- Las mujeres propietarias, “cabeza de familia” podriamos decir (householders) estaban obligadas a pagar los “impuestos imperiales”, pero no eran consideradas ciudadanos de pleno derecho del Estado, no podían votar.
... Media población no adquirió la ciudadanía plena hasta 1928, como pronto
A principios del Siglo XX se produjeron algunas transformaciones sociales relevantes en Europa, también en el ámbito tributario. En España la reforma fiscal de Raimundo Fernández Villaverde, 1899-1900 supuso una modernización necesaria de la Hacienda Pública y el sistema de impuestos. En el Reino Unido, a principios del Siglo XX, una importante reforma fiscal liderada por un gobierno liberal, también tuvo un impacto relevante; en palabras de Colin Cartwright (Tax Justice Network) “los liberales comenzaron a introducir un sistema de tributación completamente nuevo”.
En ese nuevo sistema llama la atención un pequeño detalle, muy significada y especialmente: las mujeres propietarias, “cabeza de familia” podriamos decir (householders) estaban obligadas a pagar los “impuestos imperiales”, pero no eran consideradas ciudadanos de pleno derecho del Estado, no podían votar. Es la era del “movimiento sufragista” que ocupó el primer cuarto del Siglo XX en esa Inglaterra en transformación.
Los extremos hilarantes de este escenario nos sitúan en una previa ley de 1869 por la cual las mujeres sí podían votar en elecciones municipales. Luego, más escandaloso en este contexto, con la reforma electoral de los 80 del siglo XIX se llegaba al absurdo de que “sus” trabajadores varones, en sus granjas o sus propiedades, sí podían votar..., ¡y las dueñas no! (otros tiempos, otras relaciones sociales). Claro, estas “señoras propietarias” no eran “clase popular o trabajadora”, sino mujeres cultas, bien educadas y adineradas.
Confieso que he llegado a esta historia de casualidad, “zapeando” y enganchado a un documental de la BBC sobre el movimiento sufragista en que se ensalzaba la figura de una joven princesa india exiliada en Londres, activista en el movimiento sufragista y encarcelada por su participación en el movimiento de resistencia fiscal, vamos, por negarse a pagar sus impuestos.
... Resistencia fiscal de las “mujeres no ciudadanas” contra la tiranía: “Women's Tax Resistance League”
Tirando del hilo no fue difícil llegar a la “Women's Tax Resistance League” (Liga de Mujeres por la Resistencia Fiscal, por ej.), un movimiento que me ha resultado extraordinariamente revelador y, “tics” de uno, más actual que nunca dados los gravísimos problemas de legitimidad en que se hunden las democracias occidentales (Donald Trump, Marine Le Pen, Siriza o Podemos..., como síntomas de derrumbe), incluida España; y en que se enfangan las nuevas generaciones que las pueblan (casi la mitad de los “milenials” dudan de que la democracia sea el mejor sistema de gobierno, leía hace poco en un estudio en “The Conversation”).
Así, el tema de la “objeción fiscal” o la resistencia fiscal, un tabú científico aquí, resulta surge como una nueva lección histórica a considerar. Y no olvidemos que en la “insumisión fiscal” nace el parlamentarismo británico (apurada síntesis, con Cromwell y aquello de “no taxation without representation”), o incluso el grito de guerra de aquellos rebeldes al otro lado del Atlántico que dieron lugar a la “Secesión” de la Gran Bretaña. Antes incluso, lecciones clásicas (ocultas mayormente) de la historia de España y el primer Reino de León ya dejaban ejemplos de la participación social, versión Siglo XIII, de aspiraciones al voto de las contribuciones como mecanismo de legitimación del poder monárquico en plena reconquista...
No vamos a ir tan lejos. Me voy a limitar a rendir homenaje a aquel puñado de señoras, de otra época y en otra sociedad, que vieron sus bienes embargados y dieron con sus huesos en la cárcel, defendiendo algo tan básico y esencial, la plena ciudadanía y el derecho de voto.
Las fuentes que hemos manejado, abiertas y accesibles, sitúan la constitución de la “Women's Tax Resistance League” (WTRL) en octubre de 1909, y adoptaron como “slogan” de referencia “No Vote No tax”, que no precisa traducción. Pueden consultarse los nombres de algunas de estas aguerridas señoras en diversos documentos y, aunque su número fue “limitado”, en ello está precisamente la señal de audacia y el valor de liderazgo social; en todo caso, se dice que nunca pasaron de 200 o que en 1911 solo 40 mujeres se mantenían activamente haciento protestas fiscales.
