Carpeta de justicia

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Madrid, 2 ene (EFE).- La campeona del mundo Jenni Hermoso ha confirmado ante el juez que el beso que le dio el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales tras la final del mundial fue inesperado y en ningún momento consentido, y ha ratificado que se sintió presionada para salir en su defensa.

La futbolista ha declarado este martes en la Audiencia Nacional durante más de dos horas ante el magistrado que investiga a Rubiales, inhabilitado por la FIFA, por un delito de agresión sexual y otro de coacciones por lo sucedido tras la victoria del mundial de la selección el pasado 20 de agosto en Sídney (Australia).

Como se esperaba, la jugadora ha vuelto a desmentir la versión de Rubiales, que siempre ha sostenido que el beso fue consentido, al ratificar punto por punto la declaración que prestó ante la Fiscalía el 5 de septiembre y que derivó en la presentación de una querella contra el expresidente de la RFEF y en la apertura de una causa contra él y tres miembros de su equipo cuando presidía la RFEF.

A preguntas del ministerio fiscal, Jenni Hermoso, nueva jugadora del Tigres UANL de México, ha sostenido que el beso que le dio su superior fue inesperado y que nunca lo consintió, y ha reconocido que vivió una situación de atosigamiento por parte de los cuatro investigados que le produjo desasosiego y tristeza, según explican a EFE fuentes jurídicas.

Por estas supuestas presiones están investigados, además de Rubiales, el exseleccionador femenino Jorge Vilda; el director de la selección masculina, Albert Luque; y el responsable de márketing de la RFEF Rubén Rivera. Los cuatro han negado todos los hechos.

Esas presiones se enmarcan en los momentos posteriores al partido, tanto el vuelo de vuelta a España como en el viaje a Ibiza del que disfrutaron algunas jugadoras, tal y como ha declarado la futbolista, que se ha referido a algunos momentos concretos.

Ha confirmado, por ejemplo, que Rubiales fue a hablar con ella en el avión de vuelta tras el mundial y le pidió, por sus "hijas", hacer una declaración conjunta; que Vilda intentó contactar con su hermano, y que una amiga que la acompañó a Ibiza recibió una llamada para mediar en la situación, según las fuentes consultadas por EFE.

La internacional, que a preguntas del juez Francisco de Jorge ha reconocido que fue poco a poco dándose cuenta de la gravedad de la situación, ha reiterado que ella no escribió el comunicado que la RFEF hizo público en su nombre en el que restaba importancia a lo sucedido y que les pidió que la dejasen en paz.

Las defensas han sacado a colación su primera entrevista momentos después del partido, en la que dijo que lo sucedido se debió a "la emoción del momento", si bien Jenni Hermoso ha recordado que ya entonces dejó claro que no le gustó lo que pasó.

La abogada del expresidente de la Federación ha querido saber cuál era la relación entre Rubiales y Jenni Hermoso, y ésta, según las fuentes, ha explicado que se llamaban con cierta frecuencia pero que no tenían ninguna amistad.

A la salida de su declaración, que ha estado rodeada de una gran expectación mediática, la internacional ha declarado ante los medios que la esperaban a las puertas del tribunal que "ha ido todo bien" y que "ya todo queda en manos de la justicia".

Jenni Hermoso, que ha afirmado que se encuentra "muy bien" y "fuerte", ha sido la última en declarar en una causa que echó a andar el pasado mes de septiembre y que encara ya su recta final.




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