Hoy es uno de estos días del año en los que sale a flote una de las instituciones más arraigadas en nuestro país: Es puente. Y uno de los buenos. Con un solo día de “puente”, enlazamos de jueves a domingo, ambos inclusive, sin supuestamente tener que preocuparnos mucho de esto de trabajar. Gran invento pues este de los puentes.

Pero un puente no es igual para todos y no lo es porque siempre que unos hacen fiesta, otros trabajan, sea para hacer la fiesta de los demás más agradable (el sector de la hostelería al completo, por ejemplo..), sea porque les ha tocado estar de guardia o sea porque uno es cenizo por naturaleza y no sabe cómo, pero al final resulta que nunca se lo puede montar.

Los abogados somos uno de estos colectivos que aunque sea puente, no necesariamente vamos a hacer fiesta en día laborable que es de lo que va esto del puente. Particularmente los que les ha tocado guardia en el ámbito penal. Se supone, no obstante que los laboralistas, podemos hacer fiesta. Pero resulta que tampoco. Si bien es cierto que la mayoría hoy no trabajarán, no lo es menos que a más de uno le tocará ponerse la toga y subir al estrado que hoy es día hábil y pueden haber señalado un juicio y ojo que uno normalito. No es necesario que sea de los de trámite preferente que es día hábil también normal.

También es día hábil para la Administración en general, por lo que hoy pueden vencer plazos para presentar infinidad de escritos, recursos, reclamaciones previas y un larguísimo etcétera.

Mi particular puente está pasando por ver los correos electrónicos que ya me han entrado y si, puede que sea masoquista, pero no puedo pasar un día como hoy sin ver si me han entrado notificaciones. Y resulta que me han entrado: Una del Tribunal Supremo (que siempre son cosa seria) y dos más de dos Juzgados de lo Social no supremos. Una en un procedimiento de despido y otra que es una sentencia. He abierto las que no son sentencia. La sentencia la dejo para abrir el lunes, que si es mala, no quiero amargarme los días de fiesta que me quedan y si resulta ser buena, la verdad, tampoco me viene de llamar ahora al cliente para darle la buena noticia. Que se supone que estoy de puente y en puente – dicen – que no se trabaja.