indefensos ante la aparición de noticias falsas”.
Finalmente, Antonio Ramos, experto en ciberinteligencia y campañas de influencia en la red, ha advertido que “para evitar la tormenta perfecta es imprescindible la anticipación y contar con departamentos de inteligencia corporativa, que protejan, no solo al CEO de la compañía, sino a la marca y a la propia industria en la que opera”.
Para concluir, Sonia Franco, directora de Comunicación y Marketing de Garrigues y moderadora del acto, destacó la importancia de actuar con honestidad y transparencia.
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