Es inevitable que con los avances tecnológicos, en el ámbito jurídico se vayan produciendo nuevos problemas que requieren la intervención de la Justicia para paliarlos, y la adaptación de la normativa a los nuevos supuestos que se producen en la sociedad.
Uno de los ejemplos de este fenómeno más llamativos es el que está a las puertas de producirse en el sector del automóvil, de evolucionar el mercado tal y como lo está haciendo. Hablamos de la manipulación y acceso a los sistemas de los automóviles y vehículos más modernos, o lo que es lo mismo, el hacking de los automóviles inteligentes.
Desde hace un par de años es tendencia en el mercado la generalización de vehículos conectados a internet, al móvil del propietario, o incluso entre sí. A día de hoy, no es extraño observar cómo los anunciantes ofrecen en sus automóviles conectividad a la red, tecnología Bluetooth, y las funciones propias de un ordenador desde el salpicadero del coche.
Sin embargo esta conectividad trae consigo un problema que de momento no se está solucionando correctamente: al conectar el coche y ciertos sistemas a internet, lo hace vulnerable ante posibles ciberataques que pueden dejarlo inutilizado.
En 2015 la revista de tecnología Wired mostró como algunos sistemas de inteligencia artificial eran blancos fáciles para los ciberdelincuentes, llegaron a demostrar como se podía hackear el sistema de un coche inteligente -que no autónomo- para interferir en sus sistemas de frenado, dirección y climatización. Jeep, cuyos vehículos fueron objeto de la prueba de la revista, tuvo que llamar a revisión a más de 7.000 modelos solo en EEUU para eliminar esa vulnerabilidad, que dio la vuelta al mundo en pocos días.
Hace tan solo unas semanas, también se ha podido observar como Nissan era alertado sobre una vulnerabilidad en estos sistemas en uno de los modelos con los que cuenta en el mercado. Y ya se ha apresurado a suspender sus servicios de conectividad online hasta poder resolver la incidencia
Aún no se ha tenido noticia de ciberataques masivos a los propietarios de este tipo de vehículos, pero el riesgo existe y aumenta con cada modelo nuevo conectado a internet. Todo vehículo conectado a la red puede sufrir un ataque de hacking y ver comprometidos sus sistemas más básicos, o sufrir el robo de la información, ataques de ciberespionaje, y otras consecuencias más peligrosas. Por este motivo es vital mejorar la ciberseguridad de los sistemas y conseguir que en un futuro no muy lejano los hackers sean incapaces de burlar la seguridad de los sistemas online de los coches inteligentes, y proteger así a los conductores.
Este avance en las medidas de seguridad, evidentemente deberá estar vinculado al debate acerca del principio de territorialidad y el principio de soberanía, y la controversia acerca de la “plurilocalización” de las conductas cometidas en el mundo virtual, por lo que la solución irá también encaminada a buscar una regulación u ordenación de este mundo virtual, y la protección de estos nuevos bienes debería realizarse con un enfoque diferente que reconozca esta nueva realidad.
Guillermo Cernuda,
Abogado en ciberderecho.com, donde contamos en detalle cada una de las ciberconductas problemáticas que se dan en internet. www.ciberderecho.com