Desde sus inicios las asesorías se crearon para ofrecer consejos y soluciones basadas en datos y análisis detallados sobre temas contables y fiscales. Sin embargo, paradójicamente, estas mismas asesorías parecen resistirse a ser aconsejadas por la Inteligencia Artificial (IA). La reticencia puede ser una combinación de desconocimiento, resistencia al cambio y percepción de que la implementación de tecnologías avanzadas es costosa y compleja. En cualquier caso, este hecho abre una interesante discusión sobre por qué aún no se ha producido una adopción masiva de esta tecnología en el sector y qué beneficios podría traer su integración más profunda en estos despachos.

La implementación de la IA

Precisamente, eso es lo que intenta poner de manifiesto el informe Fotografía de la pequeña asesoría en España 2024, publicado recientemente por Cegid. En él se explica cómo la implementación de la IA en las asesorías permite avances significativos en la automatización de procesos contables y fiscales, mejorando la gestión diaria del despacho. Sin embargo, la mayoría de las pequeñas y medianas asesorías todavía no está explotando todo su potencial. De hecho, el 77% de los encuestados indica que no han implementado con éxito tecnologías de IA en sus procesos, lo que muestra una clara oportunidad de mejora.

Esto puede atribuirse a varios factores, entre los que destacan la falta de conocimiento y de formación tecnológica. Los datos así lo revelan. El uso del Excel sigue siendo extremadamente común en el sector, donde alrededor de la mitad o más de las asesorías depende aún de esta herramienta para sus procesos. Y es más, sólo un 7% utiliza software de Business Intelligence, a pesar de que el uso de soluciones de contabilidad y creación de nóminas está considerablemente extendido, alcanzando el 75%.

Ahora bien, la falta de adopción de IA no sólo se debe a reticencias tecnológicas; también a resistencias culturales. Muchas asesorías operan con estructuras tradicionales donde el cambio tecnológico se percibe como un riesgo más que como una oportunidad. Además, la formación continua y la actualización en nuevas tecnologías requieren tiempo y recursos con los que muchas veces no cuentan, especialmente las pequeñas empresas. No obstante, la realidad muestra que aquellos despachos que han comenzado a integrar soluciones de IA han visto mejoras significativas en su eficiencia operativa. La IA tiene el potencial de automatizar tareas repetitivas y de bajo valor añadido, liberando tiempo para que los asesores se concentren en actividades estratégicas y de asesoramiento de mayor valor para sus clientes.

Herramienta muy valiosa

Y no sólo eso. Su capacidad para proporcionar análisis de datos en tiempo real y ofrecer modelos predictivos convierte a la IA en una herramienta muy valiosa para la toma de decisiones informadas. Esta tecnología no sólo mejora la precisión de las recomendaciones, sino que también puede identificar oportunidades de negocio que podrían pasar desapercibidas con métodos tradicionales. Lo que hace falta es que las asesorías, especialmente las más pequeñas y los autónomos, sean conscientes de ello. Sin embargo, la percepción actual es que la implementación de IA es costosa y compleja. Por eso, las asesorías deben considerar a la tecnología no como un gasto, sino como una inversión a largo plazo que puede ofrecer un retorno significativo en términos de eficiencia, precisión y competitividad.

La personalización del servicio es otra ayuda que la IA puede ofrecer a las asesorías. Gracias a ella, es posible analizar grandes volúmenes de datos para identificar patrones y tendencias, permitiendo a los asesores proponer soluciones específicas y efectivas a sus clientes. Este grado de personalización permite mejorar la satisfacción del cliente fortaleciendo su relación a largo plazo y haciendo que se sienta más comprendido y valorado.

Todo ello sin dejar atrás el hecho de que la adopción de tecnologías avanzadas como la IA puede convertirse en un factor diferenciador clave. Quienes implementen la IA de manera efectiva pueden ofrecer servicios más rápidos, precisos y personalizados, atrayendo así a una mayor base de clientes. Es crucial que las pequeñas y medianas asesorías entiendan la inversión en IA no como un reto tecnológico, sino como una oportunidad de negocio que puede impulsar su crecimiento y mejorar sus servicios.

La clave está en ver la IA como un aliado estratégico que puede potenciar la capacidad del sector para innovar, mejorar la toma de decisiones y ofrecer valor añadido a sus clientes. El futuro de las asesorías no reside en resistirse al cambio, sino en impulsar su transformación hacia la innovación y la excelencia en el servicio.