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“Ha quedado claro que el orden público en algún TSJ se ha convertido en un cajón de sastre y cajón desastre. Se ha dado la espalda a los principios de legalidad y al sentido común. Los laudos deben ser anulados para que el sistema funcione pero cuando todo el sector se ha levantado al menos debe invitar a la reflexión”

“CIAR, Centro de Arbitraje Iberoamericano se convertirá en 10 años en esa referencia  a nivel internacional como institución arbitral.  NO es solo español, es de 21 países iberoamericanos, hay generosidad y apoyo de abogados y empresas.”

Apagados los focos de este II Open de Arbitraje, tras cerca de diez horas intensas de debates, puestas en común no exentas de humor, era el momento de centrar la mirada en la organización del evento y hablar con Javier Iscar, secretario general de la entidad. Un Javier que al filo del mediodía demostró sus dotes de humor en una videoconferencia que realizaba con su otro yo, treinta años después.

 Ahí hablaba de la marca personal, elemento clave que puede definir a cualquier árbitro en su futuro siempre que trabaje con profesionalidad. Y también apuntaba la posibilidad que las instituciones arbitrales empiecen a delegar a medio plazo el nombramiento de árbitros, no siempre sencillo, en una Autoridad Nominadora “profesional de solvencia del sector, pero al margen de él y con capacidad para tomar ese tipo de decisiones”, apuntaba en su hilarante conversación con Javier Iscar octogenario. En esta entrevista, realizada en pista rápida, pretendemos que el intercambio de golpes sea ameno y directo, sin ganador previo.

Se trata sobre todo que el lector saque sus propias conclusiones en la lectura de la misma.  Desde su punto de vista para que una empresa se decante por el arbitraje en su forma de resolver conflictos _” Hay que tener paciencia, ser generosos y ofrecer calidad. Ha quedado claro que las empresas se fijan en la calidad de la institución arbitral y la calidad necesita de tiempo y de controles máximos.” Y sobre el concepto de orden público, preocupación del sector, su respuesta a modo de volea es contundente: “Ha quedado claro que el orden público en algún TSJ se ha convertido en un cajón de sastre y cajón desastre. Se ha dado la espalda a los principios de legalidad y al sentido común. Los laudos deben ser anulados para que el sistema funcione, pero cuando todo el sector se ha levantado al menos debe invitar a la reflexión. Aquella frase de “porque lo digo yo” ha quedado afortunadamente en desuso. El poder de una sentencia que es inatacable es volver a contundencias poco sanas.”

¿Con qué momento se queda de esta II Edición del Open de Arbitraje?

Con la clausura. Saber que ha sido un Open que ha sido del agrado de todos; en calidad, en formato, en organización y que, en definitiva, hemos cumplido sobradamente con las expectativas creadas.

¿Cree realmente que las Cortes Arbitrales van a dejar en manos de una Autoridad Nominadora, como usted sugirió en su monólogo de sobremesa, la designación de árbitros?

Creo que a medio plazo sí. Las instituciones arbitrales ofrecerán el mejor servicio de secretaría y externalizarán en una persona respetada por todos,  la designación de los árbitros. Esa persona no puede ser árbitro, ni councel y tendrá suficiente experiencia en ambas funciones para que exista presunción de certeza en la designación.

Se ha visto que el arbitraje tiene tirón y que los jóvenes quieren formar parte de este universo. ¿Por qué no se hacen más eventos de estas características?

La Asociación Europea de Arbitraje pone su granito de arena haciendo, al menos, un evento distinto cada año. Estoy seguro que el éxito de este tipo de formato de Congreso será replicado. Los jóvenes nos enseñan siempre el rumbo que debemos seguir. Hace falta anticiparse.

También reputados expertos como José Rosell, arbitro acreditado ha quedado sorprendido por este evento…

Es una suerte contar con árbitros de talla mundial como la de José y otro muchos que han asistido. Son eventos muy largos que nos obligan a hacerlos dinámicos y atractivos. La calidad es el mejor ingrediente pero debemos romper con los modelos obsoletos de grandes y largas ponencias y esquemas que no invitan a quedarse.

Todos tenemos nuestros límites y debemos facilitar la estancia a los asistentes. Es necesario hacerles partícipes en todas las mesas, de ahí el éxito del powervote,  y ofrecer algo que permita relajarse si llegar al ridículo y exigiendo calidad.

Este evento se ha iniciado con una mesa de abogados in house, todos ellos partidarios del arbitraje ¿Dónde está la clave para que incorporen la cláusula arbitral a sus contratos?

En tener paciencia, ser generosos y ofrecer calidad. Ha quedado claro que las empresas se fijan en la calidad de la institución arbitral y la calidad necesita de tiempo y de controles máximos.

El homenaje de este evento al civil law y al common law, ¿Cómo cree que va a quedar?  ¿Sería bueno ir al modelo anglosajón?

Está claro que el modelo anglosajón es cómodo en otras latitudes. En España y en la Europa continental estamos cada vez más cómodos con sistemas híbridos.

Después de lo visto en este evento ¿Hay que mejorar la relación entre jueces y árbitros para que los primeros entiendan el trabajo de los segundos?

Desde luego. Estamos condenados a entendernos. Y creo que se está consiguiendo. Al cabo del año no son pocos los eventos donde coincidimos. Todos nos equivocamos.

Debemos evitar los extremismos en la interpretación de las normas y todos debemos aprender de los demás y reconocer los propios errores. El problema es que en un juez reconocer un error supone un cambio de doctrina jurisprudencial y es más difícil decir lo contrario a lo que se ha dicho.

¿Podemos olvidarnos del orden público en sucesivos laudos o puede seguir generando problemas en determinados laudos?

Ha quedado claro que el orden público en algún TSJ se ha convertido en un cajón de sastre y cajón desastre. Se ha dado la espalda a los principios de legalidad y al sentido común. Los laudos deben ser anulados para que el sistema funcione pero cuando todo el sector se ha levantado al menos debe invitar a la reflexión. Aquella frase de “porque lo digo yo” ha quedado afortunadamente en desuso. El poder de una sentencia que es inatacable es volver a contundencias poco sanas.

Escuchando a los ponentes de la mesa de arbitraje internacional da la sensación que hay aún distancia entre esa liga y la que juegan las Cortes Arbitrales españolas, ¿verdad?

Desde luego. En árbitros, en legislación, en apoyo judicial no vamos a la zaga. Tampoco en la calidad de algunas cortes. Yo creo que no conseguiremos nunca que a una Corte doméstica  española la vean como referente internacional.  Falta generosidad. Paciencia y no hay  experiencia en gestionar Cortes.  Y demasiada obsesión en convertir a una corte española en referente internacional. 15 años fracasando debe dar alguna pista.

CIAR, Centro de Arbitraje Iberoamericano se convertirá en 10 años en esa referencia. NO es solo español, es de 21 países iberoamericanos, hay generosidad y apoyo de abogados y empresas.

En la clausura Julio Fuentes, subsecretario que ha cubierto la ausencia del Ministro Catalá, con el que aparece en una foto, ha hablado de algunas posibles reformas. Medidas cautelares; más juzgados especializados en ejecución de laudos... ¿Cuál cree que es la más necesaria?

La más necesaria es aquella que se realce después de escuchar a todos los afectados. Árbitros, abogados, empresas  e instituciones arbitrales que somos los que conocemos la práctica del arbitraje.

Este ministerio tiene una gran virtud. Escucha y estoy seguro que no se precipitará. El arbitraje y las leyes de arbitraje necesitan tiempo y madurez.




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