En el marco de las desastrosas cifras que asolan nuestro país respecto a la violencia machista entrevistamos a la abogada penalista Beatriz Uriarte, abogada experta en violencia de género y una profesional calificada entre las mejores abogadas en violencia de género de la actualidad. Desarrolla su profesión siendo socia del departamento del área de procesal penal del despacho de abogados penalista Ospina Abogados ubicado en Madrid, donde también trabaja el prestigioso abogado penalista Juan Gonzalo Ospina, fundador del despacho.
Nacida en Santander. Estudió derecho en la Universidad de Cantabria y su máster de acceso a la Abogacía en la Universidad Nebrija en donde años después terminaría siendo una de las profesoras mejor valoradas por los alumnos en la asignatura de procesal penal.
En la actualidad es una abogada experta en violencia de género delitos sexuales, y en concreto, aquellos relacionados con las agresiones o abusos sexuales.
Pregunta. ¿Cómo valora la lucha institucional que se está realizando contra la Violencia de Género?
Respuesta. Las campañas de sensibilización no están funcionando, o por lo menos no al nivel que debería estar sucediendo. Cada vez se detecta la violencia machista en chicas más jóvenes, con casos muy graves entre los 18 y 20 años, que asumen roles de pareja erróneos y mayor asimilación en los estereotipos negativos.
No vale con gastarse dinero en campañas informativas, es necesario educar y legislar adecuadamente.
P. No pocas voces alertan que los casos que conocemos son la punta de iceberg de un problema del que no somos conscientes de su magnitud real ¿Comparte usted esta visión?
R. Yo hablo con datos objetivos. De las 21 víctimas por violencia de género que hay que lamentar hasta junio de 2021, un total de 17 no había presentado denuncia. Y en 10 casos el agresor era su actual pareja, lo cual quiere decir que no es están denunciando la mayoría de casos de extrema gravedad. Son datos que se vienen sosteniendo con el paso de los años, y si nos remontamos al año 2015 de las 62 mujeres asesinadas sólo 14 de ellas habían denunciado con anterioridad. Es una constante muy peligrosa.
La violencia invisible, la que se silencia, es contra la que no se está haciendo la presión suficiente. Hay mucha violencia soterrada y callada.
P. Y hablando de datos, y en base a su experiencia, ¿son representativos los datos de denuncias falsas?
R. Lo primero que diré desde el corazón es que como abogada y mujer me horroriza pensar en que alguien interponga una denuncia falda de violencia de género, quien lo hace es una irresponsable que no solo profiere un daño terrible al señalado, que seguramente viva estigmatizado el resto de su vida, sino a toda la sociedad en general y las mujeres en particular.
En segundo lugar al hablar de un aspecto tan sensible sería necesario que los lectores entendieran el paralelismo entre archivo o sobreseimiento de denuncia y denuncia falsa, ya que de lo contrario estarían demostrando un absoluto y peligroso desconocimiento tanto del funcionamiento judicial, como del propio ciclo de la violencia.
Volviendo a los datos el Informe de la Fiscalía General del Estado del año 2016 revelan que durante el año 2015 de las 129.292 denuncias que se interpusieron por violencia de género tan solo en un 0,0015% esto es, sólo en dos casos, se ha constatado que la denuncia fuera falsa. Lo cual no significa que un porcentaje muchísimo más alto fuera sobreseído. Yo recientemente logre el archivo y sobreseimiento de una causa que acusaba a uno de mis clientes de un delito de amenazas y malos tratos hacia su expareja en el Juzgado sobre Violencia de la Mujer nº 1 de Arganda del Rey cuando en el juicio oral, la parte acusatoria se contradijo constantemente contando versiones distintas sobre los hechos. Si es denuncia falsa o no es decisión del Juez, pero es importante que con este ejemplo se vea la diferencia entre ambas circunstancias.
P. ¿Y qué papel juegan los medios de comunicación en esta exposición de la información?
R. Yo he percibido que en los últimos años la prensa es más sensible con la violencia de género y las circunstancias que rodean esta problemática social, pero aún detecto demasiado sensacionalismo, mucha desinformación sobre cómo funcionan los procesos judiciales y un excesivo corte político dependiendo de los medios, lo cual acaba desvirtuando el objetivo, que debe ser dar las herramientas suficientes a las mujeres para defenderse de la violencia de género sin que ello suponga una indefensión jurídica en los hombres o que se menoscabe su presunción de inocencia. La ley no puede servir como arma arrojadiza sino como elementos de justicia.
P. ¿Cuál es el perfil de las mujeres víctimas de violencia doméstica?
R. Es un error hablar de un perfil. Por mi trabajo en el despacho Ospina Abogados me he dado cuenta que cualquier mujer pueden ser víctimas en algún momento de la violencia sexista sin matizar edades, ni de clases sociales, ni de territorios o razas.
P. ¿Cree que el sistema penal actual es adecuado para dar respuesta a la sociedad?
R. Nuestro sistema penal no es el problema. Siempre podemos formarnos más tanto abogados como fiscales y jueces, pero no debemos olvidar que con carácter previo al proceso penal existen leyes, las cuales las hacen los políticos.
Además debe existir otra clase de medidas para que los juzgados no sean un pozo donde cae todo lo malo de la sociedad, por ejemplo la educación. Nosotros actuamos cuando ya no tiene solución el problema. Hay que volcar los esfuerzos antes de que sea irremediable.