- El lenguaje jurídico es la principal barrera para la comunicación entre profesionales legales y clientes y una de las grandes preocupaciones del sector, según demuestra un estudio de Gardner&CO
- Diferentes universidades ya impulsan dinámicas que fomentan la comprensión legal y preparan a los estudiantes de Derecho al más alto nivel a través de simulacros jurídicos que les muestran el impacto real del lenguaje
- Soluciones como Justicio facilitan esa formación gracias a su capacidad de obtener y transformar respuestas legales fundamentadas a la jerga de adultos, adolescentes y niños
Cuando pensamos en la carrera de Derecho, enseguida nos viene a la mente la gran cantidad de información que los alumnos tienen que estudiar de memoria para ser capaces de repetirla con literalidad en los exámenes.
Sin duda una exigente y reconocida preparación que forma a los futuros juristas al más alto nivel de cara a su salida al mundo profesional, de cara a preparar un caso, de cara a exponer los argumentos en un juicio o de cara a relacionarse con otros profesionales dentro del sector.
Pero, ¿qué pasa cuando estos tienen que relacionarse con un cliente? Es decir, ¿qué sucede cuando tienen que comunicarse con el resto de ciudadanos que no se han formado en Derecho y acuden con un asunto que no saben gestionar?
EL LENGUAJE, LA GRAN BARRERA QUE SEPARA A ABOGADOS Y CLIENTES
Según un estudio de la compañía americana de investigación, Gardner&CO, a las personas no les gusta tratar con abogados porque, tal y como explicó su CEO, Heidi K. Gardner, se sienten “tontas” por no hablar su “mismo idioma”.
Algo que supone una enorme barrera que separa a los profesionales legales de sus clientes. Una barrera en la comunicación legal que ha sido siempre una de las mayores preocupaciones del sector porque impide ofrecer una excelente experiencia de usuario, generar una relación de confianza entre abogado y cliente y, por tanto, una fidelización.
Una barrera que se hace muy difícil salvar o, al menos, hasta ahora. Y es que, gracias a la tecnología y a la IA, algunas soluciones ahora tienen la capacidad de transformar el lenguaje legal y específico del sector a un lenguaje completamente adaptado a diferentes necesidades y particularidades de comprensión.
Soluciones como, por ejemplo, Justicio, el servicio basado en IA que potencia la comunicación entre los profesionales legales y sus clientes gracias a su capacidad de ofrecer respuestas legales fundamentadas y transformarlas para diferentes perfiles.
Una solución gratuita que, a través de su funcionalidad Jerga, adapta el lenguaje jurídico en volumen, estructura y estilo narrativo teniendo en cuenta las particularidades de adultos, adolescentes e incluso niños.
LA GRAN VENTAJA DE MOSTRAR A LOS FUTUROS JURISTAS EL IMPACTO DEL LENGUAJE
Gracias a este tipo de soluciones, las universidades por fin pueden formar a los futuros juristas de una manera, no solo teórica, sino también práctica e innovadora. Solo así son verdaderamente conscientes de los retos del sector y del impacto real del lenguaje en la comunicación legal, saliendo, como resultado, más preparados que nunca al mundo profesional.
Universidades como CEU Cardenal Herrera, Rey Juan Carlos o la Universidad de Extremadura, entre otras, ya están llevando a cabo dichas prácticas a través de simulacros reales de comunicación a cliente asumiendo el rol de procuradores y abogados.
Explicación de la viabilidad de sus casos, resolución de consultas de forma fundamentada, actualización del estado de sus asuntos, análisis de fallos y sentencias…, son algunos de los desafíos simulados más valiosos a los que se enfrentan los alumnos como futuros profesionales legales.
Antonio Serrano Acitores, Coordinador de Digitalización, Innovación y Comunicación de la URJC, afirma que “la accesibilidad gratuita de Justicio promueve un aprendizaje más dinámico y efectivo”.
Por su parte, la Decana Facultad de Derecho, Empresa y Ciencias Políticas CEU Cardenal Herrera, Esperanza Ferrando, asegura que han tenido “una experiencia muy positiva” ya que esta solución “simplifica mucho la consulta y comprensión del ordenamiento, algo que la convierte en una herramienta útil, confiable, accesible” coincidiendo con uno de los estudiantes y miembros de su equipo de Legal Hackers, Enrique Roger, que señala que “poder integrarla en nuestra formación es crucial”.
FORMACIÓN EN MAYÚSCULAS EN ALUMNOS NO UNIVERSITARIOS
Los beneficios de esta tecnología aplicada a la educación legal no se limitan a la formación universitaria de los futuros abogados y procuradores.
Adolescentes y niños en etapas tempranas están acercándose como nunca a la Ley de una forma sencilla e incluso divertida gracias a esa adaptación total del lenguaje y a la aplicación práctica en mediaciones, conflictos y situaciones del día a día.
"Por fin podemos impulsar actividades en los jóvenes y en los más pequeños que les hacen comprender sus derechos y deberes para crecer como ciudadanos informados y responsables", destaca el Claustro de profesores del Colegio del Salvador (Jesuitas) de Zaragoza.