De hecho, la resistencia fiscal dio un elemento de publicidad y notoriedad, una fantástica estrategia de comunicación, al movimiento sufragista. Las historias sobre los embargos y ventas públicas de los bienes de estas señoras, en posadas locales o cruces de caminos, eran la ocasión idónea para congregar a múltitudes que si bien no se acercarían a actos del movimiento sufragista, sí podían simpatizar con la lucha contra el esperpento de la subasta de una vajilla de plata, cuyo precio alcanzó el precio de 5,5 libras en “The Pantiles Assembly Rooms” en junio de 1914. Tras la subasta, en la concentración ciudadana posterior, Miss Roll, recién despojada de sus bienes, se dirigió a la multitud señalando que “ella quería saber qué recibiría como compensación por el pago de impuestos, ella quería una voz en las decisiones sobre el gasto del dinero que pagaba”.
El grito de “tributación sin representación es tiranía” también aparece como eslogan en otras fuentes; estas participantes en el movimiento sufragista creían, firmemente parece, que la objeción fiscal, el rechazo del pago de impuestos era más constitucional que la sumisión a una tiranía inconstitucional. También constan visitas del movimiento WTRL a la cárcel Aylesbury, para protestar contra la alimentación forzosa de sufragistas en huelga de hambre en 1912.
... Que hemos superado la tiranía..., ¡ja!
En efecto, han pasado más de cien años de todo esto, y la sociedad ha cambiado, se ha transformado radicalmente: nada que ver Londres 2016 con Londres 1910; nada que ver la España de principios del Siglo XX con la España de principios del Siglo XXI.
Sin embargo, la aspiración de “ciudadanía plena” sigue siendo eso, una aspiración: la crisis de los sistemas políticos occidentales va a más. ¿Tiranía? Era una expresión de las activistas de la resistencia fiscal, y ¿no se podría utilizar hoy también para definir los exorbitantes poderes de un Estado mastodóntico que, bajo la disculpa de “servir a los ciudadanos” cada vez en más un mecanismo de “servirse de los ciudadanos” para auto-justificarse y consolidar los privilegios de sus “ocupantes”? En el fondo, nadie lo olvide, bajo la convicción de que “esto es lo que hay” es donde nacen los “movimientos antisistema”, por concepto: “el sistema es una porquería”.
... El totalitarismo tributario, igual con hombres y mujeres hoy
Hace años que insisto en llevar el “debate sobre los impuestos” hacia debate de verdad, que es el “debate sobre la ciudadanía”. La medida de la justicia de los impuestos, de las garantías de los derechos de los ciudadanos a una contribución justa, y de las garantías en los procedimientos de aplicación de los impuestos, y el “desbalance salvaje” en las posiciones jurídicas respectivas de ciudadanos y Administraciones públicas. Las expresiones “totalitarismo tributario” o “represión fiscal” no son extrañas en mis escritos, porque eso es lo que es el régimen de infracciones y sanciones tributarias en España, o los privilegios ejecutivos y la práctica eximencia de tener que probar nada de verdad (una presunción de veracidad hipertrofiada al servicio de todos los que cobran del sector público). Es decir, la “tiranía” no es algo histórico: sigue con nosotros, los “tics totalitarios” permanecen insertados en el poder quasi-absoluto de la Administraciones tributarias (más que ninguna otra administración).
... La igualdad de género, ¡más abierta que nunca!
Claro, todo esto es una broma en relación con la negación pura y dura de la ciudadanía, que solo es una conquista reciente para las mujeres. Y no entremos en todas las cuestiones abiertas todavía en materia de igualdad de género. Desde mi personal perspectiva, no dejan de retumbarme “en mi cabecita” las palabras que entrecomillaba una publicación diaria a una joven investigadora gallega, en la élite de su ramo y que gloso “a mi manera”: “no he sentido ninguna discriminación por el hecho de ser mujer en mi carrera; los problemas serios llegan cuando la condición de mujer transmuta en la de madre, ahí todo cambia y la progresión profesional se estanca...”.
Me preocupa que la batalla de las sufragistas siga, en términos históricos actuales, viva, porque la sociedad sigue tendiendo trampas a las mujeres y no reconociéndoles un marco de derechos, un campo de juego, equilibrado. Y muchas veces esa aberrante discriminación forjada por idelogías caducas y formalismos nauseabundos: si mi padre se muere, mi madre sobrevivirá con una “pensión de mierda” (con todas las letras); si mi madre se muere, mi padre sobrevivirá con la misma pensión de lujo, mejor todavía, para él solo. Otra de las trampas asquerosas de un sistema social que renegó de un modelo de familia que, sí, guste o no, existió y existe: sí, cotizaba uno, pero sí, la familia la sacaban adelante dos.
... Epílogo: ¡inspiración!
Envidio el coraje de aquellas mujeres de la “Women's Tax Resistence League”. Conocer de su existencia y leer algunos de los testimonios sobre ella han tenido un efecto balsámico sobre mí mismo: animarme a seguir denunciando toda la basura de la “mainstream” con que nos contaminan día a día para que sigamos diciendo que llueve cuando...