Debido a los conflictos relacionados con la inestabilidad financiera y la desigualdad en la distribución de ingresos de los clubes de fútbol inglés, el Parlamento Británico se ha visto obligado a aprobar el Football Governance Bill. El resultado, según opina Isabel Pérez Espinosa, abogada y secretaria general de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (UFEC), es un “sistema invasivo e intervencionista que dista mucho del sistema de control seguido por el fútbol español”, hecho que plantea el dilema de cuál de los dos sistemas es el más eficaz para alcanzar el objetivo común de erradicar las conductas indeseables en el ámbito financiero.
Pérez Espinosa explica que una de las principales innovaciones de la nueva normativa inglesa es la incorporación de una nueva figura jurídica: el IFR (Regulador Independiente del Fútbol) “para lo que dispondrá de amplios poderes” y “podrá inclusive sancionarlos con multas”, un nuevo sistema de licencias que modifica el sistema de propiedad de los clubes y que supondrá mayor transparencia y participación de los aficionados.
De acuerdo con la letrada, “las medidas aprobadas se desmarcan del principio de autonomía corporativa tradicional en el derecho comercial inglés”, lo que supone haber optado “por el control público para mitigar problemas de corrupción, entre otros desajustes e irregularidades”.
Un sistema que no convence
En contraposición al modelo inglés, y para conseguir el mismo objetivo, la UFEC pone en valor el modelo que lleva a cabo el deporte español para controlar las finanzas de los clubes y el modo de operar en cuanto a propiedad e intervención de socios y aficionados en el futbol español, al concluir que “el deporte y el fútbol español -aún sin ser perfectos-, han demostrado que es posible llegar a un equilibrio en muchos de los aspectos puestos sobre la mesa con un modelo menos invasivo o intervencionista”.
La abogada Isabel Pérez Espinosa destaca que el fútbol español consigue el equilibrio de fuerzas por medio de “regulaciones financieras proactivas”. De esta manera, la LFP tiene su propia regulación de fair play financiero, “que comporta limitaciones de costes a los clubes y a la masa salarial que se autoregula a fin de conseguir una estabilidad en todas las entidades”.
A su vez, defiende la modalidad de propiedad que tienen algunos clubes del sistema español como el F.C.Barcelona o el Real Madrid, donde el “peso de los socios que con sus votos deciden el rumbo de la entidad deportiva, haciéndose cargo de los errores y celebrando los aciertos”, obteniendo con ello una gestión participativa que desemboca en el cumplimiento de la transparencia.
Por todo ello, la secretaria general de la UFEC considera que el sistema español es el adecuado “con su equilibrio de fuerzas y mezcla de controles, consigue la auto regulación y autonomía de un modo menos intervencionista“y, no debe seguir la estela de los cambios ingleses.
Pérez Espinosa recuerda que existen “antecedentes históricos que demuestran que un mayor control público no necesariamente tiene como resultado la disminución de las conductas inadecuadas, sino que la experiencia ya nos ha mostrado en muchas ocasiones que únicamente sirve para agudizar el ingenio y desplaza los problemas”.
Sin embargo, la abogada no olvida que “la toma de decisión del sistema a implementar en cada uno de los países debe ponerse siempre en contexto con la tradición legal, con la cultura y prácticas locales y, únicamente de esta forma se podrá implantar de forma efectiva”.
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