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  • Asturias podría convertirse en la segunda comunidad autónoma, tras la Comunidad de Madrid, donde se autorizase la presencia de perros en los juzgados para apoyar a menores incursos en procedimientos judiciales y a víctimas de violencia de género en caso de que la Consejería de Presidencia y Participación Ciudadana del Principado y el TSJA aprueben la iniciativa planteada por la asociación sin ánimo de lucro “TEA Terapias con Labradores” para que estos animales intervengan en determinados casos como elemento generador de confianza en las víctimas. Se trata de un proyecto que ya está implantado con éxito en Estados Unidos desde hace más de una década, que en España tiene su primera experiencia piloto en juzgados de Familia y Penal de Madrid y que la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Oviedo ha acordado apoyar al considerar que puede ser de gran utilidad para los profesionales de la Abogacía y sus clientes.

Los perros de apoyo, labradores educados desde que nacen para realizar esta tarea, apoyan a los menores y a otras víctimas de delitos desde la fase de investigación hasta su comparecencia en los juzgados con el fin de generar un contexto de confianza, ayudar a liberar el estrés acumulado, rediciendo así la ansiedad y haciendo que la entrevista con el abogado, el reconocimiento del forense o la declaración ante el juez sean menos traumáticas para personas que sufren lo que se denomina “doble victimización”, al tener que revivir la situación dolorosa que han padecido.

La coordinadora del proyecto, Amelia Suárez Rico, licenciada en Derecho, diplomada en Criminología y titulada por la Universidad de Oviedo en programas de intervención en terapias asistidas con animales, tiene experiencia como juez y fiscal sustituta y conoce bien lo traumático que resulta para muchas personas, especialmente menores y víctimas de violencia de género, afrontar un proceso judicial. Como responsable de TEA Terapias ha comprobado también que en muchos casos la presencia de los perros de apoyo reduce el nerviosismo de los afectados y les ayuda a estar más tranquilos y ser más comunicativos.

El programa está dirigido a menores incursos en procesos judiciales, como víctimas o testigos, en los órdenes penal o civil, incluyendo también su presencia en separaciones o divorcios, entrega en puntos de encuentro, procesos de adopción, etc., así como a otras víctimas de delitos violentos y violencia de género. Los perros, cuya asistencia sería recomendada por el abogado o el psicólogo o psiquiatra si lo hubiere, estarían presentes tanto en la fase previa a la cita en el juzgado, en el despacho del letrado y en declaraciones policiales y judiciales, como en las sesiones del juicio. Y lo harían acompañados por un especialista –terapeuta guía-, salvo en los momentos en los que por razones de confidencialidad el animal tuviera que estar solo con la víctima.

Los expertos en este tipo de terapias, que también se aplican con mayores y personas con discapacidades, afirman que el contacto físico con el perro favorece la calma y la colaboración de la persona afectada en el proceso judicial al mejorar la sensación de control durante una entrevista o una declaración judicial. Es, en definitiva, un recurso generador de confianza y seguridad que facilita la conexión de los profesionales de la justicia con las víctimas, especialmente si son menores, ayudando a éstos a testificar con mayor tranquilidad y fluidez.

La asociación TEA Terapias cuenta con cinco perros, en su mayoría labradores, y con un equipo de expertos compuesto por educadores sociales, psicólogos, pedagogos y profesionales socio sanitarios. Su objetivo es poner en marcha en Asturias una experiencia piloto de seis meses, similar a la que se ha implantado con buenos resultados en la Comunidad de Madrid, durante los cuales la intervención de estos perros de apoyo y sus cuidadores se realizaría sin coste alguno para los beneficiarios.




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