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Cuando se trata de mantener seguras tus cuentas bancarias, existen dos conceptos importantes que debes conocer que son AML y KYC. AML y KYC son acrónimos ingleses que se traducen como "antiblanqueo de dinero" y "conoce a tu cliente", respectivamente.

Es importante entender la relación entre AML y KYC ya que estos términos los utilizan las instituciones financieras para identificar y prevenir el blanqueo de dinero y otras actividades ilegales.

A continuación, explicaremos cada término y luego analizaremos la relación entre ambos, así como la importancia de realizar un balance de situación de una empresa.

¿Qué significa AML?

AML es la forma corta de tres palabras inglesas que son Anti Money Laundering y que se traducen como "lucha contra el blanqueo de capitales” o “antiblanqueo de dinero".

Se trata de un término que se refiere a los esfuerzos de las organizaciones bancarias y financieras para evitar el blanqueo de dinero. Es una especie de normas legales tanto nacionales como internacionales que impiden el blanqueo de capitales y el uso delictivo del dinero.

El blanqueo de dinero es el proceso de eliminar los rastros de actividad ilícita derivada del capital para que parezca que procede de una fuente legítima.

Esta actividad es ilegal y suele realizarse para financiar actividades terroristas, así como otros delitos como el tráfico de drogas. El principal objetivo de la normativa sobre blanqueo de capitales es dificultar a los delincuentes el blanqueo de dinero.

Al exigir a las instituciones financieras que dispongan de políticas AML sólidas, los organismos encargados de hacer cumplir la ley pueden identificar y procesar mejor a los delincuentes implicados en el blanqueo de dinero.

En consecuencia, la normativa AML desempeña un papel importante en la lucha contra la delincuencia y en la seguridad de nuestro sistema financiero.

KYC: ¿Qué quiere decir?

Al hablar de gestión financiera, es importante comprender el significado de KYC y por qué es importante.

El término KYC deriva del acrónimo anglosajón "know your customer" que significa conoce a tu cliente.

El KYC es una herramienta importante que ayuda a las instituciones financieras a prevenir el blanqueo de dinero y otros tipos de delitos financieros.

La idea básica de KYC es que todas las partes implicadas en una transacción deben poder verificar la identidad de las otras partes. Esto significa que las instituciones financieras deben disponer de procedimientos que garanticen que tienen registros precisos y actualizados de sus clientes.

Además, los propios clientes también deben estar familiarizados con sus propios requisitos de KYC. Al comprender el KYC y su importancia, las entidades bancarias y los clientes pueden protegerse mejor contra la delincuencia financiera.

La relación entre AML y KYC y la importancia de minimizar los riesgos

La normativa contra el blanqueo de capitales exige a las instituciones financieras que actúen con la diligencia debida para identificar y prevenir el blanqueo de capitales.

Para evitar el mal uso del dinero, el sector financiero combina el uso de 2 técnicas o estrategias diferentes, el AML y el KYC.

La normativa legal exige a las instituciones financieras que recojan y verifiquen información sobre sus clientes y mantengan registros de esta información.

Esta investigación de los clientes, así como de sus cuentas y resultados se hace para evitar impagos y asegurar la garantía de las operaciones bancarias. Por ejemplo, cuando se solicita una hipoteca se hace un estudio del cliente para verificar la fiabilidad de sus pagos.

Las entidades bancarias buscan mediante este proceso minimizar riesgos a la hora de realizar operaciones bancarias.

¿Qué es la due diligence o diligencia debida?

A mayores, los bancos también usan otras técnicas de investigación como la due diligence o diligencia debida.

 La diligencia debida es la investigación cuidadosa y exhaustiva de un asunto antes de tomar una decisión o emprender una acción.

 A modo resumen, se puede decir que la diligencia debida es una especie de auditoría o informe que comprueba el funcionamiento de todas las áreas de una empresa y verifica sus riesgos legales.

Este proceso es una parte esencial de la gestión financiera, ya que permite a los inversores y prestamistas comprender los riesgos que entraña un posible acuerdo entre ambas partes.

Al realizar la diligencia debida, los inversores pueden evaluar mejor la viabilidad de una empresa u oportunidad de inversión y tomar decisiones más inteligentes. En algunos casos, no realizar la diligencia debida puede exponer a los inversores a riesgos importantes, como el fraude u otras formas de tergiversación.

Las entidades que se toman el tiempo necesario para llevar a cabo la diligencia debida son más proclives a tener éxito en un acuerdo con un inversor.

Y es que este proceso garantiza que los inversores tengan más conocimiento y seguridad a la hora de tomar decisiones basadas en hechos y datos reales que minimizan su exposición al riesgo.




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