Ante la inminencia del vencimiento de los préstamos concedidos por el Popular para la última  macro ampliación de capital, el Santander ha decidido refinanciar dichos préstamos a 3 años al 4% con un interés de demora del 29%

Aunque se presenta como una “cortesía” por parte del Santander, en opinión de Juan Ignacio Navas, director del despacho Navas-Cusi, en realidad es un nuevo negocio financiero. El informe de auditoría del Popular puso de manifiesto la dudosidad de 426 millones de dichos préstamos dado que el valor de la garantía era cercano a cero; hoy es cero.

El Santander compra con unas condiciones conocidas y trata -de esta manera- de no disparar su ratio de morosidad. En muchos casos, estos préstamos eran garantía además de otras líneas de crédito.

Además, el Santander cobrará un 29% en caso de morosidad de esta refinanciación, señana Juan Ignacio Navas. El Supremo ya ha señalado en varias ocasiones que el interés de demora no puede superar el tipo de interés remuneratorio pactado más dos puntos. Hacerlo por encima de esta cifra sería abusividad y por lo tanto sería nulo. Así lo ha señalado el Supremo en múltiples ocasiones: Sentencia 265/2015, de 22 de abril y las sentencias 705/2015, de 23 de diciembre , y 79/2016, de 18 de febrero.

La alta tasa de morosidad impuesta por el Santander no hace sino poner de manifiesto el apetito voraz del banco, incurriendo además en nulidad.

Todo ello por una colocación que se hizo sin la debida transparencia, con unas cuentas maquilladas, a clientes inexpertos y sin la debida información sobre los riesgos de la operación.

Aunque el Santander trate de derivar la responsabilidad al BCE, es obvio que es el banco cántabro quien hereda las responsabilidades del banco intervenido por lo que recomendamos a los afectados que reclamen al Santander por la opacidad de la macro ampliación del Popular, concluye Navas.