¡¡¡Vivos!!! ¡¡¡Los muertos os llaman!!! Esta es una llamada para los políticos de la tierra del norte, las Asturias, y para los peculiares “jueces” del así llamado Tribunal Constitucional. ¡Para que nos dejen a los muertos vivir nuestra muerte en paz! ¡Faltaría más!
Resulta que los políticos de las Asturias, como les parece poco el “mamaneo” que les hacen a los vivos, pues también pretenden “mamar” a los muertos, y claro eso no estamos dispuestos a consentirlo ni siquiera por la Eternidad, que además nos apoya, ¡tiene un cabreo…!
El Cementerio está en pie de guerra desde que esta mañana se supo que al muerto de la tumba de la esquina, le quieren embargar su tumba y su féretro y hasta las pobres ropas de la mortaja que sus parientes pudieron ponerle… ¡Pretenden cobrarle otra vez su entierro! Y claro por eso no vamos a pasar… Y si los políticos se empeñan, estamos dispuestos a declararles la guerra…, y menudas pulgas que tenemos… ¡Políticos!, estáis en peligro de sufrir las peores pesadillas de vuestra vida. ¡Que ya está bien de “mamanear”! ¡Quedáis avisados, y el que avisa…!
Pero, por si fuera poco este robo, resulta que los que se autodenominan “jueces” (para los muertos es una apropiación indebida de un nombre como la copa de un pino, porque de “eso” nada de nada), de una “cosa” que se llama Tribunal Constitucional, y porque les ha salido de sus narices, han perturbado la maravillosa vida de un muerto…, que está el pobre lamentándose entre las tumbas… como si lo hubiesen condenado a vivir otra vez…
¿Y es que había dispuesto sus últimas voluntades para que sus bienes fueran heredados siempre por descendientes de su sangre…, y ahora esos “jueces” han dicho que también va a heredar un descendiente adoptado, que no es sangre de su sangre ni carne de su carne, y todo porque dicen que la Constitución??? pone a todos iguales…
Y el pobre dice que cuando testó mandaba el primer general que mandó en su tierra en su siglo y que murió cuando mandaba el segundo general, y que no había por ningún lado ni esa constitución ni ese tribunal, y que quiénes son esos “jueces” para cambiar su última voluntad y meterse en su carne y en su sangre… Y que como la cosa no se solucione, está dispuesto a pedirle a la Eternidad que lo convierta en fantasma eterno y que entonces esos “jueces” se van a enterar…
¡Ya veis vivos! ¡Estamos en pie de guerra!, por lo que os advertimos que como sigáis metiéndoos en nuestro descanso, os aseguramos que vuestro descanso vivo estará en mucho peligro. ¡Quedáis avisados, y el que avisa…!
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